La reclamación de los vecinos de Cala Vadella, alertando sobre la “dramática” situación de la depuradora y la urgencia de su ampliación y renovación ante el riesgo medioambiental, ha desvelado un caso surrealista de promesas incumplidas y una solución valorada en un millón de euros arrumbada en el puerto de Barcelona que espera desde hace meses.
Tal como avanzara La Voz de Ibiza, un grupo de vecinos de la polémica urbanización ubicada en el municipio de Sant Josep se han dirigido tanto a la presidenta del Govern balear, Marga Prohens, como al alcalde de Sant Josep, Vicent Roig, y a la Dirección General de Recursos Hídricos de la Conselleria del Mar y del Ciclo de Agua para que se desbloquee la “obra de renovación y ampliación de las instalaciones y capacidad de la Estación Depuradora de las aguas residuales de las urbanizaciones y locales de negocios adscritos a las urbanizaciones de Cala Vadella”.
En tal sentido, las instalaciones se encuentran “obsoletas y totalmente desfasadas”, por lo que son “insuficientes como para poder depurar y reciclar todas las aguas sucias y fecales que le llegan de todos los inmuebles del entorno de las urbanizaciones y locales de Cala Vadella”, han alertado.
Este conflicto lleva al menos seis años, cuando en 2019 la Dirección General de Recursos Hídricos de Baleares emitió una resolución desfavorable de la obra civil. En abril de ese mismo año, el Ayuntamiento había paralizado las obras que ya se estaban ejecutando al considerar que había «un exceso de excavación» en relación con la comunicación previa para llevar adelante los trabajos.
A pesar que la empresa UMSA (Urbanizadora del Mediterráneo S.A.), ahora propiedad de Azur Estate, quien gestiona la depuradora y que tiene contratado para su mantenimiento a Aqualia, ya ha presentado una serie de medidas a adoptar para prevenir “adecuadamente el riesgo de inundación en la obra de ampliación de la depuradora y redes de aguas fecales”, no logra conseguir la aprobación del Departamento de Recursos Hídricos del Govern balear.
Una promesa incumplida
La empresa Azur Estate, promotor inmobiliario europeo con una trayectoria de 40 años en proyectos residenciales, hoteleros y comerciales de alto nivel, ha adquirido la antigua urbanizadora de Cala Vadella: UMSA.
El objetivo era “llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento para desbloquear el sector y, de alguna manera, que otorgaran licencias sobre las parcelas de suelo urbano”, según ha explicado a La Voz de Ibiza el abogado Miguel Vergara, quien representa a Azur Estates.
Sin embargo, el alcalde anterior del Ayuntamiento de Sant Josep, Ángel Luis Guerrero Gelu –investigado en la causa Magister dixit de urbanismo a la carta- había argumentado que el bloqueo a nuevas licencias se debía a “una imposibilidad por el tema de la depuradora, que se quedaba corta para todo el sector”.
“Entonces nos invitó a que compráramos una depuradora y procediéramos a la instalación de la misma”, explicó el letrado.
A pesar que UMSA adquirió la nueva depuradora para ser instalada en la misma parcela, de momento no solo no obtuvo el permiso para su ampliación sino que tampoco se desbloquearon las nuevas licencias por parte del Ayuntamiento para continuar con la urbanización.
Una solución arrumbada
Vergara ha explicado que la nueva depuradora, que solucionaría el constante hedor que invade la zona y los vertidos fecales a la playa, espera arrumbada en dos contenedores en el puerto de Barcelona.
“UMSA compró la depuradora y la tenemos en el puerto de Barcelona, pagando un alquiler en un depósito que es una sangría mensual y sin autorización para poder colocarla”, detalla.
En un primer momento, Recursos Hídricos denegó la instalación y luego puso una serie de condiciones ante el riesgo de inundaciones.

“Estas condiciones ya se recogen en el nuevo proyecto que se presentó en octubre de 2024, mediante solicitud a Recursos Hídricos, y a día de hoy todavía no tenemos respuesta”, ha explicado el abogado de Azur Estates.
Este proyecto ha sido avalado por el ingeniero civil German Cifuentes Cervantes, quien “está llamando constantemente a Recursos Hídricos, pero no acaba de desbloquearse este tema”.
Vergara ha manifestado que “no hay argumento. Hay silencio por respuesta. No tenemos contestación. Nos dicen que técnicamente el proyecto está bien, pero que lo estaban viendo los juristas, porque si había una parte de la zona que era zona inundable y tal”.
Sin embargo, el abogado ha explicado que el Juzgado de Instrucción de Ibiza ha determinado que “esta zona no era un canal y que no era zona inundable. Lo que había que hacer eran los vertidos para la salida de agua correspondientes. Y eso está previsto en el proyecto”.
En tal sentido, ha añadido que “tenemos una depuradora para ampliar la existente y darle dotación a todo el sector, que eso mejoraría una barbaridad la calidad de las aguas y de toda la zona, de la cual se beneficiarían todos los vecinos sin coste alguno para ellos y para el Ayuntamiento, y no hay manera de que Recursos Hídricos nos den una respuesta”.
Una inversión millonaria paralizada
Mientras tanto, la nueva depuradora aguarda en dos contenedores en el puerto de Barcelona. Esta inversión ha demandado un coste de 600.000 euros.
A eso habría que añadirle el gasto mensual por el arrendamiento fuera de los cálculos iniciales “de dos containers alquilados en el puerto de Barcelona que valen un dineral” -según explica Vergara- y las obras que demandarán para la instalación.
“El coste de la instalación está en torno a los 400.000 euros. La inversión total es de un millón de euros, teniendo en cuenta que hay que tener un muro de intención y una salida de agua”, ha detallado.
“Esta empresa compró la antigua urbanizadora UMSA a los antiguos propietarios con la idea de meter esta depuradora y desbloquear toda la zona de Cala Vadella. Pero nada más lejos de la realidad. No ha servido para nada, porque lo único que hemos hecho ha sido gastar dinero y para nada. Para nada”, concluyó Vergara.
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