La misteriosa muerte en una villa de lujo de Ibiza de una mujer de 44 años, conocida como “la chamana de los empresarios” y especialista en realizar ceremonias con la ayuda de sustancias psicodélicas, se encuentra en el punto de mira de la Justicia: el Juzgado de Instrucción número 2 de Ibiza ha reabierto la investigación.
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Esto se produjo tras la aparición de nuevos indicios clave aportados por un anillo inteligente que llevaba la víctima la noche de su fallecimiento, en octubre de 2024, durante una fiesta privada celebrada en una villa de lujo en Sant Antoni de Portmany.
Se trata de Florencia Bollini, una terapeuta de 44 años de origen argentino e italiana de nacionalidad, quien fue encontrada sin vida la noche del 13 al 14 de octubre de 2024.
Según ha avanzado el diario Las Provincias de Valencia, la noche del 13 de octubre se celebró en la villa una fiesta privada convocada por un millonario sueco residente en la isla.
En la invitación enviada por WhatsApp se anticipaba una kitchen party con un chef de renombre, seguida de una “pijama party salvaje”, con sauna junto a la piscina y sugerencias de llevar lo que se deseara, con emoticonos alusivos a drogas y dinero.
Una muerte en una fiesta salvaje
Los sucesos se produjeron en la noche del 13 al 14 de octubre de 2024. Según relata el periodista Ignacio Cabanes, cuando los servicios sanitarios y los agentes de la Policía Local de Sant Antoni llegan al lugar, “el cadáver había sido manipulado y movido hasta una mesa de la terraza, alumbrada con velas, junto a la piscina”.
Los testigos presentan a la víctima como “chamana de los empresarios de éxito que realiza rituales de sapo bufo y con problemas de corazón”.
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Según su primera versión ante la Guardia Civil, manifestaron que la mujer se encontraba viva cuando la sacaron de la sauna y llamaron al teléfono de emergencias.
Un mes después del hecho, el Juzgado interviniente decreta el sobreseimiento provisional al no apreciar «debidamente justificada la perpetración de delito».
La clave de los datos del anillo inteligente
Sin embargo, el dispositivo inteligente, un Oura Ring que monitoriza parámetros biométricos como las pulsaciones y el descanso, ha permitido establecer una hora de muerte más de dos horas antes de la llamada al 112, contradiciendo así la versión del propietario sueco de la casa y otras cuatro personas presentes en el lugar, quienes afirmaron que la mujer seguía con vida cuando fue encontrada en la sauna.
Según los nuevos datos del anillo, las pulsaciones de Bollini cayeron drásticamente a las 23:25 horas del 13 de octubre, hasta entrar en modo de inactividad total pasada la medianoche, lo que coincide con la hora estimada de su muerte.
Poco después, el dispositivo detecta solo siete pasos, que se corresponderían con el desplazamiento de su cuerpo desde la sauna hasta una mesa de madera iluminada con velas junto a la piscina, donde fue hallada por los servicios de emergencia, tapada con una manta.
La familia de la víctima, representada por el abogado penalista Vicente Monzó, ha conseguido la reapertura del caso al considerar que estos elementos apuntan a una posible manipulación de la escena y a un relato supuestamente coordinado por los testigos, en esas dos horas entre la muerte y el llamado a las autoridades.
El letrado sostiene que «la actitud pasiva de los presentes contribuyó directamente a la muerte de Flor», y califica los hechos como homicidio, o como mínimo homicidio imprudente.
Los cinco testigos que se encontraban en la villa —tres hombres y dos mujeres— afirmaron haber supervisado el estado de Flor cada 20 minutos porque, según dijeron, tenía problemas cardíacos.
Sin embargo, las graves quemaduras que presentaba el cuerpo indican que habría permanecido más de una hora dentro de la sauna, desatendida.
La acusación denuncia que se permitió el acceso a la sauna pese al estado de salud de la víctima, lo que pudo provocar una deshidratación crítica o una parada cardíaca.
Además, la familia de la fallecida denuncia la desaparición de joyas, dos teléfonos móviles, una tablet y un ordenador. Por este motivo, se ha solicitado que también sean citados como investigados el matrimonio en cuya casa se hospedaba Bollini, al sospecharse que podrían haberse quedado con sus pertenencias.
Drogas y excesos
El informe toxicológico posterior reveló presencia de MDMA, ketamina, norketamina, anfetamina y metanfetamina, todos componentes del tusi, droga detectada en su organismo, aunque en niveles no letales, según detalla el diario Las Provincias.
No se hallaron rastros de bufotenina, la toxina del sapo bufo, como sostuvieron algunos testigos, ni instrumentos que indicaran su uso, lo que descarta que la mujer hubiese realizado uno de sus rituales antes de morir.
Según el anillo inteligente, Bollini llevaba más de 24 horas sin dormir, con un índice de descanso de 1 sobre 100.
¿Siete personas involucradas?
El abogado de la familia ha pedido al juzgado que siete personas sean citadas como investigadas: los cinco presentes en la villa cuando llegaron los servicios de emergencia y un matrimonio más.
También se reclama que se investigue la presunta facilitación de consumo de drogas durante la fiesta, lo que podría implicar delitos contra la salud pública.
El informe forense preliminar apuntó en su día a una muerte súbita de origen cardíaco con posible relación con drogas, pero el caso fue archivado provisionalmente sin esperar los resultados completos de la autopsia ni del análisis toxicológico.
Con los nuevos datos, el juzgado ha ordenado a la Guardia Civil un informe ampliatorio y ha requerido al forense que precise la hora exacta de la muerte, ya que la hora certificada fue la de la llegada de los sanitarios: las 2:17 horas del 14 de octubre.
