El Grupo de Empresas Alonso Marí, SA es uno de los grupos turísticos ibicencos más importantes. Probablemente, el segundo después del Grupo de Empresas Matutes. Comparte con el primero su capacidad de diversificar dentro del negocio turístico. Cuenta con hoteles en Formentera, Ibiza, Mallorca y Menorca que gestiona a través de Insotel, una división naviera con Trasmapi, este año de celebración por sus bodas de oro, Formentera Cargo, Formentera Lines, Menorca Lines y la embrionaria Ceuta Lines, que opera las líneas Ibiza-Formentera y Mallorca-Menorca a la espera de aclarar su futuro en el Estrecho, y una división de marinas, con un sinfín de concesiones en los puertos de Ibiza (Marina Ibiza, Varadero Ibiza, Marina Port Ibiza), Palma (Muelle de la Cuarentena) y Mahón (Marina Port Mahón), donde aspira a seguir creciendo. Las dos últimas se agrupan en Insotel Marine Group.
Tiene además otros negocios menores en el contexto del grupo, como agencias de viajes, autobuses y una incipiente apuesta por la restauración y la hostelería con participaciones en varios negocios de Marina Ibiza y desde el pasado verano en Playa Solei. Una empresa familiar que factura más de 40 millones y llega a dar empleo a más de 2.000 personas.
Marcos Marí (Ibiza, 1969), uno de los cuatro hermanos al frente de la compañía, es el responsable de la naviera, las marinas y las inversiones en el Caribe. Tras el fallecimiento de su padre y fundador del grupo, Alonso Marí Calbet, en 2019, la compañía familiar decidió que no hubiera un heredero y que la gestión fuera colegiada.
Acompañan a Marcos en el Consejo de Administración y al frente del día del holding, sus otros tres hermanos: Javier, responsable de la Insotel Hotel Group, con la ayuda de Sara quien «está un poco en todo» y de Alonso, el último en incorporarse y que está al frente de las finanzas.
Desglosamos en esta entrevista los planes de futuro de la compañía en cinco entregas: el ocio, la naviera, las marinas, los hoteles y la sostenibilidad. Más de una hora de conversación da para mucho.
-Empecemos por la pregunta de millón: ¿Quién va a quedarse con la explotación de Lío?
–Trilantic (el fondo de inversión que compró Pacha y que se ha quedado con los Líos y los activos de Formentera y Mykonos) tiene contrato con nosotros hasta finales de 2025, es decir faltan todavía dos temporadas. Lo que le puedo decir es que no descartamos nada. De hecho, estamos en conversaciones con Trilantic, quienes nos han expresado su voluntad de renovar. Evidentemente, hemos tenido muchos acercamientos de diferentes grupos, pero para nosotros 2025 es un largo plazo y no tenemos prisa. Nuestra idea es tomar una decisión a finales de 2024. Tenemos la concesión de Marina Ibiza hasta 2032.
-En los últimos años han empezado a invertir también en negocios de hostelería de la mano del Grupo Vivir Descalzo, fundado por Miguel Sancho y Andrés García-Prado. ¿Valoran gestionar el local del Lío directamente o de la mano de algún socio?
-Nosotros directamente y solos, le puede asegurar rotundamente que no. Hemos tenido invitaciones para asociarnos o participar de alguna manera en el negocio de diferentes grupos. Nosotros somos muy de zapatero a tus zapatos y no tenemos un know-how en la restauración de alto nivel, por eso siempre vamos de la mano con gente que sabe mucho más que nosotros y nosotros les acompañamos.
-¿Actúan como un socio financiero?
-Se podría definir así. Nosotros lo que hemos aprendido en Marina Ibiza es que la gestión de una marina se puede comparar con la gestión de un hotel en la medida en la que en un hotel alquilas un espacio para que alguien que sabe más que tú te gestiona una instalación deportiva, un spa o un restaurante y al final el cliente no sabe quién hay detrás de cada servicio, pero su experiencia depende de todos los actores, lo que impacta en la marca del hotel. En Marina Ibiza, el cliente no sabe quién gestiona el Lío, el Capuchino o las tiendas, pero todo influye en su percepción.
Por eso, hemos aprendido que es fundamental tener vinculación con los negocios que se prestan bajo el mismo paraguas para garantizar la calidad del servicio. Esta fue la razón por la que empezamos a entrar en algunas actividades. Y por este motivo estamos analizando las propuestas interesantes que nos ha hecho gente de mucha reputación y credibilidad para decidir si hacemos alguna actividad en ese local. Pero, insisto, no está decidido y no descartamos renovar con el grupo Trilantic.
-¿El problema es un diferencial en el precio?
-No, no, no… Simplemente porque no tenemos prisa, quedan muchos años para que acabe el contrato. Esto va evolucionando día a día y estamos tranquilos con ellos, ya que la relación ha sido correcta.
-¿Se han planteado comprar a Trilantic y quedarse con el Lío?
-No. No está en nuestro business plan la vocación internacional que ha emprendido Lío, con proyectos en Londres, Mykonos y Dubái, nosotros seguimos muy enfocados en Ibiza. Lío es una marca muy interesante, hay que aplaudir lo que ha hecho y se ha demostrado un acierto la idea de Ricardo (Urgell, el fundador de Pacha) y su equipo.
-Desde un punto de vista de la oferta turística de Ibiza sería una lástima que el Lío no tuviera continuidad.
-Nosotros estamos encantadísimos de tener en Marina Ibiza esta oferta, pero también tenemos otros proyectos muy interesantes encima de la mesa. Es muy difícil conseguir un éxito de este nivel y mantenerse. Lío básicamente es una experiencia gastronómica y para mí la restauración es el negocio más complicado de la industria porque el cliente te está juzgando cada plato. Lío ahora está en una serie de proyectos internacionales y esa es una de las razones que nos hacen ver otros proyectos más enfocados a Ibiza y que nos despiertan curiosidad. Si no es el Lío, estamos seguros de que será algo que también gustará a la gente.
-Me parece que tiene bastante claro que a partir de 2026 habrá otra oferta en el local que fue la discoteca Divino y que ustedes participaran en su explotación.
-Le reitero que no hemos tomado ninguna decisión. Seguimos en conversaciones con Lío porque si hay algo que está funcionando bien, siempre tiene que ser una opción a tener en cuenta. Pero es verdad que sin nosotros buscar nada, hay mucha gente que me ha llamado para hacer una propuesta, nosotros evidentemente nos hemos reunido y les hemos dicho que el contrato acaba a finales de 2025 y que no tenemos prisa. Lo demás son rumores.
-¿Su participación en Playa Solei junto a sus socios en Roto Ibiza y Filin y Ushuaia Entertainement tiene que ver con un proyecto de futuro para el local del Lío?
-No. Nuestros amigos Andrés y Miguel nos pidieron ayuda para la parte hotelera de un proyecto en Playa den Bossa que nos pareció muy interesante. Nuestra responsabilidad es la gestión de los apartamentos y Andrés y Miguel se encargan del beach club y luego invitamos a Ushuaia Entertainement para que aportase su know-how en la parte de entretenimiento. Somos tres socios y cada uno se ocupa de lo que sabe hacer mejor. Estamos contentos y orgullosos de la aceptación que ha tenido y se ha demostrado un acierto la visión de Andrés y Miguel, los inspiradores del proyecto.
Evidentemente ha habido una inversión y esto es un proyecto a largo plazo. A mí me impactó cuando lo vi porque yo había estado en lo que era el Bora a Bora, un desastre de sitio todo sea dicho, y cuando fui a cenar, me quedé boquiabierto, ya que no podía creer la transformación que hemos hecho allí. Yo creo que un proyecto como el Playa Solei es magnífico para la zona. Como todo primer año, hay que mejorar muchas cosas, pero lo que se ha hecho es de aplaudir y refleja la mejora continua que está teniendo la zona e Ibiza en general.
-De alguna manera, el Playa Soleil es el paradigma de lo que está pasando en Ibiza. En La Voz de Ibiza no paramos de publicar noticias con importantes inversiones en reformas y reconversiones.
-Es fantástico, ya que toda esta renovación lo que hace es mejorar la oferta y darle más opciones al usuario, que es el que manda aquí. Tenemos un destino consolidado y numerosos retos por delante. Cada vez tenemos un cliente de mayor poder adquisitivo al que, si no le damos una mejor calidad, se marchará a otros destinos, ya que tiene otras opciones en el mundo.
Lo que nos preocupa y nos debe ocupar es el problema del alojamiento. Ya no es que sea difícil atraer talento, ahora es difícil retener talento porque se ha vuelto complicado vivir en Ibiza.
Es una contradicción que tengamos una industria potente de hospitality y tengamos dificultades para ofrecer un entorno amigable para tener a gente ilusionada y formada y corramos el peligro de acabar dando un mal servicio.
