La icónica escultura de Sa Dona Pagesa, obra del artista mallorquín Guillem Terrassa, ha sido trasladada este viernes desde su ubicación original en el jardín de la sede de Cruz Roja, en la avenida de España, hasta la plaza de Sa Colomina. Según ha destacado el Ayuntamiento de Ibiza, este cambio busca otorgar una mayor visibilidad a la obra, que lleva más de 40 años en el mismo emplazamiento.
El alcalde de Ibiza, Rafa Triguero, ha encabezado el acto de traslado junto a parte del equipo de gobierno y la viuda del escultor, Maribel Juan Roig. El evento ha despertado gran expectación entre los viandantes que, sorprendidos, han observado cómo la escultura recorría las calles de la ciudad hacia su nuevo destino.
Un cambio que genera opiniones divididas
Mientras desde el Consistorio defienden que esta nueva ubicación permitirá que la escultura tenga un mayor protagonismo dentro del espacio urbano, el PSOE ha manifestado su desacuerdo con la decisión, calificándola de «improvisación» y criticando la falta de diálogo con la ciudadanía.
«Trasladar un símbolo de la ciudad sin consulta previa es innecesario. Si el equipo de gobierno cree que Sa Colomina necesita una escultura, la solución no es quitar una de otro barrio, sino convocar un concurso público para elegir una nueva pieza», han expresado los socialistas en un comunicado.
Además, desde el PSOE acusan al gobierno municipal de actuar de manera unilateral y sin escuchar a los ciudadanos, comparando esta decisión con otras medidas recientes que han generado controversia, como el cambio de uso de Sa Peixateria o la reubicación de los clubes deportivos del Parc de la Pau.
Un emblema de la identidad ibicenca
Sa Dona Pagesa fue inaugurada el 20 de mayo de 1987 y, desde entonces, ha sido un símbolo del arraigo cultural y de la identidad tradicional de Ibiza. La escultura representa a una campesina ibicenca vestida con la indumentaria típica, reflejando la importancia del mundo rural en la historia de la isla.
Con este traslado, el Ayuntamiento busca revitalizar su presencia en la ciudad, aunque el debate sobre la idoneidad de la decisión sigue abierto. Mientras tanto, la escultura ya ocupa su nuevo emplazamiento en Sa Colomina, donde continuará siendo parte del paisaje urbano de Ibiza.
