El Premio Nobel de Economía de este año ha sido otorgado a tres figuras clave que han revolucionado la forma en que entendemos el crecimiento económico: Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt. La Academia Sueca de las Ciencias anunció este lunes que el galardón reconoce sus trabajos por “haber explicado el crecimiento económico impulsado por la innovación”.
El premio, oficialmente conocido como Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel, se concede desde 1969 a quienes realizan contribuciones destacadas en el ámbito económico. La mitad del galardón ha sido otorgada a Mokyr por su análisis histórico del crecimiento sostenido, mientras que la otra mitad ha recaído sobre Aghion y Howitt por su célebre teoría de la destrucción creativa.
Mokyr: cuando la historia ayuda a entender la economía del presente
Joel Mokyr (1946), nacido en Países Bajos y con nacionalidades israelí y estadounidense, es catedrático en la Northwestern University de Illinois (EE UU). La Academia ha destacado su habilidad para usar fuentes históricas que explican cómo y por qué se logra un crecimiento económico sostenible a través de la innovación. “Demostró que, para que las innovaciones se sucedieran en un proceso autogenerado, no solo necesitamos saber que algo funciona, sino también tener explicaciones científicas de por qué”, subraya el fallo del jurado.
Antes de la Revolución Industrial, esta comprensión científica solía faltar, lo que limitaba el impacto de nuevos inventos. Mokyr también enfatizó que el crecimiento económico sostenido requiere una sociedad abierta al cambio y al conocimiento.
Aghion y Howitt: cuando la innovación destruye, pero también construye
La otra mitad del Premio Nobel de Economía fue compartida por el francés Philippe Aghion (1956), profesor en el Collège de France, la London School of Economics y Harvard, y el canadiense Peter Howitt (1946), catedrático en la Brown University de Rhode Island.
Ambos desarrollaron en 1992 un modelo matemático que dio forma a la teoría de la destrucción creativa, concepto popularizado por Joseph Schumpeter. En este modelo, cuando un producto nuevo entra en el mercado, desplaza a los productos antiguos y deja obsoletas a las empresas que no se adaptan.
“La innovación representa algo nuevo y, por lo tanto, es creativa. Sin embargo, también es destructiva, ya que la empresa cuya tecnología se vuelve obsoleta se ve superada por la competencia”, señala la Academia. Esta dinámica, explican, no solo genera progreso, sino que también provoca tensiones estructurales, especialmente en un mundo donde la inteligencia artificial y la tecnología están transformando los modelos de negocio.
Más vigente que nunca: IA, monopolios y desigualdad
En tiempos donde la transformación digital se acelera, las ideas de Aghion y Howitt cobran aún más actualidad. En una entrevista previa con El País, Aghion alertaba sobre el retraso de Europa en innovación respecto a EE UU, pese a que tecnologías como el ARN mensajero se desarrollaron inicialmente en el viejo continente. “La crisis ha revelado que Europa no es tan buena como EE UU para la innovación. Es un hecho. Las vacunas han surgido sobre todo en EE UU”, dijo.
También fue crítico con el poder desmedido de las grandes tecnológicas estadounidenses: Google, Amazon, Facebook y Apple, cuya hegemonía, según él, bloquea el crecimiento de nuevas empresas. “El problema de EE UU es que la política de competencia no está adaptada a la era digital”, advirtió.
Sobre China, Aghion reconoció su capacidad para invertir y mejorar tecnologías, pero también señaló que la falta de libertades puede limitar la innovación profunda, debido al control político sobre las empresas privadas.
El Nobel más reciente, pero no oficial
Aunque se entrega con el mismo protocolo que los Nobel originales, el de Economía no fue incluido en el testamento de Alfred Nobel y, por tanto, no es un Nobel oficial, aunque sí uno de los más prestigiosos. Lo otorga la Real Academia Sueca de Ciencias y reparte una dotación de 11 millones de coronas suecas, unos 950.000 euros.
Desde 1969 ha habido 96 ganadores en 56 ediciones. Solo tres mujeres han sido galardonadas: Elinor Ostrom (2009), Esther Duflo (2019) y Claudia Goldin (2023). Duflo, además, fue la más joven en obtenerlo, con 46 años. El más longevo, Leonid Hurwicz, lo recibió a los 90.
En 2024, el premio fue para Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson por sus estudios sobre la desigualdad en la prosperidad entre naciones. Este 2025, el foco ha vuelto a centrarse en la innovación como motor económico, una idea que conecta historia, tecnología y futuro.











