Los nuevos concesionarios de los quioscos de playa del megaconcurso bajo sospecha de Formentera han solicitado al Consell una rebaja en el canon que ellos mismos habían ofertado aduciendo inconvenientes financieros para hacer frente a las condiciones de los pliegos.
Así lo ha podido corroborar La Voz de Ibiza a través de diferentes fuentes. Este encuentro fue previo a otro en el que participaron no solo los nuevos propietarios de chiringuitos sino también los concesionarios de hamacas y escuelas de vela.
Esta primera reunión se celebró el 17 de octubre en la sede de Marina de Formentera, convocada por Juanjo Costas, el titular del quiosco que instaló una tubería enterrada en unas dunas.
En el encuentro, se erigió como interlocutor y portavoz de los chiringuitos el empresario Ángel Bustos -ahora acusado por la Fiscalía por la okupación de la dársena del puerto La Savina-, acompañado por sus hijos. Bustos ganó dos de los ocho lotes de los chiringuitos a través de dos empresas diferentes. Entre las irregularidades de este verano, los chiringuitos de Bustos en es Pujols sirven bebida en la playa como si fuera una terraza a pesar de estar expresamente prohibido.
“El pliego es imposible de cumplir” por culpa de la administración, sostuvo Bustos en nombre de todos los concesionarios, a pesar del compromiso asumido en la licitación de los pliegos establecidos.
Por eso, planteó a viva voz que el Consell realice un “reequilibrio económico”. De momento, este requerimiento oral e informal no se ha traducido en una reclamación escrita y formal.
Los tres puntos de la reunión
En esta reunión participaron los propietarios de los chiringuitos:
- Mar y Playa 2 (de Damián Verdera Walker)
- Apartamentos Castavi (administrado por Indeisla SA, a su vez administrada por Ángel Bustos)
- Paraiso de los Pinos SA (Ferrer Catalina Bustos)
- Delle Vittorie (Lorenzo Biancolella)
- Monolisto 2016 (Pedro Jesús Redondo Arribas)
- Far away la Mola (Juan José Costa Guasch)
- Ojalá Formentera (Nico Antico)
El único propietario ausente fue Bartolomé Escandell Torres, del chiringuito Bartolo, el único sobreviviente de los concesionarios anteriores.
Tal como ha venido informando en exclusiva La Voz de Ibiza, de los ochos, solo uno de ellos habría ganado si no se llegan a modificar los criterios de puntuación establecidos en las bases, cambios que se hicieron con los sobres dos abiertos, al igual que algunos sobres con la oferta económica.
Escenario apocalíptico
Los nuevos concesionarios plantearon un escenario “apocalíptico” –según contaron presentes de la reunión- en donde solo tomó la palabra el empresario Bustos, mientras que el resto hizo suyas las apreciaciones.
Los concesionarios se centraron en tres puntos. El primero de ellos fueron los problemas de comunicación entre el Consell y los concesionarios.
Estos también acusaron que durante la temporada les pusieron “muchos palos en la rueda para trabajar”, a pesar de que las múltiples irregularidades detectadas no han supuesto todavía la apertura de expedientes sancionadores.
En todo el verano, solo tuvieron que afrontar una única inspección en donde se les solicitó las hojas de reclamaciones, el listado de precios y los nombres de los trabajadores.
En el tercer punto, los concesionarios alegaron que habían cumplido estrictamente en todo lo que se habían comprometido en los pliegos.
“Lo que firmamos, lo cumplimos”, dijo Bustos. Sin embargo, el Consell cuenta con pruebas de incumplimientos como por ejemplo el horario de apertura, la falta de socorristas, el servicio en la playa, la falta del acta de replanteo.