La Capitanía Marítima de Ibiza ha dado un plazo de 72 horas al armador del buque Da Vinci A para que presente un plan de inspección submarina del pecio hundido el pasado 11 de agosto tras un incendio en alta mar, cerca de es Vedrà, al sur de Ibiza.
Tal como avanzara La Voz de Ibiza, el fuego se desató en la sala de máquinas, y rápidamente se extendió por toda la embarcación, lo que hizo que la tripulación y los pasajeros se vieran obligados a tomar medidas de emergencia.
Los siete ocupantes a bordo, cuatro pasajeros y tres tripulantes, fueron evacuados sin que se registraran víctimas por parte de Salvamento Marítimo. Sin embargo, apesar de los esfuerzos por extinguir las llamas, el fuego consumió la mayor parte del Da Vinci, haciendo imposible su salvamento.
El yate, que se fue a pique a unos 110 metros de profundidad y permanece en un entorno especialmente sensible: la zona de Ses Salines, declarada espacio natural protegido y a la vez caladero de pesca de arrastre.
Incendio a bordo de embarcación Da Vinci a 7,3 millas al SW de Punta Gavina (Formentera). CCS Palma moviliza Guardamar Concepción Arenal y Salvamar Naos, que traslada también bomberos. Los 7 tripulantes han sido evacuados por la Naos a tierra en buen estado. El incendio no ha… pic.twitter.com/co0uHoi4gn
— SALVAMENTO MARÍTIMO (@salvamentogob) August 11, 2025
El objetivo de la intervención es comprobar el estado del pecio y descartar posibles riesgos medioambientales o para la navegación, como la presencia de restos que pudieran desprenderse y llegar a la superficie.
La revisión deberá llevarse a cabo por una empresa especializada, utilizando una cámara de circuito cerrado y sin la intervención directa de buceadores.
Según ha determinado la Dirección General de Marina Mercante, el procedimiento será supervisado por un inspector de seguridad marítima y se centrará en verificar tanto la integridad del yate como la ausencia de vertidos contaminantes en la zona.
El hundimiento del Da Vinci A puso fin a una odisea que comenzó con un incendio a bordo y la evacuación de sus ocupantes, sin que se registraran víctimas. Ahora, las autoridades buscan garantizar que su inesperado final no deje un impacto negativo en uno de los ecosistemas marinos más valiosos de Ibiza.