METEOROLOGÍA

Borrasca, DANA o tromba: cuál es el nombre correcto del temporal que azotó Ibiza

La isla registró precipitaciones récord, superando la mitad de la lluvia de un año en un solo día. Miquel Gili, portavoz de la Aemet, detalla el origen de un sistema «muy poco habitual» y aclara por qué el uso coloquial de estos eventos provocó confusión.

Calles convertidas en ríos, coches arrastrados por la corriente y cifras de lluvia que pulverizaron récords de hace más de 70 años. La jornada del martes en Ibiza y Formentera dejó un panorama de caos e incredulidad, con precipitaciones que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) calificó de «extraordinarias».

Pero más allá de las impactantes imágenes, surge la pregunta clave: ¿qué fenómeno causó este diluvio? Aunque términos como DANA o tromba circularon rápidamente —incluso en comunicaciones oficiales de otros cuerpos—, la realidad meteorológica es más compleja y singular, como explica el portavoz de la Aemet en Baleares, Miquel Gili.

El origen: «Vaguada fría reforzada por los restos del huracán Gabrielle»

El experto de la Aemet es claro al diferenciar este evento de otros fenómenos. «Efectivamente. No fue una DANA, sino una vaguada fría de origen atlántico, reforzada por los restos del huracán Gabrielle, ya completamente deshechos, pero aún con mucha inestabilidad en nuestra zona», detalla Gili.

A esta inestabilidad en altura se sumó otro factor clave en superficie. Según Gili, «los vientos en superficie, muy generales del este, no intensos, pero sí con mucha humedad, dieron el combustible necesario, con su aporte de humedad, para las lluvias persistentes».

Sin embargo, la clave que explica la extraordinaria cantidad de agua descargada fue la lentitud del sistema. «En general, en esta época del año, las tormentas suelen organizarse en forma de bandas o líneas que avanzan con cierta velocidad, pero no fue el caso», aclara Gili.

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En esta ocasión, «se quedaron girando justo en la vertical de Ibiza, con un movimiento muy lento». Este estancamiento, combinado con su enorme extensión —«es una borrasca de tamaño de media península ibérica»— provocó el diluvio.

El propio Gili dejó una advertencia: «Quizás en el futuro haya que acostumbrarse a este tipo de borrascas tan potentes».

Diferenciando conceptos: el error de generalizar

Ante el uso extendido de ciertos términos, Gili precisa las diferencias para nombrar correctamente los fenómenos.

  • ¿Por qué no fue una Tromba? Aunque popularmente se hable de ‘tromba de agua’, este es un «uso coloquial» para decir que llovió mucho. Técnicamente, una tromba marina es un «tornado sobre el agua», una «tormenta giratoria pequeña». «No fue tromba marina», confirma Gili de manera tajante.
  • ¿Por qué no fue una DANA? Una DANA o ‘depresión de gota fría’ es una depresión fría desplazada que se aísla de la circulación general. Gili insiste en que el origen fue distinto, ligado a una vaguada y los restos de un huracán. Critica la generalización: «Sí, uso coloquial, como lo de llamar DANA a cualquier lluvia fuerte».

Cifras de una tormenta para la historia

Los datos recopilados por la Aemet no dejan lugar a dudas sobre la magnitud del evento. Miquel Gili confirma que se trata de «cantidades extraordinarias» que suponen «récords absolutos».

En la estación de Ibiza se midieron 254 litros por metro cuadrado (l/m²), más de la mitad de lo que suele llover en un año.

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Con respecto al Aeropuerto de Ibiza se registraron 174 l/m², la cifra más alta desde el inicio de los registros en 1952.

Por su parte, en Formentera, la estación local marcó 109 l/m², el dato más elevado desde 2015.

Además, Gili señala que pluviómetros no oficiales llegaron a registrar hasta 300 l/m² en el sur de la isla. A pesar de la intensidad, destaca una peculiaridad: «A penas hubo rayos, ni rachas de viento importantes, ni granizo destacable».

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Consecuencias y previsión: entre el alivio y la cautela

Las lluvias podrían eliminar el déficit hídrico de la isla, superior al 25%. Sin embargo, esta no es la mejor solución. «Esto no es llover bien», explicó el día del evento Gili, detallando que gran parte del agua se pierde por escorrentía superficial en vez de filtrarse a los acuíferos, aunque reconoce que «se paliará un poco el déficit de agua en los campos».

Tras la desactivación de la alerta roja, la situación tiende a la normalidad. Gili indica que la previsión es «tranquila» y que las tareas de limpieza se podrán llevar a cabo «sin problemas». Se esperan cielos despejados y temperaturas agradables durante la semana, aunque podría haber algún chubasco «local y ocasional».

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