Hacer ejercicio es uno de los pilares para la salud física y mental. Sin embargo, puede ser difícil mantener un ritmo regular. La Organización Mundial de la Salud recomienda un mínimo de 150 minutos a la semana. A veces, lo más simple es recurrir a una enérgica caminata, algo al alcance de todos y que se puede realizar por al menos algunos minutos cada día.
Pero, ¿que pasaría si le damos una vuelta de rosca a la típica caminata, y caminamos hacia atrás? Resulta que este simple ejercicio, casi un juego, tiene grandes beneficios, como detalla Jack McNamara, profesor de Fisiología Clínica del Ejercicio en la Universidad de East London (Reino Unido), en un artículo para The Conversation replicado por BBC Mundo.
Efectos positivos sobre la salud de caminar hacia atrás
- Mejora la estabilidad y el equilibrio. Puede ayudarnos a mejorar nuestra marcha normal (es decir, hacia adelante) y, en cuestión de mejorar el equilibrio, ayuda tanto a personas saludables como a adultos con osteoartritis.
- Mejora la resistencia de los músculos. Al caminar hacia atrás damos pasos más cortos y más frecuentes, lo que mejora la resistencia de los músculos de la parte inferior de las piernas y reduce la carga sobre las articulaciones.
- Ofrece alivio al dolor de varias afecciones. Si le sumamos a caminar por una leve pendiente ascendiente o descendiente, se altera el rango de movimientos de músculos y articulaciones, lo que puede ayudar en casos de, por ejemplo, fascitis plantar.
- Puede ser más efectivo que la caminata normal para perder peso. El gasto de energía al caminar hacia atrás es casi un 40% mayor que al caminar a la misma velocidad hacia adelante.
