El próximo año arranca en Baleares con los presupuestos autonómicos prorrogados, un escenario que se materializará este 1 de enero tras la falta de consenso para aprobar unas nuevas cuentas para 2025.
La decisión, tomada por el Govern liderado por Marga Prohens, responde a la imposibilidad de lograr un acuerdo parlamentario tras romperse los lazos con Vox, sus antiguos socios de investidura.
Un escenario que busca calma
La prórroga de las cuentas de 2024 es el segundo caso de este tipo en la historia de Baleares, después de lo ocurrido en 2010 bajo el mandato del socialista Francesc Antich. Desde el Govern, Prohens ha lanzado un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía, afirmando que la medida no tendrá «efectos perceptibles» en los servicios públicos mientras se trabaja en la elaboración de unas nuevas cuentas que, asegura, estarán listas en los primeros meses del nuevo año.
El reto de las negociaciones
Con Vox descartado como aliado, el Partido Popular se ve en la necesidad de alcanzar consensos con la oposición para desbloquear las cuentas de 2025. Sin embargo, las posturas parecen enfrentadas. Marga Prohens ha reiterado que cualquier diálogo deberá respetar «las líneas rojas» del programa del PP, lo que complica la posibilidad de un pacto con las fuerzas de izquierda.
Por su parte, desde MÉS per Mallorca, el portavoz Lluís Apesteguia condicionó cualquier negociación a la eliminación de «cualquier rastro de Vox» en las políticas del Govern. Mientras tanto, desde el PSIB, Iago Negueruela ha instado al Govern a realizar «un trabajo serio», criticando la falta de acción inmediata y lamentando que «no se hará nada en esta Comunidad Autónoma en mes y medio».
Un arranque fiscal con incertidumbre
La Conselleria de Economía, Hacienda e Innovación publicará en los próximos días una orden que permitirá gestionar la prórroga presupuestaria con efectos retroactivos desde el 1 de enero, asegurando la continuidad de los servicios públicos y los programas esenciales.
Mientras tanto, el Ejecutivo se enfrenta al reto de sacar adelante unas nuevas cuentas en un contexto político marcado por la polarización y la desconfianza. El resultado de estas negociaciones será crucial para definir el rumbo de Baleares en 2025.
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