LLORENÇ CÓRDOBA EN EL I ANIVERSARIO DE LA CRISIS DE FORMENTERA (I)

Córdoba, a un año de la crisis histórica en el Consell de Formentera: “Me arrepiento de haber llevado a Sa Unió al poder”

Llorenç Córdoba, presidente del Consell de Formentera, repasa en esta entrevista los acontecimientos del último año
Llorenç Córdoba, presidente del Consell de Formentera
Llorenç Córdoba, presidente del Consell de Formentera. (Foto: La Voz de Ibiza)

«Yo, Llorenç Córdoba, como persona pública y privada, y como presidente del Consell Insular de Formentera, representando a todas las mujeres y hombres de esta isla, y sin adscripción a ningún partido político, en estos momentos de incertidumbre política, me planteo seriamente dejar de apoyar incondicionalmente al Govern Balear del Partido Popular». LCM. Lunes 27 de noviembre de 2023 a las 17:23 horas.

Así empezó hace un año la crisis política que parece no tener fin en Formentera. Repasamos en esta entrevista con el presidente del Consell de Formentera, Llorenç Córdoba (Ibiza, 1973), celebrada el pasado sábado en su despacho de la primera institución de la isla. 

Este veterinario es sin duda el gran protagonista de la historia, adonde pasará como un alumno aventajado del Manual de Resistencia de Pedro Sánchez. A pesar de que cualquier otro se hubiera marchado a casa para dedicarse a calentar la silla en el Parlament, él contra viento y marea, con toda la oposición en bloque en contra, se mantiene firme en sus posiciones.

Guste más o guste menos, él encabezó la candidatura que ganó las elecciones por mayoría absoluta y se siente legitimado a retener la vara de mando. Además, sostiene que no se fía de sus compañeros de Sa Unió, iniciativa de la que se dice padre: «Fue una propuesta mía en 2018».

Se equivocó al pedir un sobresueldo con el que completar sus ingresos, tema que no rehúye, al igual que ningún otro, y que un año después está amortizado.

“El pacto lo hicieron entre los partidos y yo encabecé la candidatura. Hubo gente que se sumó”, repasa en esta entrevista exclusiva con La Voz de Ibiza, y añade: “Durante esos cuatro años de oposición intentamos hacer las cosas diferentes porque las anteriores no habían funcionado”. 

“Lo que teníamos que hacer era demostrar que éramos propositivos, que no solo sabíamos criticar, sino que también sabíamos hacer cosas. Es decir, teníamos que demostrar que podíamos gobernar, porque hasta entonces éramos los cracks de la oposición, quiero decir, la gente nos votaba para estar en la oposición. Lo que teníamos que demostrar era que servíamos para otra cosa”, arranca. “Y ganamos por mayoría absoluta, si no, no habríamos gobernado”. 

El inicio de la crisis en Formentera

–Aunque las elecciones las pierde más quien está en el poder que las gana quien viene de la oposición, la gente se creyó el mensaje de que Sa Unió podía gobernar. No obstante, rápidamente se han encargado de demostrar que no era así, porque la crisis que han montado es histórica. 

–Desde el primer día noté que había una especie de resistencia, no notaba el respaldo de mis propios compañeros. Parecía que ellos iban por un lado y yo iba por otro. Pensaba que podía ser recelo porque era presidente y también diputado y no podía estar tanto tiempo con ellos, que siempre estaban juntos. Hacían reuniones sin mí por la tarde, después de haberse reunido conmigo por la mañana. De eso me enteré después. Tengo claro que desde el primer día Sa Unió tenía en mente que yo no siguiera como presidente.

–Hasta que saltó todo por los aires con el mensaje del 27 de noviembre.  

–Exacto. Yo hice un comentario que creo que es válido hoy en día en el que advertí que me planteaba dejar de apoyar incondicionalmente al PP. Y creo que eso no es grave porque el apoyo incondicional nunca lo tuvo, ya que firmamos un pacto de investidura y gracias a mi voto no fue necesario el voto favorable de Vox para que Marga Prohens fuera investida presidenta. Con mi voto en la investidura, ya habíamos cumplido el acuerdo. El Govern tenía que cumplir los 20 puntos que habíamos pactado. En Sa Unió aprovecharon este hecho, que en otra situación no habría tenido más importancia, para decir: «Esta es la nuestra», y tratar de echarme.

Después supimos que Alcaraz, antes de ese día, me había grabado en el despacho del presidente, había grabado una conversación entre los dos, aquí mismo, como estamos hoy. Me estaban haciendo la cama. Grabó una conversación de una reunión a la que yo lo había convocado porque veía que las cosas no iban bien, que se notaba que no íbamos en equipo y quería hablarlo con él. Entonces él redirigió la conversación hacia lo que le interesaba, que era intentar pillarme en temas de salarios y cosas de ese tipo.

La conversación grabada fue el 5 de noviembre y aquella frase que dije no la pronuncié hasta el 27 de noviembre: ya me estaban atacando y estaban preparando el terreno para que echarme. Desde agosto, la vicepresidenta en ese momento, Verónica Castelló, ya decía que me tenía manía y que no me respaldaba ni confiaba en mí. Eso demuestra que no provoqué esta situación, que estaban esperando cualquier cosa para activar la maquinaria para echarme.

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El resultado ha sido escaso: no les ha funcionado y realmente creo que les ha hecho más daño a ellos que a mí.

–¿Se arrepiente de haber enviado aquel mensaje? 

–No. No, no, en ningún momento.

–¿De qué se arrepiente? 

Me arrepiento de haber llevado a Sa Unió al poder. De eso sí me arrepiento, porque eso sí  es responsabilidad mía. No ganaron las elecciones por mayoría absoluta sólo por mí, eso está claro, pero, la realidad es que llevaban más de 20 años sin gobernar y yo fui el que encabecé la candidatura que ganó por mayoría absoluta. Eso lo lamento, pero no me siento culpable porque yo no sabía lo que iba a venir después de la victoria.

–Sin Junta de Gobierno, sin vicepresidentes y con solo dos consellers en el gobierno no puede funcionar el Consell de Formentera…

–El Consell no puede funcionar conmigo y con Artal Mayans. En el pasado mandato había 11 consellers y tampoco funcionó muy bien, en caso contrario no habrían perdido. El asunto no es que yo lo pase mejor o peor, el problema es que la institución así no puede funcionar.

Opciones, creo que he propuesto bastantes. Primero, que vuelva Sa Unió, que hagan al menos una Junta de Gobierno; si no, que vuelva con los demás. Si no quieren hacerlo así, yo he abierto las manos a los otros partidos políticos para que podamos formar una Junta de Gobierno donde quien tendría menos fuerza sería el presidente, porque yo solo tengo un voto, y podrían fiscalizarme y aprobar lo que quisieran o no quisieran, pero el Consell podría funcionar.

Pero parece que a nadie le interesa que el Consell funcione. Y yo no quiero responsabilizar, como ha hecho Sa Unió, a la oposición por no hacer nada. Pero, al final, todos nos hemos metido en política y todos estamos para servir al pueblo. Si el pueblo lo necesita, se ha de hacer una Junta de Gobierno. El otro día, en la manifestación, era lo que querían pedir, pero alguien dijo que lo quitaran. Y eso quitó energía a la manifestación, porque realmente lo importante y lo que nos hace falta para seguir adelante es una Junta de Gobierno. Incluso los vicepresidentes no son tan necesarios. Si no hay vicepresidentes tampoco es tan grave, sólo que no puedo pernoctar fuera de Formentera.

La gente que ha provocado esta situación, que no haya Junta de Gobierno, ha sido Sa Unió. Son los que dimitieron y los que siguen prolongando la situación. Y ahora, el día 20 se cumplen seis meses y sigue siendo el problema Sa Unió, y son ellos los que no solucionan el problema.

Usted aceptó su renuncia.

–Aquí tengo que decir una cosa. Me sentí defraudado con su secretario cuando me dijo que yo no podía negarme a firmar la renuncia de los consellers de la Junta de Gobierno. Porque antes me había dicho que sí, y además, el Reglamento lo pone claramente: tiene que ser aceptada por el presidente.

El asesor jurídico que tengo aquí como presidente es el secretario, es el máximo órgano jurídico de los consells. Antes siempre me había dicho que el ROC decía eso, yo lo entendía así, creo que cualquiera que lo lea lo entenderá de esa manera, y luego me dijo que no, que no me podía negar… Justamente, lo planteé para evitar la situación que hay.

Ahora, además, en todos los documentos pone claramente “renuncias aceptadas por el presidente” y parece una burla. Es como decir “mira, hiciste esto, que no tendrías por qué haberlo hecho, y además ahora te lo recordaremos en cada documento”. Entonces, en este momento nos sentimos defraudados por la acción y la actitud que tomó el secretario, porque si no hubiera sido por esto, aún habría Junta de Gobierno. 

–¿Qué ha hecho mal Llorenç Córdoba? 

–Uff… Muchas cosas, pero recalco: no me arrepiento de haber dicho aquella frase porque habrían preparado otra cosa, quizá más elaborada, para echarme… ¿Cosas que he hecho mal? Claro, nadie podría evitarlo. Quizás he confiado demasiado en la gente. Soy mal político en ese sentido. ¡Qué inexperto!

–Ahora ha hecho un máster…

–Exacto. Llevo un máster de un año y he aprendido muchísimo. Creí a gente que eran mis compañeros y que me decían que confiaban en mí en todo momento. Cuando yo pregunté si había algún problema, porque ya lo veía, me decían que no, que estábamos todos nerviosos porque éramos nuevos y también me lo creí.

Fui demasiado ¿inocente? No, la palabra es más fea: fui ingenuo en todo esto. Eso sí que es verdad, lo reconozco. No quise hacer un tipo de liderazgo tipo dictador. Quería que todos pudieran colaborar en lo que más sabían. Por ejemplo, siempre he reconocido que (José Manuel) Alcaraz era un pilar del gobierno por su experiencia y conocimiento, por eso gestionó Promoción Económica y Administración Insular. Además, propuse que fuera portavoz y también vicepresidente, aunque el PP ya tenía una vicepresidencia. Prácticamente le di la gerencia del Consell para que yo pudiera hacer de presidente, de diputado y ocuparme de las consellerias  que me habían asignado. Ahora entendemos por qué me asignaron la del Litoral, en contra de lo que quería. 

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Esas son las cosas de las que me puedo arrepentir, de no haber hecho lo que justamente no quería: haber sido más dictador. Pero no sé si eso habría servido de algo o no. Sí que veo que en política, o al menos dentro de esta administración, parece que tienes que estar dando gritos y ordenando las cosas de mala manera para que te hagan caso. Un «por favor, ¿podrías hacer esto?» cuesta mucho que funcione.

–¿Por qué le encargaron a usted la Conselleria del Litoral? 

–Yo me ofrecí a llevar Sector Primario porque está relacionado con mi profesión. Curiosamente, nadie quería asumir Litoral que era la más problemática, era las más complicada de solucionar y en parte gracias a la que Sa Unió había ganado en las elecciones, el concurso de las playas, s’Estany des Peix. Y después de tres reuniones en las que no avanzamos, decidí quedármela yo. Pedí un director insular porque era evidente que no podía con todo. Ahora pienso que querían ponerme en la diana, entre la espada y la pared. Ya lo tenían preparado. Lo que querían era que yo firmara los quioscos. Como sabían que no se podían firmar los quioscos, sería el puntapié para que me echen como presidente. Es decir, la razón era utilizar la conselleria del Litoral para hacer algo que no se debía hacer y echarme de esa manera

«Intereses económicos y personales por mi silla»

–¿Por qué querían echarle? ¿Qué hipótesis se ha formulado seguramente en más de una ocasión? 

–No parece ser una razón de índole política, tampoco por un tema personal. Reconozco que no me he llevado bien nunca con Alcaraz, pero tampoco hace falta irse de copas todos los días para trabajar juntos en un gobierno, era un mal necesario. Lo toleré durante los años que estuvimos en la oposición, cuando él no estaba tan activo porque estaba trabajando y ni siquiera era conseller. Por lo tanto, que sea un tema personal no lo creo.

¿Es un tema por algo que he hecho yo? Que lo demuestren y de momento no lo han demostrado. Dicen que soy un demonio, que coaccioné o intenté coaccionar a la presidenta del Govern balear, que pedí cosas a cambio de favores o votos o lo que sea. Que soy machista. Que soy mentiroso… ¿Por qué no me piden la dimisión como diputado en el Parlament? No soy bueno para ser presidente, pero sí para ser diputado. No tiene sentido.

Quieren la silla. Lo único que les interesa es la silla y la firma de presidente. Por lo tanto, por eliminación, no veo que sea un tema político, no veo que sea un tema personal, con lo cual tengo claro que es un tema de intereses.

–¿Qué tipo de intereses?

–Pueden ser intereses personales de ego. Hay un señor (José Manuel Alcaraz) que siempre ha dicho que su sueño era ser presidente del Consell. Va mal encaminado para lograrlo. Y lo otro que queda es un interés económico. Directos o indirectos, por encima de todos los partidos. Por eso no me gusta estar en partidos, siempre hay gente que manda por detrás.

–¿Quién manda en Sa Unió?

–Ya saldrá. Tenemos una ventaja, ya tenemos a la Fiscalía Anticorrupción dentro del Consell… Estoy muy contento con eso, y serán ellos los que dirán quién está detrás. Yo puedo tener mis sospechas de que hay intereses y poderes económicos más fuertes que las ideas de partido.

¿Qué presiones recibió para que tomara determinadas decisiones que usted rechazó? 

–Quizás no llegué a negarme, pero sí que dirigían las cosas hacia ciertos intereses y cuando no era lo que les convenía decían «esto no se puede hacer», o «lo que hay que hacer es otra cosa». Licencias…

–¿A qué decisiones se está refiriendo? 

–Hay unos cuantos proyectos de hoteles en Els Pujols, por ejemplo. En su momento, Urbanismo, Infraestructuras y Territorio nos dijo que debíamos dar todas las licencias. Y ahora mismo, sospecho que este es uno de los casos que responde a un interés económico particular.

No entendí el comentario en aquel momento. De esas licencias hay una que no se podía conceder, aunque tal vez pudiera aprobarse más adelante. No era tan claro que debíamos aprobar todas las licencias.

También está la licencia que ha publicado La Voz de Ibiza. Corroboro toda la información que han publicado (sobre la licencia exprés al Caminito), algunos aspectos los desconocía. Les felicito por el trabajo que hacen.

Sobresueldo

–Luego hablaremos de esa licencia. ¿Qué hacen con la asignación del Parlament? 

–El dinero del Parlament está en una cuenta. Cuando tengo que gastar algo para sufragar mi actividad parlamentaria, lo gasto de ahí. Si no, no se gastan

–Entonces, ¿no ha aprovechado que al haber sido expulsado de Sa Unió para autoconcederse un sobresueldo? 

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–No. Esa cuenta está fiscalizada. Cuestión aparte es lo que hacen los partidos con los recursos que reciben. Yo los tengo en una cuenta  y ahora mismo hay un monto bastante grande porque están allí y no los toco. Compro folios, compro carpetas, cosas que puedan hacerme falta, taxis que no cubre la dieta… Lo que no me paga el Parlament.

Y yo siempre he dicho que estaba dispuesto a pasar a Sa Unió la parte de los 2.700 euros al menos que no era necesaria para sufragar mi actividad parlamentaria. Yo no quiero un piso en Palma ni comprarme un coche con ese dinero.

–¿Duerme bien Llorenç Córdoba?

–No, claro que no, aunque estoy muy tranquilo con lo que he hecho y con lo que estoy haciendo. No duermo tranquilo porque estoy viendo el daño que se le está haciendo al Consell de Formentera y a la isla de Formentera, y eso sí me preocupa.

–Usted es corresponsable del desaguisado. 

–No: soy el máximo responsable. Veremos si, como máximo responsable, puedo arreglarlo o no. Yo no puedo clonarme para hacer una junta de gobierno. Me dicen: «Lo más fácil es que dimitas”. Eso significa iniciar un procedimiento para adjudicar la presidencia a otro y quizá en ese momento dormiría peor.

Lo más fácil es que vuelva Sa Unió a la Junta de Gobierno. Es facilísimo, y es lo que corresponde, porque Sa Unió ganó las elecciones. Es curioso, pero todavía no ha presentado ningún proyecto, simplemente suplicar, de rodillas y llorando, a la oposición que les ayude a hacer una moción de censura.

Que digan, presentaremos a este candidato y haremos esto… Lo único que quieren es sacarme de la silla, y cuando me quiten de la silla, ya se pelearán entre ellos y entre los otros partidos. Pero, de momento, lo que no interesa a nadie es que yo esté como presidente.

–Volviendo a la situación personal, ¿ha necesitado terapia?

–No. Aunque todos necesitaríamos algo de ayuda, pero no me ha afectado en ese sentido.

Dimisión

¿En algún momento se ha planteado dimitir?

Al principio, casi todos los días.

–¿Desde cuándo ya no lo piensa? 

–Me lo sigo planteando…

–¿Aún?

–Sí. Es la salida fácil. A veces me lo planteo, aunque luego pienso en las consecuencias y ya se me olvida. Pero, personalmente, creo que sería peor dejar el Consell en manos de esta gente que ha demostrado de lo que es capaz de hacer contra una persona con tal de llegar al poder y a la que no le importa el pueblo con tal de perjudicar a esa persona… No puedo dejar el Consell en manos de esta gente.

Estaría mejor sólo como diputado. En el Parlament hay menos trabajo y cobras más. Allí me tratan fantástico y estaría mucho mejor. Así que sería la salida fácil. Y el primer día, seguramente me encontraría con muchos aplausos, pero al día siguiente ya no dormiría tranquilo. No es lo mismo que Pedro Sánchez cuando dijo que no dormiría con Podemos en el gobierno. En este caso, el único culpable de que gobernara Sa Unió sería yo. Yo los llevé al poder y no les puedo ceder el control. Y eso no lo puedo volver a hacer. Me lo estaría repitiendo constantemente.

La contradicción de gobernar con el enemigo

–Hay una contradicción en su relato. Simplifico: Sa Unió es el demonio, no debe gobernar, tenemos temas relevantes como la licencia del Caminito, la adjudicación a toda costa de los quioscos, la caducidad del plan especial, la incompatibilidad de Javier Serra, le graban una conversación, se inventaron que habían pedido un informe al secretario para echarle y era mentira, se inventaron que habían pedido un informe a la Abogacía de la Comunidad Autónoma y era mentira, entre otras cosas y sin perjuicio de que salgan más, como las licencias de es Pujols de las que me habla… Usted, sin embargo, sigue clamando, suplicando, para que vuelvan a la Junta de Gobierno. 

–Así es. No es sencillo, pero tiene una explicación: lo prioritario para Formentera es que se pueda gobernar. Mejor, peor, sea lo que sea. Incluso legalmente, necesitamos una Junta de Gobierno. Sin una junta de gobierno, no podemos hacer nada. ¿Que yo debo ceder en contra de lo que me gustaría, en contra de mis intereses, y aceptar que esta gente vuelva a gobernar? No tengo problema, siempre lo he dicho. Es el mal menor en estos momentos.

Preferiría gobernar con otra gente que esté para el pueblo de Formentera. No digo que muchas de las acciones que ellos hagan no sean en favor del pueblo de Formentera. Incluso diría que la mayoría sí lo son, salvo en Alcaraz que es otra cosa.

Además, el pueblo nos ha elegido a todos. No me han elegido solo a mí, nos han elegido a todos. Entonces, lo que debo hacer es seguir la voluntad del pueblo. Y la voluntad del pueblo es que vuelvan al gobierno con nosotros.

Como mínimo, y lo urgente ahora, es que haya al menos tres personas que formen la Junta de Gobierno.

 

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