Los cinco diputados díscolos de Vox no quieren ni oír hablar de romper el pacto con el PP que les otorga la Presidencia del Parlament y tratan de evitar que la crisis provocada por la expulsión del presidente del Parlament, Gabriel Le-Senne, y la presidenta regional de la formación, Patricia de las Heras, del Grupo Parlamentario y el posterior anuncio de expulsión del partido por parte de la Dirección Nacional se extienda a la gobernabilidad de las islas y pueda suponer la pérdida de la presidencia o incluso la convocatoria de elecciones anticipadas. Así lo ha reiterado hoy en una rueda de prensa en sede parlamentaria Sergio Rodríguez en varias ocasiones.
Rodríguez ha insistido en que que siguen comprometidos con los ideales y principios que les llevaron a la Cámara. «No hemos variado un ápice. Seguimos apoyando absolutamente los principios de Vox en todos y cada uno de los puntos y especialmente los 110 puntos de acuerdo que firmamos con el Partido Popular«, ha manifestado Rodríguez.
En otro momento de la comparecencia, el diputado aseguró no haber hablado con el PP de esta crisis y defendió que no hay ningún motivo para hacerlo porque se trata de un asunto interno de su partido que, en su opinión, no tiene porqué afectar al referido pacto de gobierno autonómico.
Irrevocable
En medio de la creciente crisis interna en Vox Baleares, los cinco diputados rebeldes han anunciado este martes que su decisión de expulsar al presidente del Parlament, Gabriel Le-Senne, y a la líder regional, Patricia de las Heras, del grupo parlamentario es irrevocable.
La decisión inicial de expulsión, comunicada en las primeras horas del lunes, ha ido provocando movimientos y declaraciones que generan un clima de tensión máxima en Vox, y que va extendiéndose hasta el punto de ser también un problema para el Govern del PP, algo que quieren evitar a toda costa.
Las razones expuestas
El diputado, que ha hablado este martes en nombre de su grupo parlamentario, ha explicado que la expulsión de De las Heras se debe a su «deslealtad manifiesta y falta absoluta de liderazgo, además de obstruir la labor del grupo parlamentario».
En tanto que a Le-Senne, le ha echado en cara su «táctica de aislamiento» desde su puesto de presidente del Parlament y falta de asistencia a las reuniones del grupo, además de ir en contra de las directrices fijadas.
Entre Madrid y los acuerdos con el PP
A pesar de que las posiciones parecen irreconciliables y de que el vicepresidente de la formación se refirió a los cinco diputados como «sujetos», el grupo ha señalado que mantiene una posición de apertura y diálogo con la Dirección Nacional en Madrid. «Nuestra mano está absolutamente tendida».
Lucha por sillones
A pesar de las acusaciones de lucha por el poder, Rodríguez sostiene que buscan la estabilidad y la defensa de sus principios. «Que se nos ha acusado aquí de una lucha por sillones. Parece ser que el presidente ha tomado la determinación de atrincherarse en su postura cuando no cuenta con el respaldo mayoritario del grupo al que pertenece o al que pertenecía hasta su expulsión», ha destacado el portavoz.
El chantaje a Le-Senne
Rodríguez también ha mencionado el ofrecimiento que se le había hecho a Gabriel Le-Senne para dimitir anteriormente, a cambio de evitar su expulsión y permitirle permanecer en el grupo parlamentario de Vox con responsabilidades y portavocías en diferentes comisiones, «cosa que él no aceptó», tal como adelantó La Voz de Ibiza.
«No lleva mucho tiempo en Vox», haciendo alusión a la veteranía suya o de otros miembros de dicha formación política respecto a Le-Senne.
La expulsión
Finalmente, el diputado ha recordado que no existe la posibilidad de una expulsión fulminante de Vox, sino que se trata de un largo proceso que corresponde al Comité de Garantías del partido. En caso de hacerse efectiva, «actuarán en consecuencia».