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MAESTRA ARTESANA/NURIA COSTA

“La única manera de que no se pierda nuestra cultura es enseñándola”

Nuria Costa, Maestra Artesana Espardenyera y Maestra Artesana Honorífica Tejedora, lleva más de 20 años dedicada a difundir la cultura ibicenca
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Nuria Costa en el Punt Jove de Jesús.

Nuria Costa lleva más de 20 años dedicada a, como maestra, difundir la cultura ibicenca, ya que asegura que «la única manera de que no se pierda nuestra cultura es enseñándola». Nació en Barcelona, en el año 1950, y con tan sólo seis años llegó a Ibiza donde ha vivido desde entonces. Reconoce que siempre sintió gran admiración por la cultura ibicenca y el traje payés, aunque no fue hasta sus 43 años cuando, animada por su marido, se apuntó a un curso de espardenyes y de tela en La Colla de l’Horta de Jesús. Desde ese momento, no ha parado de difundir sus conocimientos.

Es Maestra Artesana Espardenyera y Maestra Artesana Honorífica Tejedora y, aunque asegura que el tiempo que emplea en el oficio no considera que esté trabajando, sino practicando «un hobby», se dedica a ello prácticamente 40 horas semanales. Las clases las imparte en la Escuela de Artes y Oficios, en el Punt Jove de Jesús y en la plaza del pueblo los viernes por la tarde. En total enseña a entre 20 y 30 alumnas.

Un mes

Un trabajo laborioso y artesanal que requiere de mucha dedicación. Para hacer las espardenyes, lo primero es «ir a buscar el esparto y hacer una trenza de cinco ramales para la suela». Después, «la planta de la pitra se ralla para sacar los hilos que confeccionaran la parte textil». Las de mujer se tejen trenzado el hilo, mientras que la de hombre se va enrollando el hilo en forma de cordón. Por último, se ponen unas hormas que ayudan a darles forma, se lavan, se blanquean con «almidón de arroz y gelatina de pez y se les da brillo con la piel de un limón y huesos».

«Para unas espardenyes de mujer, que demandan más tiempo, se necesitan jornales de ocho horas diarias durante un mes». El gran tiempo que conlleva confeccionar cada par, hace que «no sea rentable su producción a nivel comercial», explica Costa. De hecho, durante un tiempo lo intentó junto con otras artesanas realizando producción en cadena, pero lo fueron abandonando «por la dedicación que exigía», admite.

Difusión

A pesar de ello, considera que «cada vez se valora más la artesanía», pero el precio al que se tiene que vender para poder vivir de ello hace que «sólo pueda permitírselo una parte muy pequeña de la población, por lo que la demanda es muy poca». Este hace que «apenas haya profesionales de este gremio”, pero es importante que, «aunque no haya gente que se dedique profesionalmente, sí haya gente que pueda explicar la técnica y difundirla porque mientras exista el ball pagés, el oficio tendrá una utilidad«, concluye.

En el taller de tela enseña a confeccionar vestidos típicos payeses de lana y lino con un telar tradicional. Un trabajo en el que es necesario el trabajo en equipo de varias artesanas juntas para realizar funciones como el tensado de los hilos.

Costa contribuye a la difusión de la cultura ibicenca tanto a nivel nacional como internacional, asistiendo a ferias artesanales en Barcelona, Menorca,  Zaragoza o Alemania. En 2021 ganó el premio Xarc de Santa Eulalia por su labor en el mundo de la artesanía ibicenca.

 

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