El peligroso miembro de la banda criminal Ángeles del Infierno que fue detenido en La Marina a principios del pasado mes de septiembre fue deportado a Alemania el miércoles en un avión privado configurado como ambulancia fletado por las autoridades germanas.
Fue una extradición de alto riesgo debido a la violenta resistencia y a la peligrosidad del detenido. El delincuente se encontraba en prisión provisional en el centro penitenciario de Ibiza desde que fue detenido por la Guardia Civil en un restaurante.
Primer intento frustrado
Boxeador profesional, se enfrenta a penas por narcotráfico que suman 15 años de prisión. Protagonizó un violento episodio en un primer intento de traslado en un avión comercial. Su corpulencia, su violenta resistencia a entrar en el avión y la incapacidad de los agentes españoles y alemanes para tener la situación bajo control motivaron que el comandante de la aeronave comercial con la que la policía alemana había previsto trasladarle se negara a embarcar al preso. La operación de extradición fue abortada. Los hechos se produjeron el día del intento de fuga del narcotraficante británico en pleno centro de Vila.
Con los citados antecedentes sobre la mesa, las autoridades alemanas optaron por recurrir a la aviación privada para evitar un segundo intento fallido de traslado a Colonia. Y se volvieron a producir episodios violentos por parte del preso para evitar el traslado en la prisión.
«Momentos de tensión»
El sindicato CSIF ha informado en una nota de prensa que el operativo de traslado de la prisión requirió el concurso de más funcionarios de prisiones de lo que es habitual en un traslado, quienes junto a policías y guardias civiles procedieron al traslado con éxito, no sin antes vivir «momentos de tensión y duro trabajo».
Amplio dispositivo
La entrega del preso a los policías alemanes requirió un amplio dispositivo policial español. Según ha podido saber La Voz de Ibiza, al menos 15 policiales españoles participaron en él, a los que hay que sumar guardias civiles destinados al aeropuerto y al menos cuatro policías alemanes que llevaba el rostro cubierto.
El preso iba descalzo y sin camiseta y solo vestía los calzoncillos. Al ser descendido del furgón que le trasladó de prisión fue puesto de rodillas en el suelo, momento en el que fue maniatado de pies y manos y fuertemente inmovilizado.
Los agentes, especialmente corpulentos, lograron introducirle en la aeronave, donde probablemente fue sedado para garantizar la seguridad del vuelo de dos horas y media a Colonia.
En el momento de su detención, A.S., de 38 años, llevaba un año en Ibiza huido de la justicia alemana.
