CONTROLES

Ocio musical en Ibiza: Sant Josep redactará una nueva ordenanza de ruidos más flexible tras los precintos masivos de este verano

La futura zonificación se basará en un mapa de ruido a diferencia de la actual ordenanza elaborada sobre la clasificación urbanística del suelo

Ayuntamiento de Sant Josep.
Ayuntamiento de Sant Josep.

El Ayuntamiento de Sant Josep ha intensificado los controles sobre los locales con música en lo que va de temporada: se han decretado 24 precintos temporales en equipos de música, como respuesta directa a quejas vecinales y denuncias por ruidos excesivos, tal como avanzó La Voz de Ibiza.

Esta realidad ha llevado al alcalde, Vicent Roig, a tomar la decisión de revisar la ordenanza municipal, normativa que no tiene aplicación plena en estos momentos debido a la anulación de una serie de artículos tras su impugnación en los tribunales.

Es que el Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares (TSJIB) anuló partes de la Ordenanza Reguladora del Ruido y las Vibraciones. por defectos formales en el proceso de aprobación, al no haberse cumplido con el mandato de información pública previa.

Esto había sido requerido por la Asociación Ocio de Ibiza, que había iniciado un recurso contencioso-administrativo en febrero de 2018.

Hacia un mapa de ruido más realista y flexible

Un gran cambio respecto a la normativa actual será la elaboración de un mapa de ruido, instrumento que será la base para la nueva ordenanza. Dicho mapa de ruido servirá para la posterior zonificación acústica del municipio.

En función de la zona en la que esté el local, la ordenanza determinará los niveles máximos de decibelios.

Este instrumento técnico permitirá abordar la realidad ambiental con precisión, superando el modelo anterior que se basaba únicamente en la tipología urbanística del suelo, una perspectiva rígida que no reflejaba adecuadamente las condiciones acústicas reales.

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Y es que no es lo mismo estar en una zona turística contaminada por el aeropuerto, como Playa den Bossa, que en una zona turística del municipio que no cuente con el incesante paso de aviones todo el día.

Según han informado fuentes municipales a La Voz de Ibiza, los recursos presentadas tras los 24 precintos aplicados durante este verano serán considerados como sugerencias o alegaciones para la redacción de la nueva ordenanza.

De todas formas, una vez redactado el nuevo texto, será sometido a un periodo de exposición pública, donde los interesados podrán presentar sus observaciones antes de su aprobación definitiva.

Un municipio particular

La actual Ordenanza Reguladora del Ruido y las Vibraciones del Ayuntamiento de Sant Josep establece un marco estricto para prevenir y controlar la contaminación acústica en el municipio, con especial atención a las actividades musicales y los emisores sonoros.

En este municipio, por su particular configuración, se producen en muchos casos una confluencia de usos diversos en una misma zona del territorio.

Esta situación es especialmente problemática cuando confluyen usos residenciales con otros como el ocio nocturno que pueden generar molestias por generación de contaminación acústica.

El Ayuntamiento, consciente de esta realidad, considera necesario el cumplimiento de las normas que regulan la contaminación acústica y la aprobación de una ordenanza que, por una parte, facilite la comprensión de la compleja normativa en materia de ruidos y, por otra, establezca las medidas preventivas, correctoras e inspectoras aplicadas al municipio en cumplimiento de la normativa autonómica y estatal.

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Según se establece, la actual normativa que está en revisión tiene por objeto, “regular las medidas y los instrumentos necesarios para prevenir y corregir la contaminación acústica en el término municipal, a fin de evitar y reducir los daños que pueda ocasionar a las personas, los bienes o el medio ambiente”.

La actualización sobre la que trabaja el Ayuntamiento busca, además, transitar de una política rígida basada en criterios urbanísticos estáticos a un modelo regulador más técnico, flexible y sensible a la realidad acústica local.

La meta es conciliar la actividad musical con la convivencia vecinal, mediante instrumentos objetivos como el mapa de ruido y procedimientos participativos.

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