Hoy viernes 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, una fecha muy lejana al concepto de feliz o de celebración.
La confusión del verdadero origen de esta fecha esta intrínsecamente relacionada con el origen de la protesta. Durante muchos años se difundió que esta conmemoración tenía su origen en la muerte de 123 mujeres trabajadoras en un incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York cuando realizaban sus labores un 25 de marzo de 1911.
Sin embargo, el acontecimiento que dio origen a esta jornada de protesta, se sitúa en 1917 y los movimientos feministas durante la Revolución Rusa.
En un contexto post Primera Guerra Mundial, las mujeres se declararon en huelga de hambre y salieron a las calles, un 23 de febrero, a reclamar por los estragos que había dejado la guerra y a pedir el derecho al voto femenino bajo la consigna Pan y Paz.
Tras 4 días de protesta y huelga, el Zar se vio obligado a ceder y el gobierno provisional concedió a las mujeres el derecho de voto.
¿Y dónde entra el 8 de marzo?
El estado Ruso, en 1917 aún utilizaba el calendario Juliano, mientras el resto del mundo se organizaba bajo el calendario Gregoriano. El 23 de febrero en el calendario Juliano, se sitúa el 8 de marzo en el calendario Gregoriano.
Sin embargo, no se adopta como fecha internacional hasta 58 años más tarde, en 1975, coincidiendo con el Año Internacional de la Mujer, cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU), reconoce dicha fecha, tomando como referencia los acontecimientos sucedidos el año 1917 en Rusia.
Está fecha tiene una historia de luchas y un contexto social en el que, poco a poco, se fueron gestando los movimientos que dieron origen a los feminismos actuales, como los movimientos socialistas femeninos en Estados Unidos en 1909, el rol fundamental de Clara Zetkin en 1910, o los movimientos de las sufragistas inglesas y el importante papel que desarrollo Emmeline Pankhurst.
El reconocimiento del Día Internacional de la Mujer implica la reivindicación de los reclamos de las mujeres y disidencias a lo largo y ancho del planeta, así también como la conmemoración de quiénes allanaron el camino para que hoy, las mujeres ocupen lugares que tiempo atrás eran impensados.
¿Por qué no es un feliz día?
El mercado ha hecho uso de esta fecha de lucha y reivindicación para transformarlo en un día meramente comercial desde un punto sexista y consumista.
Cada 8 de marzo, mujeres e identidades feminizadas toman las calles, se manifiestan en contra del sistema patriarcal en el que vivimos, reconocen a quienes lucharon antes, aclaman los derechos conquistados y reclaman por todos los que aún faltan por tener.
Es por esto que no es un día feliz, el 8 M es reconocido mundialmente como una jornada de protesta y reflexión.
