En una entrevista en el podcast La Tertulia, Abel Matutes Prats ha compartido aspectos de su vida personal, su visión empresarial y los cambios estratégicos que ha implementado en el Grupo Palladium.
El hijo del reconocido empresario y exministro Abel Matutes Juan ha reflexionado sobre la responsabilidad de llevar el apellido familiar y su deseo de profesionalizar la empresa para las futuras generaciones.
Un destino empresarial que no fue forzado
Matutes Prats confesó que su primera vocación no era la economía ni el turismo, sino la física y las ciencias del mar. “Con 14 o 15 años quería ser físico o biólogo. Incluso miré opciones en Cádiz y Canarias”, comentó. Sin embargo, fue su padre quien le pidió que orientara sus estudios hacia algo más relacionado con la empresa. “Estudié economía en la Autónoma de Madrid, especializándome en micro y macroeconomía”, explicó, admitiendo que nunca se ha arrepentido de esa decisión.
Sobre la continuidad generacional, Matutes ha subrayado que no tiene la intención de imponer la empresa familiar a sus hijos. “Quiero que sean responsables y trabajadores, pero que encuentren su propio camino. Si uno de ellos quiere ser físico, que sea el mejor físico que pueda”, afirmó.
Transformación y diversificación del Grupo Palladium
Desde que asumió la presidencia, Matutes ha liderado una profunda reorganización del Grupo Palladium. “Separamos la gestión hotelera, que es la Opco, de la propiedad de los activos, que es la Propco. Era un sistema complicado, todo un ‘revolutum’, y la pandemia aceleró esa necesidad de cambios”, explicó. Esta división ha permitido al grupo enfocarse en la eficiencia operativa y en la creación de valor a través de nuevas verticales de negocio.
Además del turismo, el grupo ha diversificado su actividad hacia sectores como la energía. “Estamos desarrollando proyectos de trigeneración y fotovoltaica tanto en el Caribe como en España”, detalló.
El impacto del Covid-19 y el impulso hacia la expansión
Matutes asumió la presidencia en medio de la pandemia, un momento que definió como un desafío. “El Covid nos hizo replantearnos muchas cosas, pero también nos dejó claro que no podíamos depender únicamente del turismo”, reflexionó.
Hoy, el Grupo Palladium opera en siete países, incluidos Italia, México y República Dominicana, con más de 50 hoteles en su cartera. El empresario ha adelantado que buscan ampliar su presencia en Oriente Medio, con un nuevo proyecto en Emiratos, y seguir creciendo en Asia y Europa, especialmente en ciudades como Venecia y Barcelona.
“Estamos en un momento de expansión. En algunos lugares gestionamos activos, en otros los compramos, pero siempre con el objetivo de añadir valor”, afirmó.
El éxito con Ushuaïa y los desafíos del liderazgo
Matutes ha reconocido que uno de sus mayores logros fue la transformación del antiguo Hotel Playa d’en Bossa en el exitoso Ushuaïa Ibiza Beach Hotel. “Era un hotel de tres estrellas sin rentabilidad, pero logramos convertirlo en uno de los más rentables del Mediterráneo. Fue un proyecto difícil de vender al consejo, pero finalmente salió adelante”, recordó.
Sobre los desafíos de ser el “hijo del jefe”, Matutes confesó que ha tenido que demostrar constantemente su valía: “Al volver de América, pensé que había ganado más respeto, pero aún había resistencia. Ushuaïa fue un punto de inflexión en mi carrera”.
Un futuro gestionado por profesionales
Matutes ha enfatizado su deseo de dejar una empresa sólida que pueda ser gestionada por profesionales en el futuro. “No siempre es fácil encontrar gente dentro de la familia que pueda aportar valor a la empresa. Quiero que la compañía siga creciendo, pero que mis hijos tengan la libertad de elegir su camino”, concluyó.