Las imágenes de un tour náutico promocionado bajo la ruta Atlantis – Es Vedrà, en las que se ve a turistas acercándose a las rocas del islote para tocarlas por su supuesto poder mágico, han generado un aluvión de reacciones. La escena reabre una cuestión recurrente: ¿qué dice realmente la normativa sobre el acceso a este enclave protegido?
Lo que dice la normativa
Es Vedrà, junto con Es Vedranell y los Illots de Ponent, forma parte de las Reservas Naturales de Ibiza, un espacio de gran riqueza ecológica donde conviven aves marinas, rapaces, lagartijas endémicas y especies marinas protegidas.
De acuerdo con la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural, lo que está expresamente prohibido en la normativa es desembarcar en el islote. Es decir, poner un pie en tierra firme. La aproximación en barco o la navegación por sus aguas no está vetada.
«No hay ningún problema con lo que se muestra en el vídeo. Lo que no está permitido es desembarcar en es Vedrà», indicaron desde la Conselleria.
Sin embargo, en la página oficial del Ayuntamiento de Sant Josep, se advierte que, aunque se permite navegar en la zona, se aconseja evitar aproximarse demasiado a los islotes, especialmente durante la época de cría de aves (abril-junio).
Entre el mito y la atracción turística
Más allá de las restricciones legales, el gesto de rozar las piedras de Es Vedrà tiene un fuerte componente simbólico. La tradición popular sostiene que al tocar sus rocas se recibe una descarga de energía. Empresas turísticas han llegado a incluir esta promesa en su marketing, presentándola como una experiencia mística.
Sin embargo, para los colectivos ecologistas, las situaciones vistas en el video ponen en riesgo la conservación del lugar.
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