Desde hace varios meses, la isla de Ibiza enfrenta una problemática animal relacionada con una especie invasora de serpiente que llegó hace décadas a tierras baleares. La población de estos reptiles ha aumentado significativamente en comparación con el año pasado, y la situación se ha vuelto preocupante.
La especie en cuestión es la serpiente de herradura (Hemorrhois hippocrepis), que tiene en vilo a los ibicencos y que amenaza especialmente a la lagartija pitiusa. Un artículo de Huffingtonpost.es detalla las características de este animal y lo preocupante de la situación.
La serpiente de herradura se caracteriza por sus trazas de color amarillo que se entremezclan con manchas negras en la cabeza, formando una especie de herradura. Su dorso puede llegar a medir hasta 156 centímetros, aunque en Baleares se ha detectado cierta tendencia al gigantismo, llegando a hallarse ejemplares que rozaban los dos metros.
Esta especie prefiere hábitats como bosques secos o zonas pedregosas con matorrales y se alimenta de culebras, lagartijas e incluso otras serpientes de herradura, así como de pequeños mamíferos como ratones o musarañas y aves. Responde a amenazas incluso si le doblan en tamaño, lo que la hace especialmente peligrosa y además se la ha visto nadando en el mar y en zonas residenciales.
Acciones para controlar a la serpiente de herradura en Ibiza
Las autoridades de Ibiza han tomado algunas medidas para abordar esta situación. Durante 2023, se han capturado más de 3.000 ejemplares gracias a la ayuda de centenares de voluntarios que han instalado jaulas trampa en el campo. Sin embargo, la presencia de otras serpientes, como las culebras de escalera y la culebra bastarda, complica aún más el panorama.
La serpiente de herradura, con su tamaño considerable y su agresividad ante amenazas, representa un desafío para la comunidad de Ibiza. El “caza serpientes” de la isla, Dean Gallagher, ha batido récords este año con la última captura, demostrando la urgencia de controlar esta especie invasora.
La convivencia con esta especie representa un reto, pero los esfuerzos de conservación y control son fundamentales para preservar el equilibrio ecológico de la isla.
