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MAESTRO ARTESANO/PEDRO MARÍ

“La artesanía únicamente la valora el que la utiliza”

Pedro Marí es uno de los dos fabricantes artesanos de instrumentos ibicencos que quedan en la isla
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Pedro Marí con uno de sus tambores y sus flautas en el salón de su casa.

Pedro Marí ha trabajado como carpintero toda su vida. Fue al jubilarse, hace 15 años, cuando comenzó a fabricar instrumentos artesanales ibicencos como afición. Se lo tiene que agradecer a su hija pequeña que baila ball pagés y le sorprendió apuntándole a un curso, en el Centro Cultural de Jesús. Allí le enseñaron la profesión, poco antes de que llegara el momento de su jubilación, y aprendió todo lo necesario para fabricar tambores, castañuelas, y flautas. Un regalo que le ha permitido, durante los últimos años, “estar activo y que no se me pasen los días sentados en el sofá”.

Marí nació en 1945, en la localidad de Jesús. Ha criado a dos hijas y dos hijos junto a su mujer, también ibicenca. Ahora, en el salón de su casa, fabrica los instrumentos de la colla del pueblo y, desde el año 2009, está reconocido como Maestro Artesano por el Consell de Ibiza.

Cerezo y adelfa

La madera que utiliza para los tambores y las castañuelas es de cerezo por ser una madera “muy noble”. Para hacer los tambores une varias «tablillas» formando, así, un cilindro, aunque, este no es el material tradicional que se usaba.

Los tambores se solían hacer «vaciando un tronco de pino», pero era «un trabajo demasiado delicado, tanto que a veces se rompía perdiendo todo el material y el tiempo empleado».

La base es de piel de cabra. En cambio, las castañuelas se fabricaban «con madera de enebro». Un árbol que, ahora, «apenas se encuentra en la isla y además, hoy en día, es una especie protegida”, explica Marí que asegura que, “prácticamente, la única diferencia entre una madera y otra es el olor”.

Para las flautas utiliza adelfa, que “es un material fácil de encontrar en Ibiza”, y las adorna con un baño de plomo mezclado con estaño de plata para que “no se ennegrezca”.

Para la fabricación de cada pieza tiene que cortar las maderas a medida. Después, talla, lija y labra a mano los dibujos decorativos con un cúter. Un trabajo laborioso que requiere de “precisión” para que el sonido que, finalmente, emane cada instrumento sea el correcto.

Entre una semana y 12 días

En la isla solo quedan dos artesanos que fabriquen instrumentos tradicionales. El otro, se encuentra en Sant Antoni, cuenta Marí. Que el oficio se va perdiendo es una realidad.

“La artesanía únicamente la valoran los que la utilizan. Para quienes no la usan, les parece cara, aunque, realmente, no se cobra lo que se hace. Por ejemplo, en hacer un tambor se tarda entre 10 y 12 días, las castañuelas, unos nueve días y las flautas, alrededor de una semana, detalla el Maestro Artesano a La Voz de Ibiza.

Él mismo, hace unos años, impartió un curso también en el Centro Cultural de Jesús, pero “sólo se apuntó gente muy mayor que hacía un tambor para su hijo y ya no seguía fabricando más instrumentos”, explica.

Este artesano cree que la falta de interés por los más jóvenes hacia el mundo de la artesanía se debe a que “es una profesión que no deja mucho dinero y se emplea mucho tiempo. Algo que no puede permitirse la gente joven porque, normalmente, tienen unos gastos que necesitan saber que podrán tener cubiertos con seguridad”.

La mayoría de los instrumentos los realiza por encargo, aunque también se le puede encontrar en la Feria Medieval cada año y los sábados, a partir de abril, en el Mercado Artesanal de Sant Josep.

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