La negociación del convenio colectivo de hostelería de Baleares, que impacta en 180.000 trabajadores, ha vuelto a encallar. Este martes, sindicatos y empresarios celebraron la cuarta reunión formal desde que se retomaron los contactos, pero no lograron ningún avance. La patronal ofreció una subida salarial del 8,5 % en tres años, propuesta que ha sido calificada como “insultante” por los sindicatos, que reclaman un 19 % en el mismo periodo. El próximo encuentro será el 22 de mayo, apenas días antes del arranque de la temporada alta.
“Las posturas siguen alejadas en las fechas que estamos”, advirtió a La Voz de Ibiza Guadalupe López, representante de UGT de Ibiza, al término de la reunión. Desde la patronal, Manuel Sendino, de la Federación de Empresas Hoteleras de Ibiza y Formentera (FEHIF), evitó valorar la situación y se limitó a afirmar: “Seguiremos hablando”.
Oferta empresarial: 8,5 % con condiciones
Durante la reunión, celebrada en Palma y liderada por la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) junto a otras patronales, se presentó una propuesta concreta: subida del 3,5 % en 2025 y del 2,5 % en 2026 y 2027, hasta alcanzar un total del 8,5 %. No obstante, el ofrecimiento va acompañado de recortes en prestaciones de incapacidad temporal (IT), lo que ha encendido aún más los ánimos entre los representantes de los trabajadores.
UGT y CCOO consideran la oferta “claramente insuficiente”, especialmente teniendo en cuenta el contexto inflacionario y el impacto económico de la pandemia. La contrapropuesta sindical se mantiene en un incremento del 19 % repartido en tres años: 8 % en 2025, 6 % en 2026 y 5 % en 2027.
“Por fin la patronal ha hecho una oferta económica que hemos rechazado de plano por ser casi insultante”, criticó el secretario general de UGT Servicios Públicos en Baleares, José García Relucio, quien subrayó que el incremento “no responde a la realidad del sector ni a los derechos de los trabajadores”. Desde CCOO, Héctor Gómez respaldó esta postura, al considerar que la propuesta empresarial es una posición de mínimos.
La vicepresidenta ejecutiva de la FEHM, María José Aguiló, defendió que la propuesta patronal es “rigurosa y trabajada”, consensuada entre las distintas asociaciones empresariales. Argumentó que en la última década los salarios han permitido mantener un 8,3 % del poder adquisitivo, algo que desde los sindicatos se rebate, recordando que el sector turístico ha cerrado ejercicios récord consecutivos.
Se crea una subcomisión, pero UGT prepara presión
Aunque el encuentro no arrojó avances tangibles, se acordó crear una subcomisión técnica paritaria, con seis representantes de los sindicatos y seis de la patronal, que comenzará a trabajar antes del próximo encuentro ordinario del 22 de mayo.
Paralelamente, y con vistas a aumentar la presión, UGT ha convocado una asamblea de delegados sindicales este lunes 5 de mayo, donde se debatirá la posible activación de medidas de presión ante el estancamiento de las negociaciones. La cercanía de la temporada turística veraniega hacen que la ventana de diálogo se reduzca drásticamente.
Ni Relucio ni Gómez han descartado la posibilidad de que, de seguir con esta tónica, los trabajadores convoquen movilizaciones. Aguiló ha reconocido que estarían en su derecho, pero ha pedido que en el caso de que se produzcan sea de manera justificada.
Un conflicto que viene de lejos
Las conversaciones sobre el nuevo convenio se retomaron tras meses de tensión acumulada. Como ya informó La Voz de Ibiza, los sindicatos advirtieron con antelación que no aceptarían acuerdos que supongan pérdida de derechos o subidas que no compensen el encarecimiento de la vida.
Desde el sector empresarial, se insiste en que la oferta es “razonable” y compatible con la sostenibilidad de los negocios, aunque desde los sindicatos replican que, con la previsión de una nueva temporada récord en las islas, no hay justificación para mantener la línea actual.
El escenario apunta a un verano caliente en términos laborales, con la posibilidad de movilizaciones o paros sectoriales que podrían afectar al funcionamiento del sector turístico en Baleares. La última mesa ordinaria del proceso está marcada para el 22 de mayo, fecha clave para evitar que el conflicto escale.