El Consell Insular de Formentera ha reconocido importantes irregularidades en la gestión de los chiringuitos y otros servicios turísticos en sus playas surgidos del megaconcurso bajo sospecha.
En un escrito enviado a los medios y firmado por Asier Fernández, el director de Litoral e integrante de la Conselleria conducida por el propio presidente Llorenç Córdoba, se reconocen faltas graves y se le achaca responsabilidades a los conselleres que renunciaron en medio de la crisis política.
De todas maneras, a pesar de asumir ciertos problemas, como la falta de socorristas y las deficiencias en las titulaciones del personal, han evitado abordar algunos de los conflictos más graves que han surgido recientemente.
Las confesiones: chiringuitos sin los socorristas correspondientes
Una de las confesiones más relevantes que han hecho desde la administración es la falta de socorristas certificados, una medida obligatoria según los contratos de concesión que no se ha cumplido y desde hace meses denunciada por los antiguos concesionarios de los quioscos de Formentera y vox populi en toda la isla: los nuevos adjudicatarios no cumplen con la obligación de disponer de socorristas titulados, un requisito fundamental para garantizar la seguridad en las playas.
Ahora, Fernández explica: «Se constató la ausencia de socorristas y de material de socorrismo en varias concesiones, lo que pone en riesgo no solo la seguridad, sino también el cumplimiento de los compromisos adquiridos. Por ello, estamos procediendo a dar continuidad a estos expedientes y, de ser necesario, se propondrá la extinción de las concesiones involucradas en caso de estas sean reincidentes, ya que esta infracción es un incumplimiento contractual grave, y se nos podría acusar de inacción en el control del correcto cumplimiento del contrato».
Tal como exige el pliego del concurso bajo sospecha, los quioscos deben contar con socorristas con certificado de profesionalidad durante toda la semana, un servicio que, según los denunciantes, no se estaba prestando adecuadamente.
Estos exigieron por aquellos meses al Consell, y en particular al presidente Córdoba y al director Insular de Litoral, que obliguen a los nuevos concesionarios a cumplir con lo ofertado y faciliten la información solicitada sobre la titulación del personal contratado y la plantilla de socorristas.
Servicio sin personal cualificado
Además, desde el Consell reconocen que se ha reportado la contratación de personal no cualificado, lo que incumple las exigencias contractuales que demandan experiencia comprobada para garantizar un servicio adecuado.
«A finales de la semana pasada, y a principios de esta, hemos estado abriendo la documentación solicitada sobre la experiencia y las titulaciones del personal. Visto lo visto, el presidente Córdoba tenía razón sobre la imposibilidad manifiesta para cumplir con los convenios colectivos«, dice el comunicado de Fernández.
Por supuesto, esto también había sido señalado por los antiguos concesionarios quienes remarcaban ya hace meses que lo ofertado en el pliego eran condiciones que «ahora no se están cumpliendo».
Los nuevos adjudicatarios se comprometieron, para obtener los 5 puntos que otorgaba el pliego del concurso, a que los trabajadores contratados tendrían más de 5 años de experiencia en restauración; acreditada mediante vida laboral, contratos de trabajo, nóminas, etc; o la titulación en servicios de restauración, cocina, bar y cafetería o titulación equivalente en restauración o con titulación específica en cocina, bar y cafetería.
Como complemento, otro punto crítico señalado era justamente la falta de inspección y control por parte de los técnicos de medio ambiente del Consell de Formentera, quienes, según los denunciantes, han dejado de lado sus responsabilidades amparándose en la recusación del pleno al presidente.
Chiringuitos en falta pero de esto no se habla
Más allá de los socorristas, otro tema que el Consell ha evitado mencionar públicamente es la falta del acta de replanteo, un documento técnico esencial que garantiza que las instalaciones cumplen con las normativas de seguridad y legalidad.
Este acta debe ser firmada tanto al inicio como al final del montaje de los chiringuitos y otras infraestructuras.
Sin embargo, el Govern balear confirmó que estos establecimientos han estado operando sin dicho documento desde el inicio de la temporada, lo que compromete la legalidad de las concesiones y pone en duda el cumplimiento de las normativas de seguridad.
A pesar de la gravedad de este incumplimiento, el Consell ha preferido centrarse en otros temas, evitando dar explicaciones claras sobre este aspecto. Otra denuncia que ha generado gran preocupación es la instalación de tuberías ilegales bajo las dunas protegidas en es Migjorn.
La Dirección de Costas ya aclaró que la concesión de los chiringuitos de Formentera no admite tuberías enterradas en las dunas protegidas y se descartó avalar la versión del dueño del quiosco de es Migjorn que argumentó permisos de palabra, mientras el Consell aplicó la equidistancia ante un grave irregularidad que quedó obturada y sin respuesta.
Límites de ocupación y quejas de los usuarios
Además de los problemas técnicos y medioambientales, se dieron denuncias ante el exceso de ocupación de las playas, con la instalación de sombrillas y hamacas en áreas no autorizadas.
A esto se suman acusaciones por la falta de servicios básicos como baños, lo que ha generado malestar entre los turistas que esperan instalaciones adecuadas en un destino de primer nivel.
Otras quejas recurrentes incluyen precios sin control y aperturas fuera de horario, lo que ha llevado a una experiencia deficiente en varios puntos de la isla. Los usuarios han manifestado su frustración ante la aparente falta de supervisión por parte de la administración para asegurar que los concesionarios cumplan con las condiciones establecidas.
A pesar de estos múltiples problemas, el Consell ha optado por centrarse en culpar a los consellers de Sa Unió que renunciaron, evitando abordar directamente las cuestiones que siguen afectando tanto la seguridad como la experiencia de los visitantes en las playas de Formentera. Las irregularidades, no obstante, continúan acumulándose, y las críticas por la falta de acción y control no han dejado de crecer.