Durante meses, el Govern advirtió que trabajaba en los borradores de dos reglamentos: uno para el taxi y otro para VTCs. En junio, sin embargo, La Voz de Ibiza adelantó en exclusiva que en realidad el Ejecutivo autonómico había desarrollado un único texto para regular ambos sectores.
Para Joan Marí Riera, taxista de Vila y miembro de la directiva de la Agrupación de Autotaxis de Baleares, este punto es problemático. De hecho, se trata de uno de los principales de los más de ochenta puntos sobre los cuales ha presentado alegaciones (a título personal).
El período de alegaciones cerró el 4 de agosto y, según han explicado desde el Govern a La Voz de Ibiza, los técnicos ahora analizan los escritos recibidos. Está proyectado que el proceso para terminar de confeccionar el reglamento se extienda, a menos, hasta finales de año.
Según Riera, “la regulación de TAXIS y VTC tiene que ir en dos reglamentos por separado”, ya que “en el ordenamiento jurídico español son modalidades diferentes”.
“Entre estas diferencias se encuentra la consideración del transporte de viajeros como servicio de interés público. Dicho carácter de servicio de interés público, propio del taxi, no concurre en la modalidad de transporte de arrendamiento de vehículos con conductor”, añade el taxista.
Según el texto de sus alegaciones, la modalidad de VTC tiene una regulación diferente “al estar esencialmente sometida a libre iniciativa privada”.
Problema a la puerta
Por otra parte, Riera advierte que, en la práctica, un texto unificado puede implicar obstáculos para que el reglamento avance. “Cualquier posible impugnación por parte los sectores implicados podría afectar negativamente al conjunto sin ninguna necesidad”, señala.
No es difícil suponer que pueda haber impugnaciones, ya que los intereses de cada sector van en desmedro del otro.
Aunque el borrador separa claramente una sección para taxis y otra para VTCs, el texto unificado permite que las impugnaciones engloben todo el articulado.
El punto que más rispideces genera es el de las licencias. Un punto que, precisamente, sigue envuelto en misterio, ya que el reglamento propone una fórmula que taxistas de todo el archipiélago no terminan de comprender.