Marc Rahola Matutes (Barcelona, 1974) comenzó como telefonista en un hotel de la antigua cadena hotelera Fiesta fundada por su tío, Abel Matutes Juan, reconvertida con los años en Palladium Hotel Group “cuando tenía 16 o 17 años y era el típico chaval que se sacaba algo en verano”. De madre ibicenca y padre catalán, estudió después la Licenciatura en Dirección y Administración de Empresas en la Universidad Autónoma de Barcelona.
Conectado a los clientes con sus familias, comenzó su romance con la hostelería. Sin saberlo y sin darse cuenta. A esa edad, lo que le interesaba era la música “y pasarlo bien, no me interesaba la hostelería”.
Vendía CDs: de Space, de Café del Mar y uno de un tal Hôtel Costes. Fue hasta que acabó su carrera universitaria que pudo satisfacer su curiosidad de conocer ese lugar en la Rue Saint-Honoré, en París.
“Cuando lo vi, fue amor a primera vista. Era un hotel boutique de finales del siglo XIX, con mucho rojo, mucho terciopelo, muy Moulin Rouge. Era un place to be, media París se encontraba allí para cualquier tipo de reunión y alojaba eventos artísticos, musicales… tenían un DJ en medio del hotel, estamos hablando de los ‘80, ‘90. Es iconoclástico”, relata.
Y añade: “Me enamoré. Vi esa pieza urbanística que ofrecía más que habitaciones a los clientes. Era el tipo de turismo que quería hacer. Fue inspirador”.
Así, a partir del amor con el , Marc Rahola pasa de un joven telefonista en la empresa familiar que le proporciona una vida acomodada que sueña con la música, a abrirse y convertirse en fundador y CEO del exitoso OD Group (Ocean Drive, Ryans Hotels, Concept Hotel Group y más).
–¿No se planteó si esta idea de hotel que manejaba era una línea que podía proponer en Palladium Hotel Group antes de dar el salto?
–Ni me lo planteé. He sido muy feliz allí, tengo varios amigos de esa época. Pero yo necesitaba contestar a una pregunta: si yo sabía hacer algo por mi cuenta, o no. Era una cuestión vital que tenía que ver conmigo mismo: ¿Sé hacer algo o he nacido en una familia que ya lo ha hecho todo? Se combinaron las circunstancias: esas preguntas, descubrir la hotelería de otra manera… piensas en poder expresarte de alguna manera.
–¿Con el Ocean Drive de Marina Botafoch ya visionaba una cadena?
–No, solamente pensaba en expresar lo que llevaba adentro, no me imaginaba una cadena. Cogimos un hotel que era pequeño y sobre todo para la época, en la que se decía que un hotel para ser rentable tenía que tener al menos 150 habitaciones. También se decía que tenía que estar cerca de la playa, y Talamanca está atrás y no era muy valorada en ese momento. Tampoco tiene piscina.
–¿Por eso no lo quiso explotar Palladium Hotel Group?
–Ni Palladium ni muchos otros, incluso su dueño, que nos lo vendió. Me arriesgué: aposté a abrir todo el año. Funcionó y fuimos incorporando elementos hasta llegar a lo que hoy nadie tiene duda de lo que es, el concepto de hotel boutique. Era 2005, en esa época no existía ni el Ibiza Gran Hotel, era un casino. Los hoteles grandes eran de 4 estrellas, no existían de 5. Más aún: estimo que el 80% de los hoteles en esa época no tenían aire acondicionado. Fuimos pioneros en ese concepto en España: apenas había un puñado de hoteles boutique entre Palma, Barcelona, Madrid. Era un proceso más a nivel internacional: de Londres, de Nueva York, de París, los sitios que visitaba para inspirarme, que aún visito.
–¿Cuánto hay actualmente en sus hoteles de ese hotel parisino que lo enamoró?
–No soy de copiar. Pero sí fue muy inspirador. Hay muchos elementos en nuestros hoteles que evidentemente coges de conceptos que te van gustando, que vas viendo operativamente cómo aplicar. Mi hotel estaba en Ibiza, no tenía 100 habitaciones, no tenía esos precios, de hecho Ibiza estaba a años luz de esos precios. Fue una sugerencia de modelo y era ver cómo implantarlo.
OD Group, Concept Hotel Group y Palladium
–¿Hay conflicto de interés al sentarse en el Consejo de Administración de su participada, Palladium Hotel Group?
–Palladium no es una participada. Soy socio histórico mi tío Abel (Matutes Juan) cogió parte del patrimonio familiar y lo desarrolló, lo que llevó a que mi madre tuviese una participación en la compañía. Yo hice parte de mi carrera allí y que a día de hoy soy consejero y seguiré siendo consejero. La empresa va muy bien, todo funciona fantástico y la relación es inmejorable. Cuando se hablan las cosas se evitan los conflictos. Y las cosas se hablan en privado, no en público.
–Por si no tenía suficiente con OD Group, Ryans y Palladium, Concept Hotel Group.
–Concept Hotel Group tampoco es una participada, es una compra. Lo vemos como parte del ecosistema de OD Group, una marca dentro de una estructura en la que hay una plataforma de inversión y otra de gestión, un modelo tanto financiero, administrativo, informático, de reporting, de inversión y de modelación.
Al implantar este modelo se han podido hacer proyectos como el Mongibello o Los Felices. Estábamos en hoteles más pequeños y ahora se ha podido pasar a gran formato. Mongibello tiene 168 habitaciones y es propiedad de un fondo de inversión.
Sin un trabajo de profesionalización difícilmente puedes competir. Lo mismo pasa con Los Felices, es un proyecto del fondo de Ocean Group Capital. Está dentro de ese esquema. Lo que pasa es que hay una parte que es el front-office que se quiere potenciar con una figura que es el padre del producto, que vela por ello, que es mi socio y amigo Diego (Calvo). No hay que pensarlo en términos de blanco-negro: es gris.
Estamos en un momento como dije, con una relación inmejorable, vivimos un momento como todas las relaciones, muy romántico, muy bueno, y al mismo tiempo estamos en crisis, en crisis de remodelación. Es como el caparazón de una langosta: cuando van creciendo, tienen que mutar. Es decir: mientras vas creciendo, el caparazón que tenías antes no vale.
La temporada 2024, llena de satisfacciones para OD Group
–Del 1 al 10, ¿cómo evalúa la temporada 2024?
–Ha ido bien. Le pongo un 9. Mejor que el año pasado en todos los hoteles. En alguno que otro, debajo del presupuesto que nos hemos marcado, pero aun así mejor que el año pasado.
–Ha recibido, en la Nit del Turisme 2024, el premio a la innovación turística, modernización e innovación de la oferta hotelera de Ibiza con un nuevo concepto de alojamiento que impulsa la creación artística como diferenciador, edificaciones inclusivas y un diseño integrador que apuesta por la sostenibilidad y ayuda a la recuperación de entornos degradados y revaloriza edificios en desuso. ¿Qué le produjo este reconocimiento?
–Estoy muy contento y además eso que dice es verdad. He cogido muchos hoteles aquí que estaban cerrados. El Ryans Lolas y Los Felices estaban cerrados. Algunas de las propuestas que hemos hecho han sido propuestas de generar valor. Cuando cogimos el de OD Port Portals (Mallorca) era un hotel abandonado tras un incendio.
Buscamos procesos que tengan una segunda vida, un segundo capítulo con procesos inclusivos. Inclusivos quiere decir que todos los espacios están pensados para que entre el vecino, como son los Ryans con la hamburguesería 666 cuyo 50% de la producción es de gente de Ibiza, con precios para la gente de Ibiza.
Todo eso permite performances artísticas de todo tipo, e impulsar y hacer una plataforma de propuestas artísticas muy locales. Con eso hemos hecho nuestros OD Art Awards. Nuestra propia revista, Ibiza Art Guide y la Revista Fiesta Bullshit. Hemos conseguido que Ibiza Art Guide esté presente en Urbanity. Estamos intentando que también esté en Arco, pero ya está en CAN (Contemporary Art Now). Hemos ayudado a que la gente de Urbanity, que hacía la feria de Arte Contemporáneo en Madrid, venga aquí y haga CAN.
Todos los hoteles están pensados para generar de nuevo esa vida, para generar cosas. Y entonces Ibiza Art Guide se preocupa de los artistas ibicencos o radicados en Ibiza, que son ibicencos de corazón. Todo ese proceso lo hacemos desde los hoteles. Los hoteles tienen esa posibilidad de generar un impacto positivo. Soy de los que quiere hacerlo. Basta con ver los espacios de nuestros hoteles: no hay paredes, todo está abierto, invita a poder estar. No está seccionado, que te parece que no puedas entrar y que si vas a algún sitio te van a decir algo. Son abiertos, es un open living room. Todo eso genera esta propuesta, no son exclusivos. La idea es: “Ven, genera riqueza en el espacio para ti mismo”.
Con eso participamos en multitud de propuestas. Eso implica diseño de los espacios, apto para poder hacer todo tipo de exhibiciones, implica que nosotros que los materiales tengan un bajo impacto a nivel de sostenibilidad, que tengamos sistemas de reciclaje y elementos a la altura de esa propuesta de valor. Se basa en eso lo que pasa. Es algo que venimos haciendo desde siempre, desde que yo empecé con el Ocean Drive. Eso es lo que me enamoró del Hotel Costes, me gustaba que la gente de París fuese a un hotel. Y no solo eso, sino que al final te llega a ti en Ibiza a través de vender un CD de algo que está en París. Esto a principios de los 90 era un shock. No existía Internet, o existía para cuatro personas. Ese es el tipo de turismo en el que yo creo para mí. No estoy diciendo que todos los otros no sean válidos. Un destino lo componen hoteles de todo tipo y eso es válido y necesario, desde el 5 estrellas hasta el hostal. Todo eso confiere un interés en un destino. Yo simplemente soy un eslabón más en la cadena turística.