Semanas después de haber dejado solo en la Presidencia del Pleno del Consell de Formentera al presidente no adscrito Llorenç Córdoba, una escenificación de la ruptura política simbólica entre los ocho consellers de Sa Unió, cinco del PP y tres de Compromís, y quien fue su cabeza de lista, la normalidad pareció volver a la votación del Consell d’Entitats del miércoles que aprobó la reducción del número de vehículos y un incremento del 50% de las tarifas en julio y agosto.
Así, según una de las fotografías distribuida por el gabinete de comunicación del Consell de Formentera, el portavoz de la coalición durante la crisis, el conseller de Patrimonio, Óscar Portas, y la vicepresidenta primera, Verónica Castelló, se sentaron a ambos lados del presidente durante la sesión.
Córdoba llegó a pedir la dimisión en varias ocasiones de Castelló, al igual que la de su esposo el presidente del PP de Formentera y vicepresidente tercero, José Manuel Alcaraz, a quien el presidente no adscrito acusó de estar detrás de la operación para desbancarle por intereses personales y ansia de poder.
Con el paso de las semanas, la relación parece haberse normalizado y que Córdoba y Sa Unió gobernaran juntos el resto de la legislatura. Así se infiere de la unidad entre Córdoba y Sa Unió las votaciones del primer pleno tras la expulsión y de la vuelta al escaño junto a la bancada popular en el Parlament.