La joven de unos veinte años acusada de haber agredido a dos médicos en el centro de salud de Sant Antoni el pasado 26 de agosto ha asegurado que únicamente se defendió. La paciente relató que había acudido a urgencias tras varios días de malestar y que aquella noche terminó denunciando a una sanitaria por una supuesta agresión física.
En declaraciones al Periódico de Ibiza, la joven explicó que la doctora que la atendió en primera instancia le habló «en mal tono» y le pidió que abandonara la consulta, al considerar que «no presentaba ninguna enfermedad». Ella afirmó que no quería marcharse porque se encontraba mal, hasta que finalmente intervino el vigilante de seguridad para que saliera del ambulatorio.
El altercado en el exterior
La paciente contó que, al regresar al centro acompañada de sus padres, otro sanitario intervino en la conversación con su madre y la llamada «mentirosa». Tras un nuevo enfrentamiento con el personal de seguridad, la familia quedó fuera del edificio. Fue entonces cuando, según su versión, una de las profesionales salió al exterior y la agarró del pelo mientras le decía que «le iba a romper la cara».
La joven afirmó que, en medio del forcejeo, la sanitaria propinó un puñetazo en el hombro a su madre. En ese momento, y siempre según su relato, la empujó para intentar liberarse. «Nada más. Todo lo que dijeron de arañazos y golpes no era verdad», señaló.
Tras el episodio, la paciente indicó que sufrió una crisis de ansiedad que la obligó a acudir al Hospital Can Misses . Aseguró que presentó una denuncia esa misma noche en la Guardia Civil contra la sanitaria implicada y concluyó: «Yo era la víctima. Lo que contaban después era una locura».
El suceso motivó una protesta convocada por el Sindicato Médico de Balears (Simebal) , que denunció la presunta agresión y reclamó mayor seguridad en los centros sanitarios de la isla.
