LLUVIAS EXTREMAS

Hacer de ses Feixes un gran ‘parque de tormentas’: la receta para evitar nuevas inundaciones en Ibiza

Juan Calvo, director de Alianza por el Agua, plantea aprovechar zonas como Ses Feixes d’es Prat de Vila para que actúen como parques inundables y reduzcan el impacto de las lluvias.

Vista de Ibiza con nubes oscuras y lluvia inminente.
Lluvia sobre Ibiza.

Aunque las lluvias torrenciales que anegaron calles y torrentes en Ibiza y Formentera sorprendieron por su magnitud e impacto, hace tiempo la ciencia advierte que estos eventos serán cada vez más frecuentes. “Son fenómenos naturales de la región mediterránea”, explica Juan Calvo, director de Alianza por el Agua. “Suceden cuando el mar está caliente y llega aire frío. Todos los ibicencos lo hemos vivido. El problema es que tenemos mala memoria”.

Pese a que existen planes que identifican las zonas inundables y establecen su frecuencia, el recuerdo social de las inundaciones tiende a desvanecerse. “La ciudadanía tiene mala memoria y la política, absorbida por el día a día, actúa con dificultad a largo plazo”, apunta. El resultado: cada temporal vuelve a pillarnos con los mismos errores, según reflexiona Calvo.

Una cultura del riesgo

El primer paso, explica el especialista a La Voz de Ibiza, es asumir que vivimos en un territorio donde el riesgo existe y actuar en consecuencia. “Hay que tener una cultura del riesgo. Si se emite una alerta, hay que aplicar el principio de precaución y evitar desplazamientos. No se trata de alarmar, sino de prevenir”.

El director de Alianza cree que la educación ambiental es clave. “Habrá que hacer mucha más concienciación”. Calvo, que vivió en Estados Unidos, recuerda que en el país de norteamérica, por ejemplo, “hay carteles que indican por dónde evacuar en caso de huracán”.

“La frecuencia de los fenómenos genera cultura. Pero esto debe reforzarse desde las entidades públicas y privadas”, señala.

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No construir donde el agua manda

El siguiente aprendizaje es urbanístico: no seguir construyendo en zonas inundables. “En una ciudad que ya está en zona de riesgo, no hay soluciones mágicas para evitar que se inunde. Lo primero es no seguir edificando allí, y lo segundo, contar con sistemas de alerta temprana y una buena coordinación de emergencias”, explica.

Pero más allá de la respuesta inmediata, Alianza por el Agua propone mirar hacia las cuencas.

“Hay que reducir el agua que llega aguas abajo. Trabajar en los torrentes y conectarlos con su territorio. No se trata de tener un torrente limpio, sino uno conectado con su entorno”.

Cuando se limpian con maquinaria, añade, “se convierten en canales que aceleran el caudal y aumentan la velocidad del agua hacia la ciudad. En cambio, si los conectas con el territorio, el agua se desborda antes y se alivia en zonas agrícolas, donde el impacto es menor”.

Ses Feixes, la oportunidad de una Ibiza más resiliente

Entre las soluciones más concretas, Calvo destaca la recuperación de Ses Feixes d’es Prat de Vila. “Puede convertirse en un parque urbano inundable, como los que existen en ciudades como Alicante. Son espacios verdes que en días secos sirven para pasear, pero que están diseñados para recoger el agua cuando llueve. Así se reduce el volumen que llega al casco urbano”.

Desde Alianza por el Agua creen que esta idea puede aumentar significativamente la respuesta de la isla frente a inundaciones, a la vez que integra la naturaleza en la gestión urbana. En lugar de canalizar el agua o intentar expulsarla, se trata de dejar que los humedales hagan su trabajo.

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Calvo señala otros puntos críticos donde sería posible aplicar ese enfoque: “En San Antonio, por ejemplo, hay zonas donde se proyectan hoteles en terrenos inundables. En lugar de construir, habría que convertirlos en espacios verdes. Lo mismo en Playa d’en Bossa, donde fincas cercanas a Ses Salines podrían actuar como zonas de alivio antes de que el agua llegue al mar”.

Un plan que no se ejecuta

Más allá de las medidas locales, el director de Alianza advierte de un problema estructural: la falta de ejecución de los planes de gestión de inundaciones. “Hay una directiva europea que obliga a tener un plan con medidas para reducir el impacto. En Baleares existe desde 2016, pero gran parte no se ha aplicado”, lamenta. “El verdadero riesgo no es el natural, sino nuestra incapacidad de actuar. No podemos permitirnos que pasen décadas sin ejecutar lo que ya está previsto”.

Talamanca y otras experiencias de restauración

En paralelo, Alianza por el Agua impulsa una mesa de gobernanza en Ses Feixes de Talamanca, donde participan administraciones y entidades locales. “Nos reunimos cada seis meses para evitar que los compromisos políticos caigan en el olvido”, explica Calvo. El trabajo incluye seguimiento ecológico y restauración ambiental, con el mismo principio: reconectar las zonas húmedas con su entorno.

“Cuando llueva, el agua debe recogerse en la humedad y no en las calles. Y lo que no asuma la naturaleza, que lo resuelvan soluciones de ingeniería, conectando con el mar”.

“Hay que trabajar con la naturaleza y meter la naturaleza en la ecuación para que cumpla su función”, resume. “Y luego, por último, también, por supuesto, medidas de ingeniería clásica”. Para el director de Alianza, el futuro pasa por escuchar al territorio. “Si entendemos cómo funciona la naturaleza y le damos espacio, ella misma nos protege. Solo tenemos que dejarla hacer su trabajo”.

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