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ENTREVISTA A ARTAL MAYANS/CONSELLER DE TURISMO DE FORMENTERA

Artal Mayans rompe su silencio: «No sé cuánto voy a durar, yo no estoy con Córdoba, estoy con el Consell y con Sa Unió»

El único conseller del gobierno de Formentera pide a Córdoba que se vaya: "Uno no puedo mantenerse en el barco con alguien que va contra el iceberg, yo no me voy a hundir y acabaré saltando"
  • "El único proyecto de Córdoba es fabricar una dictadura, con nuevas leyes, para mantenerse en el poder"
  • "La moción de censura la debería presentar Sa Unió, GxF y el PSOE perdieron las elecciones"
Artal Mayans
Artal Mayans.

Artal Mayans (Vitoria, 1993) está en el foco de la actualidad informativa de Formentera desde que evitó presentar la dimisión como conseller del equipo de gobierno del Consell de Formentera como el resto de miembros de Sa Unió, formación de la que, sin embargo, no dimitió y a la que está vinculado a través del Partido Popular.

El jueves pasado, en un pleno esperpéntico, llegó a dirigir el debate en varias ocasiones como vicepresidente de facto de la Corporación. Cargo del que reniega. «Yo no puedo ser vicepresidente ni miembro de la Junta de Gobierno porque no tengo dedicación exclusiva, ni quiero.»

Mayans es, de momento, conseller de Turismo, Nuevas Tecnologías y Vivienda. De padre formenterés y madre vasca, nació en Vitoria porque entonces no había hospital en la isla. Habla castellano, inglés, italiano, catalán y «valenciano si se quiere considerar un idioma».

Graduado en Administración y Dirección de Empresas y Economía, además de formación en el ámbito digital, Mayans es emprendedor, tras abrir un pub en es Pujols junto a un socio. De casta le viene al galgo, ya que su padre tiene una empresa de alquiler de vehículos y su madre una inmobiliaria, actividades a las que también se ha dedicado.

Fue fichado para la causa por José Manuel Alcaraz, entonces presidente del PP de Formentera. Niega la teoría de estar a las órdenes de Juan Manuel Costa, presidente de los hoteleros de Formentera y expresidente del PP de la isla. «No me debo a nadie, ni rindo pleitesía a nadie. Costa no influye en mis decisiones y me respeta», aclara.

Artal Mayans rompe su silencio en esta entrevista en La Voz de Ibiza.

-Usted decidió no dimitir del cargo de conseller de Turismo y se mantiene en el equipo de gobierno. Sin embargo, no ha dimitido como miembro de Sa Unió. Dijo que se tomaría unos días de reflexión. El pasado jueves fue nombrado vicepresidente de facto y representante del Consell de Formentera en el Consejo de Administración de Autoridad Portuaria de Baleares. ¿Cuál es la situación? ¿Es miembro de Sa Unió?

La situación en general no es habitual, ni mucho menos normal. No estoy junto a Llorenç Córdoba, sino que estoy en el Consell como conseller de Turismo, Vivienda e Innovación, según fui designado al principio de la legislatura, para colaborar y desarrollar proyectos. 

Si no he dimitido es porque en el área de Turismo estamos llevando a cabo una serie de actividades y proyectos importantes que no quería abandonar. Llevamos meses trabajando para que se desarrollen y se implementen dichos proyectos. Y si me hubiese ido, se habría perdido la inversión y el trabajo realizado. Me habría sabido muy mal que esto acabase así.

Quiero dejar claro que sigo estando completamente del lado de mis compañeros de Sa Unió y sigo perteneciendo a la coalición.

Yo pienso que el presidente Córdoba debería dimitir. El día de la reunión en la que estábamos los ocho consellers y él (1 de diciembre de 2023), le dije que me parecía que tenía que dimitir. Al pedirle explicaciones por su comportamiento, su respuesta en ese momento fue que Toni Costa (vicepresidente del Govern balear) también había cometido errores (en alusión a la contratación como alto cargo de amigo suyo entonces denunciado por malos tratos ahora condenado). Su respuesta fue justificar un error con otro.

Yo no me involucré en política para esto. Tengo negocios familiares y personales y afortunadamente no necesito de la política para vivir. Por suerte, en Formentera muchos de los que somos de aquí no dependemos de un sueldo público para subsistir.

Me da igual que los sobresueldos puedan haber sido habituales en PP y PSOE, pienso que no deberían existir y que la política local ha de ser diferente.

Ese día, el presidente no nos convenció, por lo menos a mí no me convenció. Desde ese momento, se decidió una trayectoria de separación, que culminó con la expulsión de Llorenç Córdoba como miembro de Sa Unió, quedando como presidente no adscrito. Y de ahí en adelante toda la situación política que estamos viviendo. 

-Entiendo, pues, que su permanencia en el equipo de gobierno es meramente circunstancial y que en cualquier momento va a presentar la dimisión..

-No sé cuánto tiempo voy a seguir. Con el presidente hablé el día antes de que los compañeros presentaran la renuncia. Él me dio una serie de explicaciones que no me convencieron. La realidad es que está solo y que el contexto es complicado.

Muchas cosas que uno quiere hacer se quedan paradas, estamos en una situación que es ingobernable, es absurda. Por mucho que uno tenga la voluntad de que todo siga adelante, si todos los demás se han ido, estás solo. Y a mí también me tocaría hacer lo propio.

Me frena que, en las reuniones que aún seguimos teniendo con los sectores de la isla, todo el mundo nos manifiesta lo mismo: que están contentos de que por fin tengamos contacto con ellos, que les pidamos la opinión, que consultemos, que pongamos las ideas sobre la mesa para debatir. Es un trabajo que la gente nos está agradeciendo mucho. Que todo esto se tenga que perder porque una única persona no sea capaz de ver que está sola es una lástima. Al final, esto no es una empresa privada en la que uno pueda decir yo soy el dueño y me quedo aquí.

¿Es consciente de que su permanencia en el equipo de gobierno ha supuesto un balón de oxígeno para el presidente no adscrito?

-Si está respirando de ese oxígeno, se va a ahogar, porque esto no es oxígeno. Creo que más claro no lo puedo decir. No estoy ahí por él, estoy ahí por la gente de Formentera, estoy ahí por el Consell y por los proyectos en marcha. El día que dimitieron mis compañeros, entró una persona nueva a trabajar, la semana siguiente entró otra, para llevar a cabo los proyectos de Infoturismo y del directorio que estamos llevando a cabo, entre otros. Nada más. Estoy por el trabajo. No estoy por el presidente. 

-¿Usted medió entre Sa Unió y Córdoba antes y después de la dimisión para que volviera José Manuel Alcaraz al equipo de gobierno?

No exactamente. Intenté mediar para que se encontrase una solución, para que se acabasen las desconfianzas, los egos y para que hubiese una mesa de diálogo, sin alzamientos de voz ni tensiones. Lo intenté como última salida, porque veía que mis compañeros estaban pensando en tomar una medida desesperada, que es lo que han tenido que hacer, porque uno no puede mantenerse en el barco con alguien que va contra el iceberg, hay que saltar, y yo al final estoy aguantando, pero no me voy a hundir, saltaré cuando tenga que saltar también. No sé cuánto tiempo tardaré. 

-¿Le ha dicho personalmente al presidente que la única salida posible que usted ve es su dimisión?

-El día que me reuní con él le dije que tenía que encontrar una solución, pero después de eso salió en prensa diciendo que con él habíamos ganado nueve consellers y que teníamos que continuar. Esa semana en prensa empezó a insistir en que era imposible que el señor Alcaraz volviese a entrar, entonces forzó la dimisión de los compañeros y ahora la situación ha cambiado. No he vuelto a hablar con él sobre el asunto. Me dijo que estaba haciendo todo lo que podía, pero realmente todo lo que puede hacer ahora y no queda otra, porque no hay más salidas, es dimitir. 

A nosotros nos votaron para entrar en el Pleno y nosotros le votamos a él. El único proyecto de Córdoba es fabricar una dictadura, con nuevas leyes, para mantenerse en el poder.

-¿Confía realmente en que Llorenç Córdoba acabe dando el paso y dimita finalmente? No está dando muestras de ello. 

-Lo ha de hacer por sentido común. Más evidente no puede ser. Si no tiene el apoyo de sus compañeros y la oposición le ha rechazado todas las salidas, no hay alternativa. Está solo, como se vivió el otro día en el Pleno, donde pareció actuar de forma muy arrogante ‘yo soy más fuerte y por eso me puedo quedar aquí y vais a tener que presentar una moción de censura para echarme’, como diciendo que no os atreveréis a dejar de lado el programa con el que hemos ganado las elecciones solo para echarme.

El problema es que él ha puesto un precio (4.000 euros al mes) a su voto (en el Parlament). Por lo tanto, no sabemos si el programa de Sa Unió se va a mantener porque en cualquier momento con un soborno, con un sobre bien cargado, se pueden cambiar las intenciones de un voto que puede ser decisivo.

La decisión no es nuestra, la decisión es suya y nos obliga a tomar una vía que no va a favorecer a nadie, porque el pueblo decidió que Gent per Formentera y PSOE tenían que pasar cuatro años fuera del gobierno.

Pero para evitar que por un soborno se pueda vender la intencionalidad del voto, tendremos que firmar una moción de censura contra él. Es totalmente ridículo cuando lo sencillo sería decir ‘vale, no hemos llegado a un acuerdo, me he quedado solo y te puedes ir con la cabeza bien alta diciendo que un día os daréis cuenta de lo equivocados que estabais’ y marchar a casa.

Cuando salgan a la luz las denuncias que hemos presentado tantos unos como otros, ahí se verá. Pero lo que no puede hacer es secuestrar la institución. No puede ahora crear leyes nuevas como si esto fuese una dictadura. Tiene el poder de decidir y la única decisión que queda cuando todo el mundo le ha dicho que no es salir.

-¿Qué le traslada el presidente Llorenç Córdoba cuando habla con él?

– Cuando dimitieron mis compañeros, conversé con él y me dijo que el principal problema era la falta de confianza, en especial con (José Manuel) Alcaraz. Me dijo que no podía contar con su presencia en el gobierno porque filtraba información. Yo le dije que si son tan graves estos hechos y tiene pruebas, lo que hay que hacer es denunciarlos y ya está. No podemos romper un equipo de gobierno, quitar a la persona que más sabe, la que nos ayuda en muchos casos, la que nos coordina, dejando al equipo de gobierno tirado, por supuestas desconfianzas.

Hemos manifestado abiertamente que estamos del lado de Alcaraz. Entonces, la desconfianza es hacia todos, luego, nos tendría que haber cesado a todos. Es algo personal contra él, además visceral. Se ha querido vender que el señor Alcaraz quería llegar a la Presidencia sin pasar por las urnas cuando Alcaraz ya le dijo desde el primer día que él mismo renunciaría a ser presidente sí dimitía y él seguía diciendo que era una cuestión de desconfianza. No es así. 

-¿Arreglaría algo que dimitiera José Manuel Alcaraz?

-No. Nosotros estamos con José Manuel Alcaraz desde el primer día. Es el conseller más preparado, con más experiencia, el que ayuda a los demás y no hay ninguna razón para que dimita.

La destitución de Alcaraz fue sin ninguna razón clara y deterioró la confianza con el resto del equipo. Mis compañeros lo podrían explicar mejor, porque yo no estoy en la Junta de Gobierno. Además, no puedo estarlo porque no tengo dedicación exclusiva (cobra el 90% del salario de un conseller). Renuncio a parte de mi sueldo para poder dedicarme a la política y pagar mis impuestos como autónomo y como asalariado por cuenta ajena en otras dos empresas. 

-¿Cómo es su relación con Córdoba?

A nivel personal, no tengo nada en contra del señor Córdoba, pero a nivel profesional es evidente que no puedo seguir confiando en él, aunque siga siendo el presidente. Le hemos denunciado por una serie de prácticas y con ello está claro que no estamos de acuerdo con las acciones que pueda tomar.

Él es el responsable de todo lo que haga. Si algún día hace algo muy escandaloso, nosotros ya habremos avisado.

Aquí no se trata de bandos, se trata de que independientemente de que él tenga o no tenga razón, si no tiene apoyos, debe dimitir y dejar que siga gobernando el programa electoral que ganó. Que se pueda aplicar el programa y no forzar una moción de censura que dejaría de lado el programa que lo puso allí.

Los políticos estamos por detrás de los programas. El programa es lo que se le ha dicho al pueblo y se tiene que cumplir. Lo correcto es que se fuera.

Él dice que el día que sea un problema, se irá. Pues ahora mismo, él es el problema. Va a forzar que los demás miembros que deberían estar de su lado traicionen al programa con el que se presentaron y por el que estamos todos ahí, debido a sus acciones.

Pero también está el honor. Si el voto de Córdoba tiene un precio, tiene un valor y es susceptible de mercadeo, y con tal de que ese voto no sea susceptible de compra-venta, si no dimite, no quedará otra alternativa que la moción de censura.

-¿Se ve votando una moción de censura?

-Contra el presidente sí.

-Si tuviera que apostar, ¿cuál sería su apuesta?

-Al final, yo creo que Córdoba respetará el mandato del pueblo y no permitirá que lleguemos al extremo de echarle.

-¿Qué hace falta para articular una moción de censura?

-El secretario decía unas cosas al principio, ahora dice otras… De lo que hay duda es que faltan un mínimo de nueve consellers. Tengo claro que la moción de censura la debería encabezar Sa Unió, no Gent per Formentera, partido que ha acusado a Alcaraz de querer llegar a la Presidencia sin haber ganado las elecciones y es lo que ellos quieres hacer ahora mismo. Perdieron las elecciones. No he querido perder el foco en esto, estoy centrado en mi trabajo.

-¿Hay riesgo de que se rompa Sa Unió con la propuesta de GxF de negociar solo con Compromís y excluir al PP?

-Yo diría que no. Pero eso debería preguntárselo a Compromís.

-¿Cómo es el día a día? ¿Tiene alguna interlocución con el presidente?

Ahora mismo, interlocución hay poca. Si me pregunta, le contesto. En el área de Promoción, trabajamos de forma bastante autónoma. 

-¿Cuál es el ánimo en la plantilla del Consell de Formentera?

-La gente está preocupada porque ven que su trabajo no sale igual. E incrédula por todo lo que está pasando. Yo trabajo en el edificio principal, al igual que Córdoba, y hay de todo. Gente que me dice que me vaya, gente que me dice que me quede… Estamos en una situación difícil. El sentido común dicta que esta persona debería reconocer que se ha quedado sin equipo y cuando te quedas sin equipo, no puedes seguir entrenando a nadie. 

-En el mundo del fútbol parece más fácil… 

-Es igual de fácil. Si el entrenador no goza de la confianza de la plantilla, se va y si no se va, le acaban echando.

 

 

 

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