Lejos de amainarse, la crisis de Formentera se recrudece. El presidente no adscrito del Consell de Formentera, Llorenç Córdoba, ha decidido expulsar del gobierno al presidente del PP de Formentera, Juan Manuel Alcaraz, a quien despojará de sus responsabilidades como conseller de Promoción Económica y Administración a principios de la semana que viene.
El movimiento desvelado por Córdoba a Diario de Ibiza este viernes supone un paso más en la escalda de enfrentamiento entre Córdoba y el resto de consellers de Sa Unió que comenzó a finales de noviembre cuando Córdoba anunció unilateralmente que estaba valorando dejar de apoyar incondicionalmente al Govern de Marga Prohens en el Parlament.
Los motivos que ha argumentado Córdoba para tomar esta decisión son la pérdida de confianza, su falta de ética y moral.
Más competencias para Córdoba
La primera consecuencia, y con toda probabilidad no la única, será que Córdoba asuma a su ya abultada cartera de responsabilidades las competencias que aún gestiona el presidente del Partido Popular de Formentera, partido que aporta cinco consellers a Sa Unió, la coalición a la que Compromís per Formentera aporta otros tres consellers.
No es la primera vez que Córdoba pone en el punto de mira a Alcaraz, a quien pidió su dimisión y la de su esposa, la vicepresidenta primera Verónica Castelló. Llegó a amagar con retirarles las competencias, punto al que no llegó entonces.
El movimiento ha sido conocido poco antes del inicio del pleno extraordinario convocado para aprobar las nuevas condiciones del programa Formentera.eco. El pleno ha empezado con unos minutos de retraso después de que se haya desarrollado con normalidad la comisión informativa previa.
Después de un cúmulo de versiones y de acusaciones cruzadas, Córdoba fue expulsado del grupo político de Sa Unió y adquirió la condición de presidente no adscrito.
Con competencias, sin confianza
Córdoba y los ocho consellers de Sa Unió continuaron con sus competencias intactas, pero con la confianza quebrada. Sa Unió dejó solo a Córdoba en la presidencia del pleno para evidenciar la ruptura.
Aún así, los nueve miembros del equipo de gobierno votaron juntos todos los puntos del primer pleno que se produjo tras la escisión, hasta entonces sin consecuencias jurídicas.
En un intento de acercar posturas y de recuperar un mínimo de normalidad y cordialidad, Córdoba volvió a pedir sentarse con los diputados del PP tras haber pedido ser alejado.
Mientras tanto, en los últimos días se han producido críticas públicas de Sa Unió a Córdoba por el retraso en la resolución del concurso de los chiringuitos y por el plus de 1.200 euros mensuales otorgado por el presidente a un asesor jurídico.
Trascendencia política
La expulsión de Alcaraz tiene un enorme significado político, ya que se trata del líder del Partido Popular de Formentera y, por lo tanto, de facto de la coalición Sa Unió.
Si finalmente se consuma la expulsión de Alcaraz, Sa Unió se enfrentará a la disyuntiva de mantenerse en el gobierno con un presidente no adscrito que ha expulsado a su líder natural del gobierno o decide abandonar el gobierno.
Vuelve a tomar relevancia que las posibles dimisiones deben ser aceptadas por Córdoba para no quedarse sin junta de gobierno, la moción de censura para lo que es necesario el apoyo de Gent per Formentera y el PSOE y la convocatoria de elecciones anticipadas en una administración local por primera vez en la historia de España.