La crisis de la vivienda en Ibiza no es nueva, pero hay historias que exponen su lado más duro. Manuel Morillas, conocido como «Manolito», lleva casi 50 años residiendo en Ibiza y ahora deberá abandonar la isla ante la imposibilidad de afrontar los costes del alquiler, agravados por una reciente normativa que endurece la regulación sobre caravanas.
Según relató a Huffington Post, Manolito lleva años viviendo en una caravana estacionada en un solar privado en Santa Eulària des Riu, tras quedar inoperativa por una avería. Con una pensión que apenas supera los mil euros, la alternativa habitacional que encuentra es prácticamente inexistente. «Están alquilando balcones por 500 euros, el balcón solo. Una habitación ya son 1.000 euros», denunció Manolito al citado medio.
La nueva normativa municipal sobre caravanas, que prohíbe pernoctar fuera de campings autorizados, pone a Manolito en una situación imposible. Como explicó a Europa Press, las multas por incumplir esta regulación llegan hasta los 30.000 euros. «No lo entiendo, van a por nosotros», expresó el jubilado, quien asegura que alojarse en un camping le costaría entre 90 y 150 euros diarios, cantidades imposibles para él.
La incertidumbre del futuro con ‘Manchita’
Más allá del problema económico, la gran preocupación de Manolito es su perra «Manchita», su compañera durante los últimos 11 años. En declaraciones al Huffington Post, contó con emoción cómo la posibilidad de separarse de ella no es negociable. «Imposible», respondió con firmeza ante la posibilidad de darla en adopción.
Desde el Ayuntamiento de Santa Eulària confirmaron a ambos medios que los servicios sociales están evaluando su caso particular. Señalaron la existencia de dos albergues municipales en los que es posible vivir con mascota, aunque aún no está confirmada la disponibilidad para él.
Sin embargo, la alternativa de alojarse en un albergue ya fue valorada anteriormente por Manolito y descartada por las condiciones en las que se encontraban. Según recordó en su conversación con el Huffington Post, «son literas, a lo mejor en una habitación pequeñita había 20 personas. Llegué allí, lo vi, y me dije ‘no puedo, es inhumano'».

Multas que llegan hasta los 30.000 euros por aparcar caravanas fuera de campings
La nueva regulación aprobada por el Consell de Ibiza, recogida en la Ley 5/2024, prohíbe estrictamente la pernoctación o el estacionamiento prolongado de caravanas y autocaravanas fuera de las áreas autorizadas o campings oficiales.
Las multas previstas por infringir esta normativa pueden oscilar entre 10.000 y 30.000 euros, dependiendo del grado de incumplimiento. Incluso acciones consideradas leves, como instalar mesas, toldos o sillas junto a las caravanas aparcadas en zonas públicas o privadas no autorizadas, pueden acarrear sanciones que rondan los 750 euros, según recoge la normativa municipal en Santa Eulària.
Más de 170 avisos emitidos en Ibiza ante el endurecimiento de las restricciones para caravanas
Desde principios de junio, el Consell Insular y las policías locales de Ibiza han intensificado una campaña informativa destinada específicamente a personas que viven o pernoctan en caravanas fuera de campings autorizados.
En total, más de 170 propietarios de caravanas han recibido advertencias oficiales sobre la nueva ley y la obligatoriedad de trasladarse a las pocas plazas disponibles en campings oficiales de la isla.
Actualmente, Ibiza solo cuenta con unas 200 plazas habilitadas para este tipo de vehículos, que requieren reserva previa y cuotas de acceso, lo que supone una presión añadida para decenas de residentes que han optado por esta modalidad habitacional ante la crisis inmobiliaria.
«Ahora no sé qué voy a ser, un nadie»
La presión económica y normativa ha provocado una profunda frustración en Manolito, quien asegura sentirse abandonado después de haber entregado casi medio siglo de trabajo en hostelería a Ibiza. «No soy pobre, tengo mil euros, puedo vivir, pero mi problema es la casa», destacó al Huffington Post.
Ahora, resignado, su plan de emergencia consiste en volver a Valencia, su ciudad natal. «Cogeré cuatro cositas, a la perra y a València. No quiero vivir como ellos quieren que yo viva», afirmó rotundamente.
Según explicó a Europa Press, muchos de sus compañeros del aparcamiento donde vive en caravana han optado por marcharse de la isla ante el temor a ser multados por la nueva normativa. «Son gente trabajadora, tienen un turno que les explotan, trabajan 18 horas y cobran 1.200 euros. Han tenido que volverse porque no pueden costearse un apartamento, son carne de cañón», sentenció Manolito en declaraciones al Huffington Post.
Una Ibiza irreconocible para sus habitantes
Manolito, testigo de la evolución de la isla durante casi cinco décadas, lamenta profundamente los cambios recientes. «Llevo aquí 47 años y esto ha dado un cambio increíble. Todo hoteles de 5 estrellas, todo clientes que vienen en aviones privados. Es que no quieren ni trabajadores, les da igual», comentó al Huffington Post.
El drama de Manolito y «Manchita» no es aislado. Refleja una situación que se extiende a trabajadores, jubilados e incluso funcionarios públicos, quienes, ante alquileres imposibles y normativas restrictivas, acaban expulsados de la isla que ayudaron a construir.