En los últimos años el cortisol, una hormona esteroidea, ha ganado fama como la «hormona del estrés» y aún peor: se la ha señalada como responsable de la llamada «fatiga adrenal» o «fatiga suprarrenal» (es producido por la glándula suprarrenal), aumento de peso, ansiedad, depresión y más.
Sin embargo, según un artículo publicado en National Geographic, esto es, en su mayoría, un mito.
El cortisol está involucrado en casi todos los procesos fisiológicos del cuerpo, y es esencial para su buen funcionamiento. Se lo conoce como la «hormona del estrés» porque se produce una descarga cuando percibimos un peligro, siendo parte clave de mecanismos de respuesta.
Aunque es posible un aumento o deficiencia de él, que produce enfermedades puntuales, estos casos son raros, explican los especialistas.
Además, indican que no hay tal cosa como la «fatiga adrenal», que tiene síntomas inespecíficos, y advierten contra los peligros de los métodos que pululan en redes para regular esta hormona de forma natural o casera, y señalan que en caso de malestar siempre hay que acudir a profesionales.
Sin embargo, destacan que aunque el cortisol ha adquirido «mala fama» y que no es causante de todo lo que se le adjudica, el estrés si es un problema actual y muy común, y que debe ser tratado a tiempo con actividad física, buena dieta, un sueño reparador y atención también a la salud mental.