El okupa que permanecía en la vivienda de la calle Bisbe Cardona en Sant Antoni ha sido trasladado al cuartel de la Guardia Civil después de los incidentes ocurridos en la tarde del viernes.
La tensión había ido en aumento durante la protesta vecinal, que comenzó a las 17:30 horas y se convirtió en un enfrentamiento directo entre los okupas y los manifestantes. En un clima de máxima crispación, algunos vecinos irrumpieron en la vivienda y comenzaron a sacar las pertenencias de los okupas a la calle, arrojándolas por la puerta y la ventana.
Ante la escalada de violencia, agentes de la Policía Local y de la Guardia Civil intervinieron para evitar que la situación se descontrolara aún más. Durante la intervención, el okupa que permanecía en la vivienda fue trasladado al cuartel de la Guardia Civil, donde se han iniciado las diligencias correspondientes.
El Ayuntamiento confirma la actuación y deriva el caso a Servicios Sociales
Ante la consulta de La Voz de Ibiza, el Ayuntamiento de Sant Antoni ha explicado un comunicado oficial en el que confirma la intervención de las fuerzas de seguridad en la protesta vecinal. Según la información facilitada por el consistorio, los agentes entraron en la vivienda en el momento en que se produjo un enfrentamiento entre los vecinos y los okupas para evitar un altercado mayor.
Asimismo, el Ayuntamiento ha informado que ha derivado el caso a Servicios Sociales, encargados de evaluar la situación de los okupas y estudiar posibles alternativas para su reubicación.
Mientras tanto, la Guardia Civil ha asumido la investigación y el procedimiento legal, por lo que se espera que en las próximas horas se esclarezca cuál será el siguiente paso en este caso que ha generado una gran repercusión social y política en la isla.
Una jornada de alta tensión en Sant Antoni
El traslado del okupa al cuartel de la Guardia Civil pone fin a una tarde marcada por la violencia en Sant Antoni. La protesta comenzó como una concentración de vecinos indignados por la okupación del piso de Vicent Riera ‘Garrover’, pero en poco tiempo derivó en un enfrentamiento con empujones, peleas a puñetazos y momentos de gran tensión.
La situación llegó al límite cuando uno de los okupas se atrincheró en la vivienda mientras los vecinos coreaban «fuera, fuera» exigiendo su expulsión inmediata. Ante este escenario, la Policía Local y la Guardia Civil trataron de calmar a los manifestantes y contener la violencia, evitando que el altercado terminara en una agresión mayor.
Finalmente, tras dos horas de enfrentamientos y presencia policial, los okupas abandonaron la vivienda y la Guardia Civil trasladó a uno de ellos al cuartel, donde se están instruyendo las diligencias correspondientes.