Una propuesta singular busca transformar el fondo marino de Cala Roja en un espacio de experimentación enológica. La iniciativa, impulsada por la empresa Bodegas BH SL, contempla el envejecimiento de vino bajo el agua mediante la inmersión de quince boyas herméticas que actuarán como cámaras de crianza submarina.
La solicitud para ocupar temporalmente una superficie de 32 metros cuadrados del dominio público marítimo-terrestre ya ha sido publicada por la Conselleria del Mar y Ciclo del Agua del Govern balear en el Boletín Oficial de las Islas Baleares (BOIB), abriendo así el plazo legal de exposición pública para que puedan presentarse alegaciones.
La empresa con sede en Trujillo (Cáceres) gestiona un proyecto similar en San Juan de Luz, una comuna francesa, situada en el departamento de Pirineos Atlánticos en la región de Nueva Aquitania a orillas del mar Cantábrico.
Este vino blanco submarino, que se llama Habla del Mar, se comercializa a 21 euros la botella de 750 mililitros. Según los cálculos de la empresa, este sería el mismo valor para la bebida madurada en aguas ibicencas, que se llamará Habla del Mar Ibiza.
Sin embargo, esos valores están lejos de sus productos más caros: el más costos es un Syrah denominado Habla Nº 3 que se comercializa a 391,43 euros.

En qué consiste este proceso
La crianza submarina del vino es una técnica enológica innovadora que consiste en sumergir las botellas en el fondo marino durante un periodo determinado.
El objetivo es que el vino evolucione en un entorno natural muy distinto al de las bodegas convencionales, aprovechando las condiciones únicas que ofrece el mar.
Factores como la temperatura constante, la oscuridad absoluta, la presión elevada y el movimiento continuo de las corrientes influyen directamente en el afinamiento del vino. En este medio, las profundidades actúan como un regulador térmico natural, manteniendo una temperatura estable que evita oscilaciones perjudiciales para su calidad.
Además, la presión facilita una mayor entrada de oxígeno a través del tapón, lo que acelera ciertos procesos de maduración, como la estabilización del color en vinos tintos jóvenes, similar a lo que ocurre en barricas.
La ausencia de luz protege el contenido de la radiación solar, lo que ralentiza su evolución. Por su parte, el suave balanceo del mar modifica la estructura interna del vino, suavizando taninos y resaltando su expresión frutal, al tiempo que evita defectos como los aromas reducidos.
Una fermentación marcada por el mar
Según explica el documento del proyecto que obra en poder de La Voz de Ibiza, esta práctica se basa en cinco factores ambientales principales:
- Temperatura controlada: “El fondo marino sobre el que se realiza la solicitud ofrece unas condiciones únicas al permitir que la actividad de fermentación se produzca bajo pequeños cambios de temperatura pero continuos, esto es, sin superar un rango de temperatura de los 19 ºC ni bajar de los 12 ºC”.
- Presión elevada: “El fondo marino sobre el que se formula la solicitud ofrece una presión aproximada de 3 atmósferas (…), lo que favorece el proceso de fermentación dotando al alimento de unas características nutricionales únicas”.
- Movimiento constante: “El fondo marino ofrece un elemento de balanceo único con fundamento en sus corrientes, mareas y olas; este constante movimiento (…) lo dota de características especiales y únicas”.
- Gravedad reducida: “Al encontrarse en el fondo marino, el peso del objeto es menor que en superficie y se traduce en una mayor presión por gravedad”.
- Efecto de las mareas: “La biodinámica de las mareas influye de manera única en el proceso de fermentación del vino (…), permitiendo que el vino ‘respire’ más o menos cada seis horas”.

Producción limitada y destino ‘premium’
El proceso de inmersión se realizará mediante boyas herméticas que se fondearán -en caso de ser aprobado el proyecto- cada año entre 2026 y 2029, y serán retiradas al finalizar cada temporada.
Cada una de las 15 boyas podrá contener hasta 270 litros útiles, con una capacidad total estimada de 4.050 litros anuales.
En el expediente técnico se plantea un precio estimado de 17,33 euros por litro, de los cuales 1 euro se donará a causas medioambientales.
En tal sentido, por la capacidad de producción final, el proyecto calcula un ingreso bruto anual de 66.150 euros.
Por otra parte, el presupuesto de ejecución material es de 17.725 euros, que incluye las boyas, anclajes ecológicos tipo hélice, cinchas, grilletes y costes de montaje.
El diseño se ha pensado con criterios sostenibles, según los promotores: las boyas estarán ancladas a un fondo marino arenoso, sin praderas de posidonia ni tránsito frecuente de embarcaciones, lo que evita interferencias ambientales y asegura la compatibilidad con otras actividades.
Una propuesta enológica con objetivos ambientales
El proyecto presentado no solo busca innovar en el sector vinícola, sino también fomentar el ecoturismo, la educación ambiental y la conservación marina.
Entre los objetivos adicionales, se destacan:
- “Maduración submarina para potenciar propiedades salinas y frescura”
- “Parte del beneficio por botella vendida se destinará a iniciativas de protección y regeneración de la Posidonia oceánica”
- “Alianzas con centros de buceo para visitas guiadas al lugar de inmersión”
- “Desarrollo de programas educativos sobre la Posidonia para escuelas”
Además, el promotor plantea que este modelo puede generar empleo local, involucrando a perfiles técnicos en enología, conservación ambiental y actividades subacuáticas.
Sigue leyendo:
-
El nuevo proyecto de Bodegas Can Rich: vinos frescos y tradición ibicenca
-
Un gigante del vino desembarca en Formentera
-
Ibiza suma una nueva conexión aérea con Londres para la temporada 2026
-
ExpoPalau 2025 convierte a Ibiza en el gran punto de encuentro de la energía y la construcción
-
Así será el hotel más artístico de Vibra Hotels: elegancia, historia y una apertura que redefine el lujo urbano
-
Mondrian y Hyde Ibiza logran la certificación Green Key reafirmando su compromiso por el turismo sostenible
-
¿Quiénes son los baleares más ricos de España en 2025? Así queda el nuevo ranking de Forbes












