El verano de 2025 ha sido el más cálido registrado hasta ahora en los municipios de Sant Joan de Labritja, Ibiza y Sant Antoni, según informó este jueves la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
En su balance estacional, la Aemet señala que el verano en Ibiza ha tenido una temperatura media de 26,4 grados, con una anomalía de +2 grados respecto a lo habitual. En Formentera, la media fue de 26,8 grados, con un exceso de +1 grado sobre el valor normal.
La previsión para el próximo trimestre (octubre-diciembre) apunta a que las temperaturas se mantendrán por encima de la media en Ibiza, mientras que las lluvias estarán en valores normales.
Récords y olas de calor
El mes de junio fue especialmente caluroso. En Sant Joan de Labritja se alcanzó una media de 25 grados, con una desviación de +3,4, y en Sant Antoni la media fue de 26,1 grados, con una anomalía de +3,7. Los meses de julio y agosto también fueron muy cálidos.
Entre el 15 y el 18 de agosto se vivió una ola de calor en Ibiza, con el valor máximo del verano registrado en Sant Joan de Labritja: 41,4 grados el 16 de agosto. En Formentera, la máxima se alcanzó el día 17 con 35,6 grados.
Más noches tropicales y tórridas
El informe destaca el aumento de noches tropicales (mínimas por encima de 20ºC). En la estación del aeropuerto de Ibiza se contabilizaron 76 noches tropicales, un 35 % más de lo normal. En Formentera fueron 83 noches, un 25 % más.
También crecieron las noches tórridas (mínimas por encima de 25ºC): 11 en Formentera, un 40 % más de lo habitual, y 8 en Ibiza (5 en la estación urbana y 3 en la del aeropuerto).
Un verano seco
En cuanto a las precipitaciones, el verano fue seco en Ibiza, con un déficit del 75 % respecto a lo normal, y también en Formentera, con un 40 % menos.
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Junio fue extremadamente seco: no se registraron lluvias en ninguna de las islas.
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Julio, en cambio, resultó inusualmente húmedo, con 6,5 l/m² en Ibiza (+115 %) y 12 l/m² en Formentera (+380 %).
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Agosto volvió a ser seco, con un déficit del 17,3 % en Ibiza y del 11,8 % en Formentera.
Durante el verano también aumentaron los episodios de lluvia de barro (cuatro días frente a uno normal) y las tormentas, con nueve jornadas frente a las seis habituales.
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