Anna Tur es una de las pocas artistas 100% nativas de Ibiza que ha logrado consolidarse en la escena internacional. En una entrevista con el medio Fiesta&Bullshit, la DJ recuerda su infancia marcada por los mitos de Es Vedrà y el aire misterioso de Ibiza, así como su primer contacto con la música electrónica en un concierto de Faithless en Sa Pedrera que la llevó a descubrir el género musical de una manera impactante: «Con el “I can’t get no sleep” se me pusieron los pelos de punta, lo recuerdo como si fuera ayer».
Sus primeros pasos en la noche ibicenca llegaron con sesiones en bares y hoteles hasta debutar en Space de la mano de Camilo Franco, para después crecer en cabinas míticas como la Sunset Terrace y la Red Box, donde Carl Cox daba oportunidades a talentos locales.
La esencia de Ibiza y la cultura club
Tur defiende la importancia de la música electrónica en la identidad cultural de la isla: «He intentado imaginar una isla sin clubs y la verdad, es un poco complicado. Vivimos de ello, que no se nos olvide».
Para la artista, el debate sobre el ocio nocturno no debe pasar por suprimirlo, sino por gestionarlo de forma coherente y controlada, defiende que la música electrónica es parte del patrimonio cultural de la isla y que el reto está en mantener el equilibrio entre la convivencia y la identidad que ha situado a Ibiza como referencia mundial.
«Lo que no podemos es ser intolerantes y cerrar los ojos ante lo que nos ha hecho internacionalmente conocidos en todo el mundo. La música electrónica también es parte de nuestro patrimonio».
Según la artista en Ibiza hace falta un poco de orden: » y en algunos casos, un poco de coherencia. Con un poco de orden y coherencia acabaríamos con muchos problemas que estamos teniendo hoy por hoy. Sobre todo eso, porque todo lo demás lo tenemos en Ibiza».
«El ocio tiene que estar porque es parte de nuestro ADN, de nuestra esencia», asegura la DJ ibicenca al medio especializado. «Somos un modelo que han intentado imitar en muchos destinos turísticos, y por una serie de factores externos o internos, no lo consiguen. Ya que lo tenemos nosotros, vamos a cuidarlo, pero también a respetarlo un poco, no a “cortar cabezas” de esta manera sin sentido».
Una temporada inolvidable junto a Carl Cox
El verano 2025 ha supuesto un punto de inflexión en su carrera. Tur ha compartido cabina con Carl Cox en [UNVRS], además de pasar por Amnesia, Pacha y Chinois. «Me ha costado mucho ganarme un sitio en mi tierra», confiesa emocionada, destacando que el reconocimiento no ha llegado de la noche a la mañana, «El concepto que tenían en Ibiza de Anna Tur, donde me conocía todo el mundo por la radio, era de DJ Resident»
La conexión con el público es uno de los motores de su trabajo: «Siempre estoy muy pendiente de todo y me conecto con la gente. Eso me genera muchísima felicidad».

Tur asegura que [UNVRS] ha revolucionado la escena y no cree conveniente competir con el club, sino «ir de la mano, intentar tener una relación cordial» y en cambio ofrecer algo nuevo y completamente diferente, «algo de calidad, una plataforma para nuevos talentos o traer a Ibiza artistas que no se conocen» medita la artista, quién asegura que todos los clubes pueden convivir en armonia.
Entre Ibiza, Berlín y los grandes festivales
Más allá de la isla, Anna Tur destaca la libertad creativa que siente en Berlín, especialmente en clubes como KitKat, donde asegura que el respeto por la música y la cultura “no phones” crean un entorno único. En su agenda no faltan festivales como AquaSella o Time Warp, y apunta a Caprice y Awakenings como objetivos. De cara al futuro, tiene claro que quiere seguir ligada a la isla: «Pensando ya en 2026, quiero mantener este vínculo con Carl Cox y [UNVRS], que ha sido muy mágico y especial».
La visión de futuro
A las nuevas generaciones de DJs, Tur les lanza un mensaje directo: «Ser natural, ser uno mismo y tener mucho respeto. Luchar mucho, trabajar mucho y tirar para adelante con dos cojones».
Con una temporada que califica de “muy guay”, Anna Tur consolida su lugar en la élite de la electrónica sin olvidar sus raíces ni la esencia que, asegura, hace única a Ibiza.