El Tribunal Supremo reduce dos años de la condena de un hombre que violó a su hija en dos ocasiones gracias a la Ley Montero o Ley del sólo si es sí. En 2013, la Audiencia condenó a 28 años de cárcel a este sujeto, además de imponerle otros dos años y cuatro meses de prisión por maltrato, y una indemnización de 100.000 euros en favor de la víctima.
Los hechos ocurrieron en el año 2009, cuando el acusado vivía con sus tres hijos en Mallorca tras separarse de su mujer. El mayor abandonó el domicilio al cumplir la mayoría de edad y el hombre se quedó con los otros dos, incluida su hija de 13 años. El padre maltrató a diario a los menores con patadas, puñetazos y tirones de pelo, según informa OkDiario de EuropaPress.
Un día el hombre mantuvo una discusión con su hija y le dijo que como castigo tenía que mantener relaciones sexuales con él. Ella se negó y el mayor cogió un cuchillo de grandes dimensiones y lo lanzó a la pared, asustando tanto a la menor como a su hermano. Segudo a esto, le dijo que los tiraría por un barranco si no accedía a tener sexo con él, y al negarse de nuevo, la víctima obligó a sus dos hijos a subirse al coche y condujo en dirección al barranco. A mitad de camino, la menor le dijo que accedía, porque tenía miedo de que su padre cumpliera su amenaza, ya que además no sabía nadar.
Entonces, el hombre dio media vuelta y regresó al domicilio. Allí puso a su hijo más chico a dormir en el salón, mientras violaba a su hija en el dormitorio. Estos hechos, con idénticas amenazas, se repitieron de nuevo más tarde el mismo mes. Días después la víctima acudió a la Policía Local para presentar una denuncia, y se retiró la tutela al padre.
Ley Montero
La Ley Montero «beneficia» a los victimarios de delitos de estas características por las modificaciones incorporadas. La fusión entre el delito de abuso sexual dentro de la agresión, genera que las penas sean menores y que cada caso sea motivo de análisis.
Por ejemplo, en la agresión sexual las penas ahora van de uno a cuatro años de cárcel, mientras que antes eran hasta cinco. El delito de agresión sexual con penetración condena entre cuatro y 12 años al victimario, cuando antes de mínima eran seis años. Así, delitos cada vez más graves tienen penas menores a las de hace unos años.
