Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el burnout o «síndrome del quemado» se define como un síndrome resultante de un estrés crónico en el trabajo que no fue gestionado con éxito.
Éste se caracteriza por tres dimensiones: sentimientos de agotamiento o agotamiento energético; distancia mental aumentada respecto al trabajo, o sentimientos negativos relacionados con lo laboral; y eficacia profesional reducida.
En suma, el burnout es más que simplemente sentirse cansado; es una respuesta compleja al estrés crónico en lo laboral que afecta tanto a nivel emocional como profesional.
Síntomas del burnout: las 5 etapas
En un artículo del Huffington Post, la terapeuta Mira Rollins explica cuáles son las etapas de este síndrome:
- Etapa de la luna de miel:
- En esta etapa, experimentas entusiasmo y compromiso. Te sientes inspirado por nuevas responsabilidades y proyectos.
- Puedes ofrecerte para asumir más tareas de las que deberías.
- No hay signos evidentes de agotamiento.
- Etapa del comienzo del estrés:
- Empiezas a sentirte estancado y notas que tu trabajo (u otras responsabilidades) está ocupando más tiempo del que quisieras.
- Algunos días son particularmente estresantes, y tienes menos tiempo y energía para disfrutar de las cosas que te gustan y las personas que amas.
- Etapa del estrés crónico :
- El estrés persistente se convierte en una carga constante.
- Puedes experimentar fatiga, irritabilidad y dificultad para concentrarte.
- Tu productividad puede disminuir.
- Etapa del agotamiento (burnout):
- En esta fase, el agotamiento se vuelve evidente.
- Sientes una profunda fatiga emocional y física.
- La apatía y la despersonalización pueden afectar tus relaciones y tu trabajo.
- Etapa del burnout habitual:
- El agotamiento se ha vuelto crónico y parte de tu rutina diaria.
- Puedes sentirte atrapado en un ciclo de desgaste emocional y físico.
Burnout o síndrome del quemado: consejos para abordarlo
- Reconoce los síntomas temprano. Si identificas signos de agotamiento, busca ayuda y toma medidas para reducir el estrés.
- Establece límites. Aprende a decir «no» y prioriza tu bienestar.
- Busca apoyo. Habla con amigos, familiares o un profesional de la salud mental.
- Cuida tu salud física. Duerme lo suficiente, come bien y haz ejercicio.
- Busca un equilibrio. Encuentra tiempo para actividades que te relajen y te recarguen.