Franco Chimirri (Buenos Aires, 1993) es el presidente fundador de la recién constituida Asociación de Bares, Restaurantes y Ocio nocturno de Formentera (ABRO).
Chimirri es hijo de restaurador y actualmente es el gerente del negocio familiar fundado por su familia, el asador argentino Timón en es Pujols. Su familia llegó a Formentera en 1996 y un año después abrió el negocio al que él le ha dado el relevo generacional que en ocasiones falta. Compagina esta responsabilidad con el Luzz Bar, en la misma localidad.
Le acompañan en la asociación integrada en Petita i Mitjana Empresa de Formentera (Pimef) Jessica Juan, empresaria y socia del restaurante Capritxos, como vicepresidenta; Hugo Martínez, de la Trastienda, como secretario y Claudio Passiatore, socio y gerente de Chezz Gerdi, como el tesorero.
Aspiran a integrar a los 100 socios de la Pimef que se dedican a la hostelería y a atraer a otro centenar más.
Ya han tenido un primer contacto con el Consell de Formentera, administración con la que esperan trabajar codo con codo para mejorar la situación del sector.
-¿Qué pretenden con la asociación?
-Promover la gastronomía local, ponerla en valor y defenderla, ya que forma parte de la oferta turística de la isla. Queremos defender los locales de toda la vida como parte del atractivo de Formentera para evitar que caigan en manos de fondos de inversión y de empresas de fuera y que no perdamos nuestra personalidad.
Luchar contra la estacionalidad, ser un punto de apoyo y un punto de unión entre la parte privada y el Consell de Formentera.
-¿Está en riesgo la gastronomía y la restauración tradicional en Formentera?
-No de forma inminente, pero hay una tendencia clara y es que se cierran locales de toda la vida y se abren nuevos de grandes corporaciones. No es que sea malo, pero nos preocupa que perdamos la identidad de la isla. Nosotros tenemos clientes que vienen desde hace 26 años y les gusta que haya negocios tradicionales.
-¿Qué puede hacer la asociación para evitar este proceso?
-Ayudar en todo lo que podamos. Promocionarnos más en Fitur y otras ferias, organizar jornadas gastronómicas, rutas de pinchos, respaldo cuando haga falta. Cuanto más seamos y más unidos, más fuertes seremos. Si cada uno estira por su lado es peor que si vamos juntos.
-¿Cómo pueden luchar contra la estacionalidad?
-Cada año es más complicado, y la temporada es más corta. Al final solo trabajaremos junio, julio y agosto y no es bueno ni para el residente ni para el turista. Hay que sacar los eventos de temporada alta y trasladarlos a la temporada baja, ya que la alta está vendida.
«El concurso de los chiringuitos de playa no tuvo en cuenta el tiempo que llevaban los operadores y fue un error»
-¿Han notado la doble estacionalidad ya que los viajes se concentran en fin de semana?
-Mucho. La gente tiene muchos gastos, acorta los viajes y prefiere el fin de semana.
-¿Les afecta?
-Trabajar tres días muy fuertes y cuatro flojos no es bueno para nadie. Hay que ver cómo podemos equilibrarlo, es necesario para la empresa, para el trabajador y para el cliente.
-¿Le han visto las orejas al lobo con el interés que ha generado el concurso de chiringuitos de playa en empresas de fuera?
-Sí. El concurso no tuvo en cuenta el tiempo que llevaban abiertos los locales y fue un error. Los turistas nos preguntan dónde está este chiringuito o el otro. Nos ha servido para ver el gran interés que tiene la gente de fuera en abrir negocios aquí y te das cuenta de que estamos expuestos.
-¿Es malo que haya interés de empresas de fuera en invertir en Formentera?
-Si no hay relevo generacional, los negocios son cada vez más estacionales y con más problemas y llegan con mucho dinero, lo cómodo y fácil es vender. Y si todos vendemos, la isla cambiará.
-El reto no parece fácil…
-No, no es fácil, es más es bastante complicado, pero por algo se empieza. De hoy para mañana, no se va a solucionar.
-También incluyen empresas de ocio en su asociación. ¿Por qué?
-En Formentera nunca hemos vendido ocio nocturno, ni grandes discotecas, pero tenemos nuestro sector de ocio, la gente está de vacaciones y la gente de Formentera lo necesita. Es una demanda y hay que potenciar el sector, regularlo para que no haya excesos.
-¿Qué proponen?
-Buscar y encontrar un punto de equilibrio para que la gente puede trabajar sin molestar.
-¿Hay que ampliar el horario de cierre?
-Está permitido hasta las 4 de la madrugada y me parece suficiente. Hay que trabajar en el tema de ruidos y decibelios y encontrar un equilibrio para que haya oferta.
-¿Tienen empresas de ocio diurno?
-Este fenómeno está muy bien y tiene todo el sentido que sea potenciado porque genera menos molestias.
-¿Ha de promocionarse desde el Consell de Formentera el ocio?
-No, eso lo ha de hacer cada local o cada empresa cuando el turista está aquí. No hay que confundir al turista y tratar de atraerlo por el ocio. No somos Ibiza ni Mallorca, no podemos competir con estos destinos, ni hay una demanda social. Lo que no hemos de perder de vista es que el turista está de vacaciones y se ha de llevar una buena sensación de su estancia en Formentera.
Turismo familiar es bueno para Formentera fuera de temporada alta. No es buena idea que vengan familias en agosto
-¿Cómo ha ido la temporada?
-Hemos sufrido mucho la doble estacionalidad de fin de semana. Ha habido mucha gente, entre la que han venido muchas familias. El gasto medio per cápita de una familia es menor que el de una pareja o de un grupo de amigos y la caja se resiente. Turismo familiar es bueno para Formentera fuera de temporada alta. No es bueno vender a una familia que venir a Formentera en agosto es una buena idea.
-¿Cómo valoran los servicios públicos prestados en Formentera?
-La recogida de basuras es muy mejorable, ahora hay una nueva contrata y estamos a la espera de cómo funcionará. Nuestros principales problemas son la competencia desleal porque hay restaurantes que no tienen licencia de restaurante y que hay demasiados locales. Cierran una tienda y abren un bar y empieza a haber demasiados porque no hay nuevos clientes.
-¿Está pidiendo una moratoria o que se prohíban nuevos locales de hostelería?
-Algo hay que hacer. Hay sobreoferta. En temporada alta todo el mundo trabaja, pero después mucha gente cierra o trabaja muy poco. No hay trabajo para todos. Para el turista que viene no es bonito encontrarse locales cerrados o que funcionan a medio gas, eso nos perjudica a todos.
