¿Qué es la reserva cognitiva? En un artículo de Healthbeat, publicación de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, expertos de esta prestigiosa institución se explayan sobre ésta y dan consejos para cuidarla.
«La reserva cognitiva es la capacidad del cerebro para improvisar y encontrar formas alternativas de hacer un trabajo. Refleja la agilidad de su cerebro a la hora de recurrir a habilidades y capacidades para resolver problemas y afrontar retos. La reserva cognitiva se desarrolla gracias a toda una vida de educación y curiosidad», explican.
Además, repasan que el concepto surgió a finales de los ’80, «cuando unos investigadores describieron a personas sin síntomas aparentes de demencia que, sin embargo, en la autopsia presentaban cambios cerebrales compatibles con la enfermedad de Alzheimer avanzada».
«Estos individuos no mostraron síntomas de la enfermedad en vida porque tenían una reserva cognitiva lo suficientemente grande como para compensar el daño y seguir funcionando como de costumbre», revelan.
Los 6 pasos para cuidar tu reserva cognitiva
Desde aquel descubrimiento, diversas investigaciones «han demostrado que las personas con una mayor reserva cognitiva son más capaces de evitar los síntomas de los cambios cerebrales degenerativos asociados a la demencia u otras enfermedades cerebrales, como la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple o un ictus».
«Una reserva cognitiva más robusta también puede ayudarle a funcionar mejor durante más tiempo si se ve expuesto a acontecimientos vitales inesperados, como estrés, intervenciones quirúrgicas o toxinas en el medio ambiente. Estas circunstancias exigen un esfuerzo adicional del cerebro, como si un coche tuviera que cambiar de marcha», explican.
Así, los expertos de Harvard dicen cuáles son las seis «piedras angulares» de todo programa eficaz de salud cerebral y aptitud cognitiva:
- Paso 1: seguir una dieta basada en plantas o al menos reducir al máximo el consumo de carne roja y diversificar el de vegetales.
- Paso 2: hacer ejercicio regularmente.
- Paso 3: dormir lo suficiente.
- Paso 4: mantener a raya el estrés
- Paso 5: fomentar los contactos sociales
- Paso 6: seguir desafiando a nuestro cerebro
«Estos factores son partes iguales de un plan cohesivo, no funcionan de forma aislada. Comer más fibra o añadir un paseo matutino a la rutina no basta para prevenir el deterioro mental. Por el contrario, el ejercicio, la dieta, el sueño, el control del estrés, la interacción social y la estimulación mental actúan conjuntamente para obtener resultados», concluyen.