El quirófano y la sala de partos del Hospital de Formentera permanecen cerrados desde el 15 de octubre, cuando se detectó un hongo ambiental en la antesala de ambas dependencias como consecuencia de las humedades provocadas por la DANA Alice. Más de un mes después, la actividad quirúrgica sigue paralizada, lo que ha provocado la derivación de cirugías y partos a Ibiza y numerosas quejas de pacientes.
Aunque se esperaba que se reabriera la semana pasada, desde el Servicio de Salud de las Islas Baleares, han informado este lunes a La Voz de Ibiza que la muestra tomada el pasado 7 de noviembre no fue válida, por lo que se realizó una nueva toma preventiva de muestras el viernes.
Los resultados se conocerán a mitad de esta semana, lo que permitirá determinar si se puede reabrir el quirófano y la sala de partos.
Hasta la fecha, se han desprogramado 11 intervenciones quirúrgicas, así como 7 cirugías menores ambulatorias de Dermatología, principalmente para la extirpación de quistes. Además, se han tenido que derivar a Can Misses cuatro operaciones programadas y un parto.
Solo urgencias vitales
Desde el pasado 15 de octubre, el Hospital de Formentera solo atiende emergencias vitales. El resto de partos e intervenciones han sido trasladados al Hospital Can Misses de Ibiza, una situación que ha generado malestar creciente entre los usuarios del servicio público sanitario.
La falta de comunicación también ha sido motivo de quejas, al no haberse avisado a algunos pacientes de la suspensión de sus intervenciones con antelación.
“Hoy tenía programada una amiga una operación y ayer ni siquiera le habían llamado para avisarle de que el quirófano seguía cerrado”, denunció una paciente la semana pasada a La Voz de Ibiza, que calificó la situación como un “desastre de sistema”.
A la espera del nuevo cultivo
Si los resultados del cultivo fueran negativos, la apertura podría producirse esta misma semana, aunque la falta de una muestra válida ha retrasado el proceso.
El cierre del quirófano y la sala de partos ha dejado en evidencia la vulnerabilidad del sistema sanitario en Formentera ante contingencias ambientales: el año pasado se repitió esta situación casi en el mismo período del año. En aquel momento, la sala estuvo cerrada por tres semanas.












