José Manuel Alcaraz ha dimitido como presidente del Partido Popular (PP) de Formentera para «garantizar la estabilidad política del Consell». Cabe recordar que fue destituido de su cargo en la Junta de Gobierno por el presidente del Consell, Llorenç Córdoba, en medio de una tensa crisis política en la isla.
La secretaria genera de los populares de la isla, Ana Negre, se une a Alcaraz en su decisión de abandonar su cargo en la formación. El PP de Formentera explica que «Alcaraz y Negre han querido dar este paso como gesto de responsabilidad y para visualizar que en el Partido Popular no existen personalismos, sino que el Partido Popular, como miembro de la coalición Sa Unió, quiere ser parte de la solución ante la actual situación política en Formentera».
La nota finaliza explicando que Alcaraz, «ha querido agradecer la ayuda que me han dado los afiliados durante estos años» y que «nuestro trabajo siempre ha sido por el interés general de Formentera».
Crítica a Córdoba
Alcaraz plantea que la única salida viable a esta crisis es «la dimisión de Córdoba porque hay 17 consellers que piden su renuncia. No puede seguir comportándose como un dictador«. Además, asegura que el presidente insular «vive en una realidad paralela», según comparte Ser Ibiza sobre la reunión celebrada el pasado lunes.
Se mantiene como conseller
A pesar de esto, Alcaraz mantiene su acta como conseller, porque asegura que su marcha no soluciona el problema de gobernabilidad y deja en claro que Sa Unió «no volverá a sentarse nunca más a negociar» con Córdoba porque los ha «insultado, estafado y extorsionado».
El origen de la crisis
En noviembre de 2023 comenzó esta crisis después de que Córdoba anunciara que se planteaba dejar de mantener el «apoyo incondicional» a la presidenta del Govern, Marga Prohens. Tiempos después trascendió que pedía sobresueldos para mantener su fidelidad, y a partir de ese momento el distanciamiento entre los ocho consellers de Sa Unió y el presidente fue creciendo.
En ese momento, sus compañeros de coalición pidieron su dimisión, mientras él hacía lo propio con la vicepresidenta primera, Verónica Castelló, y del propio Alcaraz.