El 9 de septiembre marcó un punto de inflexión para la seguridad europea. Esa noche, el ejército polaco recibió a las 22:06 la primera alerta de un ataque aéreo ruso contra Ucrania. Lo que distinguió este episodio de los habituales bombardeos fue la magnitud del ataque y la violación del espacio aéreo de Polonia por parte de 19 drones rusos. Por primera vez, se produjo el derribo de drones enemigos en el territorio de un país miembro de la OTAN.
El operativo aéreo: cronología y despliegue
A las 20:35, un avión de vigilancia temprana de Polonia ya sobrevolaba la zona entre Lublin y la frontera con Ucrania. A las 21:45, el aeropuerto de Lublin emitió un NOTAM advirtiendo del cierre de pistas por «actividad militar no planificada». Comenzaban así los protocolos de defensa aérea bajo el paraguas de la OTAN.

Minutos después, helicópteros militares polacos fueron desplegados en la frontera. A las 22:45, un avión espía AWACS italiano despegó desde Estonia rumbo a Polonia, sumándose al monitoreo. Su función: detectar amenazas a gran distancia bajo coordinación del Centro de Operaciones Aéreas Combinadas.
Cazas F-35 y cierre de aeropuertos clave
A las 23:00, las autoridades polacas ordenaron el cierre de los aeropuertos de Varsovia (Modlin y Chopin) y Rzeszow, este último estratégico por albergar el sistema antimisiles Patriot del contingente alemán. Aunque los radares detectaron la incursión de los drones rusos en Polonia, no se activaron los misiles Patriot debido a su alto coste: entre 250.000 y tres millones de euros por unidad, frente a los menos de 30.000 euros de cada dron enemigo.
El primer derribo: cazas, repostaje y vigilancia
A las 23:30 se registró la primera incursión confirmada de un dron ruso en el espacio aéreo polaco. A esa hora, el rastreador Flightradar24 captó el vuelo de un caza F-35 neerlandés, que se acercaba a repostar combustible en vuelo desde un Airbus A330 cisterna. Este operativo, ejecutado en plena frontera entre Mielec y Radom, se extendió hasta las dos de la madrugada.

Aunque no se ha confirmado qué caza fue el responsable directo del derribo, el Ministerio de Defensa de Países Bajos confirmó que esta fue «la primera vez que usamos la fuerza para neutralizar una amenaza contra un aliado de la OTAN».
Reacción institucional y balance de daños
A la mañana siguiente, los aeropuertos de Varsovia volvieron a operar con normalidad. A las 10:00, el primer ministro Donald Tusk confirmó en el Parlamento la entrada de 19 drones rusos en Polonia, y el derribo de al menos cuatro de ellos. Una vivienda en Wyryki fue alcanzada, pero no hubo víctimas.
¿Qué tipo de drones fueron utilizados?
Las autoridades polacas identificaron los aparatos como drones Geran-2, de tipo kamikaze. Baratos y de diseño iraní, son utilizados principalmente como señuelos para saturar sistemas de defensa antiaérea. Sorprendentemente, restos de drones fueron encontrados en regiones alejadas de las fronteras con Ucrania y Bielorrusia, como Olesno y Smykow.
¿Por qué lograron entrar tan lejos?
El general Wiesław Kukuła explicó que los drones no fueron interceptados si no representaban una amenaza directa. “Si se trata del dron más pequeño, simplemente destinado a probar las defensas antiaéreas, un señuelo, entonces [disparar] es una pérdida de tiempo”, afirmó. Se priorizó la protección de zonas habitadas y la respuesta a misiles con mayor potencial destructivo.
Doble vía de entrada: Ucrania y Bielorrusia
Según el gobierno polaco, los drones accedieron a Polonia tanto desde Ucrania como desde Bielorrusia. Esta fue la primera vez que se registró una entrada desde ambas direcciones. De hecho, Bielorrusia notificó a Polonia y Lituania sobre el acercamiento de aeronaves desconocidas, lo que sorprendió a los mandos polacos por el inusual gesto de cooperación.
Reacción desde Ucrania y el Kremlin
El presidente ucraniano Volodímir Zelenski confirmó que «al menos dos drones rusos utilizaron espacio aéreo bielorruso para penetrar en Polonia». A su vez, el ejército ucraniano indicó que varios aparatos monitoreados en su espacio aéreo cambiaron de ruta hacia territorio polaco.
El Kremlin, por su parte, negó haber planificado un ataque contra Polonia y no ofreció explicación sobre la desviación de sus drones o su presencia dentro de Europa.
El incidente ocurre en el marco de los ejercicios militares conjuntos Zapad 2025, realizados por Rusia y Bielorrusia. Bajo el lema “Oeste”, estos simulacros, ejecutados cada cuatro años, buscan ensayar la respuesta militar a una hipotética agresión de la OTAN.