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SALUD MENTAL

La ‘cultura de la urgencia’ puede tener graves efectos en la salud mental: qué dicen los expertos

En nuestra sociedad moderna se elogia la rapidez, la productividad y el 'multitasking', lo que nos lleva a vivir la vida a una velocidad difícil de frenar y que puede producir 'burn out'
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La "cultura de la urgencia" y su efecto sobre nuestra salud mental y física. (Foto: energepic.com en Pexels)

El burn out o agotamiento extremo es un mal muy mentado y propio de nuestra cultura occidental moderna, con sociedades que premian y normalizan la rapidez, la productividad y el multitasking. Es difícil salir de ese ritmo enloquecedor, pero la «cultura de la urgencia» puede llevar a ese agotamiento peligroso y hay que tenerlo en cuenta para cuidar nuestra salud mental.

«En un mundo cada vez más acelerado e hiperconectado que premia la inmediatez, la cultura de la urgencia desdibuja la línea entre lo que es verdaderamente importante y lo que no lo es. En el trabajo, esto podría implicar manejar solicitudes frecuentes de último momento, plazos o cargas de trabajo poco realistas y la expectativa de estar disponible incluso fuera de horario. En la vida personal, las manifestaciones de la cultura de la urgencia incluyen extenderse demasiado en las relaciones, consultar con frecuencia las actualizaciones de las redes sociales por miedo a perderse algo y responder inmediatamente a llamadas y mensajes de texto, incluso cuando sea un inconveniente», dice la periodista Noma Nazish en un artículo para National Geographic, en el que distintos expertos dan algunos consejos para combatir la sensación de urgencia imperante y cuidarnos.

«Lo urgente no deja tiempo para lo importante», decía el personaje Mafalda en una de las viñetas de su creador, el ilustrador argentino Quino. En efecto, con el correr de los años, eso es cada vez más y más así.

La prisa constante y la ¿necesidad? de estar al tanto de todo tanto en el campo profesional como en el personal, pueden crear un estado de alerta elevado, una «hipervigilancia» que aumenta significativamente el estrés y la ansiedad, dice Joel Frank, psicólogo clínico con sede en Los Ángeles y propietario de Duality Psychological Services .

Frenar lo «urgente» y priorizar lo importante: nuestra salud mental

«La ansiedad, a su vez, alimenta la urgencia, creando un ciclo en el que cada uno refuerza al otro», suma el psicólogo.

En cuando al multitasking, la periodista señala que diferentes investigaciones muestran que el cerebro humano carece de la arquitectura neurocognitiva para realizar dos o más tareas simultáneamente. Por lo tanto, cada vez que realizamos múltiples tareas, el cerebro se ralentiza y puede reducir la productividad hasta en un 40 por ciento.

Friederike Fabritius, neurocientífica, dice que además eso lleva a facilitar las distracciones constantes y, a la larga, concentrarse será cada vez más difícil. La concentración también es dificultada por la sobreestimulación y la necesidad del cerebro de procesar información constantemente, lo que disminuye la producción de dopamina, una de las hormonas de la felicidad. Todo ello puede llevar a un deterioro de la salud física, por empezar impidiendo un buen descanso, por ejemplo.

Qué hacer para cuidar nuestra salud mental

Frank recomienda hacer una pausa por unos momentos antes de entrar en acción cada vez que surja algo: «Permite dar un paso atrás y evaluar si esta demanda de atención se alinea con sus prioridades».

David Rabin, neurocientífico, añade que es bueno «participar periódicamente en actividades que te recuerden que no hay prisa» y recomienda «cuatro prácticas de control” para calmarse y volver a centrarse: respiración intencional, escucha, movimiento y tacto.

En tanto, Ida Taghavi, psicóloga del Williamsburg Therapy Group en Nueva York, recomienda practicar la atención plena, conocida como mindfulness, para aumentar la conciencia, la regulación emocional y la tolerancia al estrés.

 

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