Un equipo internacional de genetistas, arqueólogos e historiadores publicó esta semana en la prestigiosa revista Nature un trabajo que está dando la vuelta al mundo. El análisis del ADN de más de 200 esqueletos hallados en necrópolis del Mediterráneo occidental ha revelado que los cartagineses no eran descendientes directos de los fenicios del Levante, como tradicionalmente se ha creído.
Entre los yacimientos estudiados figura un enclave clave de las Islas Baleares: la necrópolis del Puig des Molins, en Ibiza. Este cementerio, uno de los más grandes y mejor conservados de época púnica en Europa, fue una de las fuentes de material genético analizado en la investigación.
¿Quiénes eran realmente los cartagineses?
La civilización cartaginesa, también llamada púnica, se desarrolló a partir de la fundación de Cartago (actual Túnez) por colonos procedentes de Tiro, en el actual Líbano. Durante siglos, la narrativa histórica apuntó a que los fenicios —navegantes y comerciantes legendarios— se expandieron por todo el Mediterráneo fundando colonias, entre ellas Ibiza, y que sus descendientes eran directos herederos de esa cultura semítica oriental.
Sin embargo, el nuevo estudio revela una realidad mucho más compleja: la ascendencia genética levantina entre los restos humanos analizados es muy baja o incluso nula en la mayoría de los sitios. En cambio, se detectan influencias genéticas de lugares como Grecia, Sicilia, el norte de África y otras regiones del entorno mediterráneo.
Ibiza también era un crisol mediterráneo
Ibiza no fue una excepción. Los restos analizados del Puig des Molins muestran una mezcla genética diversa, sin un predominio claro del ADN fenicio original. Esto sugiere que la presencia fenicia en la isla no implicó una colonización masiva, sino una forma de expansión cultural basada en la interacción con las poblaciones locales.
En palabras de uno de los autores del estudio, recogidas por El País: “Lo que hubo fue un proceso de hibridación, de transmisión cultural sin migración en masa. Los fenicios eran pocos y se integraban con pueblos que ya estaban allí”.
El caso de Ibiza refuerza esa idea: una isla que adoptó prácticas culturales, religiosas y comerciales de origen fenicio, pero cuya población era genéticamente más variada y local de lo que se pensaba.
Puig des Molins: un tesoro arqueológico de valor mundial
El yacimiento de Puig des Molins no solo es patrimonio histórico de Ibiza, sino también una de las claves para entender cómo fue realmente la expansión fenicia. Con más de 3.000 tumbas documentadas, muchas de ellas pertenecientes a la época púnica (siglos VII a II a.C.), este enclave se ha convertido en una fuente invaluable de información genética, cultural y ritual.
Este nuevo hallazgo eleva aún más su valor científico y coloca a Ibiza en el mapa global de la investigación sobre el mundo antiguo.
Qué cambia esta investigación
Este estudio no borra la huella fenicia, pero matiza profundamente cómo se produjo esa huella. A partir de ahora, los historiadores y arqueólogos deberán considerar que la expansión fenicia no fue tanto una migración de pueblos, sino una red comercial y cultural que se tejió sobre territorios ya habitados.
Ibiza, como enclave estratégico en esa red, asimiló elementos fenicios pero mantuvo su propia diversidad genética y cultural. Esa hibridez, más que una pureza étnica, es lo que hoy define el legado púnico en la isla.
Más preguntas para el futuro
Los autores del estudio advierten que este es solo el comienzo. La genética está permitiendo reinterpretar muchas de las certezas históricas que hasta ahora se basaban en fuentes escritas o interpretaciones arqueológicas.
¿Cambiará esto los discursos oficiales sobre el pasado púnico de Ibiza? ¿Qué implicaciones tiene para la museografía local o para los relatos turísticos?
Son preguntas abiertas que, quizás, puedan abrir nuevas líneas de investigación desde la propia isla.
Nuevo capítulo
Ibiza formó parte de una investigación histórica de primer nivel, y los datos obtenidos desde el Puig des Molins están ayudando a reescribir lo que creíamos sobre los fenicios y su legado. Lo que antes se consideraba una descendencia directa hoy se revela como un complejo entramado de influencias, mestizaje y asimilación cultural.
Un nuevo capítulo se abre para la historia antigua de la isla, y lo hace desde su lugar más silencioso: el de sus muertos.