El turismo en Ibiza es un motor indiscutible de su economía, pero ¿a qué precio? La «Encuesta de opinión a residentes sobre el turismo en las Illes Balears, 2024» ofrece un detallado panorama de la compleja relación que los habitantes de la isla mantienen con su principal industria. Los resultados muestran un delicado equilibrio entre la satisfacción por la prosperidad que genera y la frustración por los efectos colaterales que impactan directamente en su calidad de vida.
Satisfacción a la baja y sensación de agobio
Según el estudio realizado por la Agencia de Estrategia Turística de Baleares (AETIB) del Govern, ejecutado en octubre de 2024 a residentes mayores de 18 años, menos de la mitad de los ibicencos (un 48,3%) se declara «satisfecho» o «muy satisfecho» con el turismo. Esta cifra, aunque superior a la de Mallorca (38%), queda lejos del entusiasmo de Formentera (68%) o Menorca (65,6%).
El principal punto de fricción es claro: la masificación. Dos de cada tres residentes en Ibiza (un 66,6%) consideran que «llegan demasiados turistas», ya sea de forma general o en picos estacionales. Esta percepción de agobio se manifiesta en el 50,1% de los encuestados, que señalan las «aglomeraciones en calles, tiendas y transporte» como uno de los grandes impactos negativos del modelo actual.

Los dos platos de la balanza: pros y contras
Los residentes reconocen sin dudar los beneficios económicos. Una amplia mayoría percibe que el turismo tiene un impacto «grande» o «medio» en la generación de riqueza e ingresos (85%), la creación de empleo cualificado (75,6%) y la ampliación de la oferta de ocio (75,5%). Además, un 55,4% en las Pitiusas cree que el turismo ayuda a mantener o mejorar su calidad de vida.
Sin embargo, los contras pesan, y mucho. El problema más acuciante es el aumento del coste de la vivienda, donde un abrumador 69,4% de los ibicencos ve un «gran impacto» del turismo. Le siguen de cerca la degradación de los recursos naturales, señalada por un 52,8% como un efecto grave, y el encarecimiento general de bienes y servicios.
El alquiler vacacional, en el punto de mira
Una de las prácticas más controvertidas es el alquiler vacacional en viviendas particulares. La encuesta revela una fuerte oposición en Ibiza: un 66% de los residentes está en desacuerdo o muy en desacuerdo con esta modalidad, una de las cifras más altas de las Baleares. Esta postura se endurece a medida que aumenta la edad y disminuye el nivel de renta, sugiriendo que los más vulnerables son quienes más sufren sus consecuencias.
¿Qué soluciones proponen los residentes?
Ante este escenario, los ibicencos se muestran favorables a ciertas medidas de gestión. Una mayoría apoya la limitación del número de vehículos de alquiler (66,7%). No obstante, existe una notable división en cuanto a limitar el número de plazas turísticas, medida que solo respalda el 43,3% de los encuestados, en claro contraste con Mallorca, donde el apoyo es masivo.
Curiosamente, y a pesar de la sensación de saturación, una mayoría del 66,5% se opone a reducir la promoción turística de la isla. Sobre el Impuesto de Turismo Sostenible (ITS), la opinión también está dividida: un 46,9% estaría de acuerdo en incrementar la tasa, frente a un 52,1% que se opone.
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