Un grupo de estudiantes de derecho de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) lograron, en una práctica de defensa jurídica solidaria, conseguir el visado para una exfiscal afgana refugiada en Pakistán con su hijo de 6 años.
La mujer y el pequeño están escondidos, esperando la posibilidad de encontrarse en un país en el que puedan estar libres y seguros. Huyeron de Afganistán hace 3 años, cuando el régimen talibán tomó el control.
Según ha detallado la periodista Carina Ferreras en La Vanguardia, los estudiantes son Christian López (delegado), Adrián Vila, Núria Bonet, Maria Franco, Adrià Castilla y Judit Salvador.
Los jóvenes están coordinados por A. Mesalles y asesorados por la abogada Gemma Arqués, y también se ha involucrado el director de la clínica jurídica de la UPF y vicedecano de derecho, Maurici Pérez Simeón.
Así, los estudiantes de la UPF ayudaron a una refugiada afgana
Los estudiantes de la UPF le han conseguido el visado para que pueda llegar a España.
Tras ello, el martes pasado, la Audiencia Nacional ordenó al embajador español que provea a la exfiscal de todos los otros documentos necesarios para que llegue inmediatamente a nuestro país, por el grave peligro en que se encuentra.
“Estamos muy contentos, este caso va más allá de lo académico”, afirma Christian López en representación del grupo de jóvenes de entre 21 y 25 años.
“Fue un reto importante desde el inicio porque se trataba de un caso de extranjería muy complejo y que podía tener un recorrido largo. Nosotros estábamos estudiando 3º y 4º de derecho pero teníamos muchas ganas de ayudar y nos implicamos a fondo”, añadió.
Los abogados en preparación trabajan en esto desde 2022, cuando una fiscal del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya acercó el caso a la clínica jurídica del campus.
Cabe recordar que las mujeres afganas sin «protección» de un hombre están en una situación muy vulnerable. Si se detecta alguna irregularidad en las que están en el extranjero, son inmediatamente deportadas.
“Pedir asilo sin estar en el país en el que se solicita es muy difícil. No hay tantas embajadas a las que se pueda llamar. Alemania y Estados Unidos son algunas. Y España”.
La fiscal lo lo pidió al embajador José Antonio de Ory Peral. Pero éste no cursó ninguna orden. “El embajador cuenta con miles de expedientes sobre la mesa que debe estudiar y pocos recursos de personal administrativo”, ha explicado Pérez Simeón.
En cualquier caso, el logro de los estudiantes sienta precedente. Incluso se ha organizado una recaudación solidaria para pagarle los pasajes hasta España a ella y a su hijo.
“Seguiremos apoyándole desde el punto de vista jurídico y le ofreceremos la facultad de lenguas aplicadas para el aprendizaje rápido del español”, ha dejado asentado además el vicedecano.