Antonio Domenech (Reus, 1959) tiene la enorme responsabilidad desde 2016 de dirigir la primera cadena de Ibiza en número de establecimientos y camas, la friolera de 31 hoteles en Ibiza que suman casi 5.000 habitaciones, a los que hay que añadir dos establecimientos en propiedad en Mallorca y otros tres en Menorca que en realidad forman un complejo.
Vibra Hotels está en pleno proceso de expansión tras ser adquirida por Hiperion Capital en 2014 en subasta por un fondo de inversión de capital riesgo que, al contrario de lo que se suponía, trabaja como si fuera una empresa familiar.
No tiene intención de vender y reinvierte todos los beneficios que genera su actividad en reposicionar hoteles y en crecer. El negocio para los inversores está en el incremento patrimonial que está logrando con el incremento de valor sostenido de la empresa que, además de mirar la cesta con los muchos huevos que tiene en Ibiza todos los días, también otea el mercado de Formentera al tiempo que sopesa abrir un hotel vacacional en la Península sin descartar la opción de abrir algún hotel de ciudad.
Vicepresidente de la Federación Hotelera de Ibiza y Formentera, no rehúye ninguna cuestión y hace gala en cada respuesta de su experiencia en cadenas como Barceló y Melià. No cabe duda de que es una voz autorizada.
-La actualidad manda. ¿Cómo se presenta la próxima temporada?
-La temporada pasada fue excelente en todos los sentidos. Para este año somos moderadamente optimistas porque a estas alturas estamos casi un 23% por encima en ventas de lo que estábamos el año pasado en esta fechas. Es una muy buena noticia, aunque aún es pronto para que sean datos significativos porque el turista cada vez reserva más tarde y también hay cancelaciones.
-¿Han subido los precios?
-La mitad del crecimiento en ventas viene por incremento de precios y la otra por un incremento de un 16 ó 17 % en el número de reservas. El destino sigue teniendo capacidad para crecer en precio porque tenemos un destino y una marca imbatibles: estamos cerca de casi todo, tenemos unas playas fantásticas, un ocio sin igual, paisajes de interior… No hay razón para el riesgo, lo que no quiere decir que no tengamos que mejorar la movilidad, el aeropuerto, la limpieza, que está mejorando, y otras cuestiones. Lo agradeceríamos todos.
-Teniendo tantos hoteles en un destino imbatible, ¿por qué perder el foco expandiéndose?
-No hacemos locuras. Históricamente, teníamos un hotel en la Playa de Palma, que estamos renovando actualmente para subirlo a cuatro estrellas. En plena pandemia, compramos otro hotel en Mallorca, de 443 habitaciones (el Vibra Beverly Playa) en el que este año hemos terminado la tarcera fase de renovación hasta completar la totalidad de las habitaciones, zonas comunes y restaurantes. Nos gustaría tener más peso en Mallorca y estamos siempre atentos al mercado, pero somos muy prudentes, nos gusta que nuestra gestión sea rentable desde el primer momento y analizamos muy bien las operaciones.
En Menorca, hemos tomado una participación en una sociedad que es propietaria de un hotel y tiene un contrato de arrendamiento de otros dos establecimientos en lo que era Vacances Menorca. Ha sido una operación compleja de reestructuración de deuda y de cambios internos. Este año serán operados con nuestra marca. También nos hacía ilusión tener un hotel allí.
-Entran con vocación de permanencia en este mercado pues…
-Sí. Llevamos ya tres o cuatro temporadas de colaboración en la comercialización con Vacances Menorca. Es una buena ubicación, que es un seña de identidad de la compañía. A partir de ahora, será una gestión integral bajo nuestra propia marca.
-¿Formentera se sigue resistiendo?
-Nos encantaría estar también en Formentera. Nosotros somos prudentes y nuestro crecimiento es muy orgánico, muy pausado, no tan financiero como otras compañías cotizadas o con otras estrategias. Trabajamos con recursos propios y no podemos acceder a determinadas operaciones. No nos preocupa porque nosotros no especulamos y no queremos vender y, por lo tanto, nos limita el crecimiento.
-Han anunciado que quieren crecer también a la Península.
-Hemos visto cosas. Nuestra vocación primera son las islas. Luego pensamos que sería interesante estar en un destino maduro de playa de la Península. Ahora estamos trabajando en otro tipo de operación. Está por concretarse.
-¿Un hotel de ciudad?
-Hay ciudades que son muy turísticas, como Málaga, Sevilla, Barcelona… No tenemos prisa, en estos momentos estamos reposicionando un hotel de tres a cuatro estrellas, reformando el Berverly (Mallorca), construyendo los dos hoteles de Sant Antoni (Vibra Yamm, ex hostal Catalina y el terreno de detrás) que pensamos abrir en abril de 2025, construyendo un beach club en el hotel Algarb para esta temporada… Para nuestra capacidad, que reinvertimos los beneficios, vamos bien. El año que viene vamos a renovar el antiguo Playa Sol I, el Jabeque Blue, si tenemos licencia. Tenemos mucho trabajo de reposicionamiento por delante todavía.
-Me sorprende el comportamiento del fondo de capital riesgo propietario de la compañía, ya que su manera de operar se parece más a una empresa hotelera familiar que a un instrumento de este tipo del que se esperaría que, tras comprar una compañía con problemas, la vendiera tras reestructurarla en el menor espacio de tiempo y con la mayor rentabilidad posible. Sin embargo, no venden, sino que compran, y no reparten dividendos, sino que los reinvierten.
-Yo no estaba en el momento inicial de la compra (2014), por lo que puedo hablar poco de ello. En aquel momento, se articuló un vehículo con el objetivo de adquirir la cadena, que se llamó fondo.
La operación era compleja debido a la situación en la que se encontraba la cadena. Nació como una inversión y el comportamiento del negocio ha conducido a la actual vocación de permanencia.
Lo que le puedo decir es que hemos tenido muchísimas oportunidades, muchos acercamientos, y no escuchamos. Los accionistas tienen vocación de permanencia. No hay idea de vender. El negocio es bueno, es estable y crecemos. No estamos engordando para vender. Que sea un fondo confunde, pero no es relevante que se llame fondo, sociedad anónima o sociedad limitada, lo importante es lo que hacemos y cómo lo hacemos.
-¿Y por qué han invertido los accionistas en un fondo que no retribuye la inversión y que no tiene idea de vender la compañía?
-Es una operación patrimonial de incremento de valor. Afortunadamente, tienen otros negocios y no tienen la necesidad de ser retribuidos. No es habitual. Son inversores a largo plazo que intentan crear un patrimonio lo más importante posible a través de un crecimiento sostenible reposicionado los activos. En 2016, teníamos un 16% de hoteles tres estrellas, el resto era de dos. Ahora el 80% de nuestro porfolio es de tres y cuatro estrellas y estamos trabajando para que todo sea de tres y cuatro estrellas.
No queremos estar en el segmento de cinco estrellas, aunque tenemos hoteles de cuatro estrellas superior parecidos a un cinco estrellas, como el hotel Vibra Yamm que abriremos en 2025, un cuatro estrellas con alma de cinco.
Queremos un segmento asequible dentro de lo que son los precios de Ibiza, enfocado a diferentes targets, con un value for money muy importante, con una alta satisfacción de nuestros clientes porque cumplimos sus expectativas y todo, de forma amable y divertida.
Nosotros tenemos dos señas de identidad, la ubicación y el trato del personal. Estamos trabajando mucho en esta línea, por eso hemos implementado un programa de incentivos al personal centrado solo en la atención al cliente muy importante. No tenemos prisa y sí mucho trabajo por hacer. Estamos ejecutando un plan y está saliendo bien.
-¿Y cuál ha sido el incremento de valor de la compañía desde que la adquirieron?
-Difícil cuantificarlo, pero muy importante. Hemos invertido 80 millones en reposicionamientos, que para nuestro tamaño es mucho flujo de tesorería. Este año destinamos 23 millones más. Todo eso es incremento patrimonial directo, pero el incremento de valor es mucho mayor.
-¿Cuál es su facturación anual?
-120 millones de euros.
-Con un 20% de beneficio pues…
-La rentabilidad es muy buena. Hay muchos factores que influyen en el cálculo del beneficio.
-¿Trabajan con una rentabilidad media superior a la de otras compañías como la suya?
-Sí. Somos muy buenos y nos gusta decir que lo hacemos muy bien. Y además jugamos con dos ventajas: las tarifas de Ibiza gracias a la fortaleza del destino y que tenemos todo centralizado, con casi 5.000 habitaciones y todos los hoteles a 10 minutos de la central. Desde esta oficina (en el polígono de es Gorg), compramos, gestionamos, vendemos, administramos… lo que es una ventaja competitiva. No es lo mismo una compañía con hoteles diseminados. Nosotros lo notamos con los hoteles de Mallorca y Menorca, ya que tienes que desplazar equipos y dar apoyos constantemente desde la central. Probablemente, debemos de ser una de las compañías más rentables del sector. Además, solo tenemos dos hoteles alquilados.
-Esta semana se ha celebrado la ITB de Berlín. ¿Es relevante el mercado alemán para Vibra Hotels?
-En Ibiza tenemos alrededor de un 7% y en los hoteles de Mallorca es superior al 25%.
-Con tantos hoteles y tan diferentes, unos para clubbers, otros para familia todo incluido, otros de ciudad abiertos todo el año ¿cómo se gestiona la marca?
-No es un problema para nosotros. La arquitectura de marcas es compleja y crear una marca nueva no es ponerle un sello. Es caro y complejo y hay que organizarlo bien. Con el tamaño que tenemos no tendría sentido no trabajar con la misma marca. La marca te asocia a un servicio y a un precio. Nosotros decimos que somos funky, smart, casual, y que el value for money tiene que estar muy compensado. Si en algún momento vamos a alguna ciudad, probablemente tendremos que reflexionar sobre la marca. Ahora, la gente sabe muy bien a qué tipo de hotel va por las ubicaciones y por los servicios que ofrecemos. Además, tenemos mucha venta directa y los equipos de venta se lo explican a los clientes. No hay confusión.
-¿Le gustaría que todos sus hoteles fueran de clubbers o familiares?
-No. La ubicación marca mucho el tipo de cliente y estamos satisfechos con nuestra diversidad.
-No puedo acabar la entrevista sin poner sobre la mesa el problema de la vivienda.
–Hemos de acabar con los alquileres turísticos ilegales, ante cuya problemática he de reconocer que se ha avanzado mucho. Si la lucha puede ir por actividades será un gran salto. Con cuatro precintos, la situación cambiaría mucho. Este tipo de prácticas nos hacen mucho daño y van en detrimento del residente. En el momento en que cortemos estas prácticas de forma radical, los propietarios volverán al mercado residencial porque preferirán alquilarlo a una familia antes que aventurarse a alquilarlo a siete personas que no conocen, que te destrozan el piso, aunque proporcionen ingresos muy importantes.