El conflicto político en Formentera no solo tiene expone problemas entre Sa Unió y el presidente del Consell de Formentera Llorenc Córdoba, sino que también deja ver las fuertes diferencias entre el PP de las Islas Baleares y su delegación en Formentera.
Así ha quedado al descubierto el último lunes cuando José Manuel Alcaraz, ex presidente del PP de Formentera, publicó un tuit polémico tras el cónclave Córdoba-Prohens: «Roma sí paga a traidores», espetó en su cuenta de X, aunque más tarde lo quitó.
Cabe recordar que, una vez finalizada su reunión con Marga Prohens, presidenta del Govern balear y líder del PP en Baleares, Córdoba había afirmado que el problema de gobernabilidad en la isla «no es con el PP», sino con las personas que se han presentado bajo sus siglas. Estas declaraciones y el vinculo cercano que exhibió Córdoba con Prohens, provocaron una respuesta pública del ex líder del partido.

A las 20:35 del mismo día, Alcaraz compartió una noticia del portal Nou Diari donde se informaba sobre las declaraciones de Córdoba y allí publicó «Roma sí paga a traidores», una frase con gran carga simbólica y que históricamente alude a la traición y su recompensa, aunque invirtió el sentido tradicional y sugirió que la traición fue recompensada, en referencia a las acciones de Llorenç Córdoba y, de forma más velada, a la falta de respaldo de Marga Prohens.
Aunque no mencionó a nadie en particular, la frase puede interpretarse como un mensaje no solo hacia Córdoba, sino también hacia Marga Prohens, presidenta del PP balear y quien lo ha dejado sin apoyo público tras su expulsión del Consell de Formentera. La frase, dirigida de forma sutil, parece aludir tanto a la relación entre Córdoba y Prohens, como a la manera en que el PP balear ha gestionado la crisis en la isla.
Minutos después, Alcaraz decidió eliminar el tuit, aunque no sin haber captado la atención de varios observadores políticos. La Voz de Ibiza intentó obtener una declaración de Alcaraz sobre la publicación y su posterior eliminación, pero el político se negó a hacer comentarios al respecto. Este gesto refleja la guerra de guerrillas que vive Sa Unió, con una lucha interna que afecta al PP y que por momentos estalla públicamente, mientras la administración del Consell sigue sumida en una crisis profunda.

La reunión Córdoba-Prohens y sus repercusiones
El comentario de Alcaraz llegó poco después de la reunión entre Llorenç Córdoba y Marga Prohens para discutir el curso político 2024-2025. Tras el encuentro, Córdoba afirmó ante los medios que su relación con el Govern balear es sólida, destacando que ambos están en sintonía en temas como la triple insularidad, la vivienda y las inversiones en el ciclo del agua.
Sin embargo, el presidente del Consell de Formentera fue claro en sus críticas hacia algunos de los miembros locales del PP, afirmando que el problema de la crisis de gobernabilidad en la isla «no es con el PP», sino con las personas que «se han presentado bajo las siglas del partido» y que ahora, según él, están siendo utilizadas por otros intereses. Estas declaraciones apuntaban directamente a Alcaraz, quien, tras ser expulsado del Consell, ha sido una de las figuras clave en la crisis interna del equipo de gobierno insular.
Una escalada de tensiones
El enfrentamiento entre Córdoba y Alcaraz tiene raíces profundas. A principios de año, Córdoba destituyó a Alcaraz de sus cargos en el Consell, acusándolo de bloquear el funcionamiento de la institución. Esto desató una serie de eventos que incluyeron la dimisión de siete consellers de Sa Unió y un llamado constante a la dimisión de Córdoba, quien ha sido criticado por su falta de ética y falta de liderazgo.
El «sacrificio» de Alcaraz
Tras la dimisión de José Manuel Alcaraz como presidente del PP de Formentera, el Partido Popular de Baleares, bajo el liderazgo de Marga Prohens, emitió un comunicado llamando a la «responsabilidad» dentro del equipo de gobierno insular. En la nota, el PP balear evitó mencionar la salida de Alcaraz y de Ana Negre, secretaria general en la isla, pero sí insistió en la necesidad de «alcanzar acuerdos» para evitar que la situación desemboque en elecciones anticipadas. El comunicado subrayaba la prioridad de asegurar la estabilidad y gobernabilidad en Formentera, lo que, en la práctica, implicó sacrificar a Alcaraz.