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ENTREVISTA EMETERIO MOLES/GERENTE DE ABAQUA (4)

«Los vertidos de fecales al mar y las pérdidas de agua potable en la red tienen mucho de leyenda urbana»

Explica que la diferencia entre la cantidad de agua que entra en la red y la que se factura no es toda fruto de fugas y que los vertidos de aguas fecales son episodios puntuales
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Emeterio Moles.

Una de las frustraciones con las que convive Emeterio Moles es la imposibilidad actual de reutilizar el agua depurada que es lanzada al mar, lo que es un despilfarro que no nos podemos permitir.

«(Ahora, (el agua fecal) llega excesivamente salada, mucho más salada de lo que sale de las desaladoras, por lo que hay mucho aporte a la red de saneamiento de agua del subsuelo que debemos evitar también». Además, de mezclar agua desalada con agua depurada para reducir el índice de salinidad y que pueda aprovecharse, Abaqua trabaja en monitorizar la red para identificar lo que ahora es una contaminación «difusa» y poder actuar.

Insiste en la necesidad de «mejorar la concienciación de la gente en el agua», ya que «nadie tira toallitas, pero hay monstruos de toallitas en las depuradoras constantemente».

La escasez de agua y el encarecimiento contribuirá a mejorar la concienciación social. «Ahora que la energía se ha encarecido, la gente pone placas solares. Con el agua acabará pasando lo mismo. Las aguas grises no deberían llamarse residuales porque no es un residuo. Por ejemplo, tirar un litro de aceite por el fregadero supone inhabilitar entre 100 y 150 litros de agua. Me da envidia que hayamos llegado a concienciar a la gente de que tiene que separar las basura y hablemos con naturalidad de fracciones y que puedan reciclarse los residuos. El agua también es un recurso escaso».

-Me sorprende que como sociedad no hayamos sabido dar respuesta a dos cosas que nos deberían preocupar, sino avergonzar, a todos: los vertidos incontrolados de aguas fecales al mar y las elevadas fugas en las redes de transporte de agua potable.

-Hay muchos tubos, pero yo he visto verter en muy pocos. Los vertidos son residuales y fruto de episodios de lluvias en zonas donde no están separadas las redes de fecales y pluviales y la red no está dimensionada para atender el caudal y necesita un aliviadero. O alguna avería.

-Es una leyenda urbana entonces que haya vertidos de fecales al mar.

-Hay, pero son puntuales y no son generalizados. En mis años de trabajo, nunca he conocido un vertido directo e intencionado continuo de aguas fecales al mar. Otra cosa son incidencias en red, o acontecimientos derivados de infraestructuras muy antiguas y no estructuradas como una unidad, sino unidas “a trozos”.

-Tampoco me he explicado que tengamos tan poca capacidad de aprovechar el agua de lluvia.

-En esta materia no tengo experiencia, creo que nadie la tiene, en geografías como la nuestra. Primero debe decirse que las aguas pluviales en las superficies más impermeables recorren calles y carreteras, absorben suciedad, restos de combustibles, aceites y restos que requerirían un tratamiento superior al de las aguas de mar o las aguas subterráneas y que no son instantáneos. Acumular un gran volumen de estas para tratarlas es muy difícil y no representaría una cantidad relevante sobre las necesidades anuales.

Actuar sobre cauces (torrentes y demás), al margen de que también contienen una contaminación, menor, pero la contiene, supone enfrentarse a riesgos de inundación y afección de la propiedad, es lo que se dice “poner puertas al campo”.

En cualquiera de los dos casos, que es nuestra situación, no es viable redirigir estas aguas directamente al acuífero, que es el único gran almacén sin haber sido sometidas a un tratamiento y garantías de que no se afectará de forma negativa y difícilmente reversible al acuífero.

Las dos mejores formas de aprovechar las aguas pluviales son la infiltración natural al terreno a través de la tierra, que está ahora bajo mínimos por la baja precipitación, y la acumulación en embalses, que en Ibiza y Formentera no es el caso. En Mallorca, por ejemplo, sí los hay y este almacén, una vez tratado se utiliza para el abastecimiento urbano.

-¿También es una leyenda urbana las fugas de agua potable?

-Hay que contextualizar las cifras, ya que la diferencia entre el agua que entra en la red y la que se factura al usuario no es toda fruto de fugas en las redes de transporte. En cuanto al agua no registrada, hay otros factores, como averías en los contadores de paso. Hay usos que no tienen contadores, aunque cada vez menos, como tomas de riego, bocas contra incendios, y a veces puntos de carga de baldeos que forman parte de estos volúmenes no contabilizados.

Existen otros consumos, como limpiezas, desinfección de redes, evaporación en los depósitos, porque el agua se evapora en ellos, ya que deben estar ventilados, etcétera que también forman parte de esa agua no registrada.

Formentera, por ejemplo, lleva ventaja porque estaba en una situación tan desfavorable que se llegó a plantear en su momento llevar agua desde Ibiza cuando aquí los recursos subterráneos parecían ilimitados. Y ahora tiene un 90% de eficiencia.

Dicho eso, se ha trabajado mucho en la renovación de redes y debemos seguir haciéndolo. Por eso, el Govern ha puesto 20 millones de euros a disposición de los ayuntamientos. También hemos de afinar en la monitorización para detectar dónde están las fugas realmente, para localizarlas y repararlas lo antes posible y avanzar en la sensorización y digitalización para tener una información de la red casi en tiempo real. Si por la noche en invierno hay un consumo anómalo es porque hay una fuga.

 

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