El puerto de Ibiza mostró este martes con una preocupante estampa: una extensa capa marrón y desechos flotantes cubrían la superficie del mar, un escenario que se ha vuelto tristemente familiar para los residentes. Este nuevo episodio de vertido de aguas fecales es una consecuencia directa de las intensas precipitaciones que azotaron la isla.
Según han confirmado fuentes municipales, la estación de bombeo se vio superada por la enorme cantidad de aguas mixtas —una mezcla de aguas pluviales y residuales— que recibió durante las lluvias torrenciales, según publica Periódico de Ibiza.
La incapacidad de la infraestructura para gestionar tal volumen de agua provocó que los residuos se vertieran directamente al mar, generando una visible mancha de contaminación en la zona portuaria. La situación fue documentada por testigos a través de vídeos que muestran la magnitud del vertido.
Este tipo de incidentes no son un hecho aislado, sino que se repiten «prácticamente cada vez que llueve con intensidad en Ibiza». El problema radica en el sistema de saneamiento, que al mezclar aguas de lluvia con aguas residuales, colapsa con facilidad ante episodios de lluvias fuertes, desbordando las instalaciones.
Hasta el momento, la Conselleria balear de Medio Ambiente, de la que depende la empresa pública Abaqua, responsable del tanque de tormentas del puerto, no ha emitido ninguna comunicación oficial sobre el funcionamiento de esta instalación durante el vertido.
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